El sol comienza a asomarse tímidamente por encima del horizonte, pintando el cielo de tonos rosados y dorados. Un nuevo día se abre paso en mi vida, trayendo consigo la promesa de nuevos desafíos y el recuerdo de múltiples desamores que se mezclan con los ecos de mi complicada relación familiar. Mientras inhalo profundamente el aire fresco de la mañana, las emociones subyacentes afloran con mayor claridad y descontrol.
Dilan, Sofía, Andrés... Sus nombres flotan en mi cabeza, llevándome de vuelta a momentos llenos de emoción y dolor. Cada uno de ellos dejó una marca en mi corazón y una cicatriz en mi alma. Cada experiencia ha dejado un rastro de ansiedad y dudas en mi mente, alimentando mis obsesiones y compulsiones, y haciéndome cuestionar si alguna vez encontraré el amor verdadero. Me pregunto si alguna vez encontraré a alguien que entienda mi lucha, alguien que me acepte tal como soy, con todos mis defectos y compulsiones.
Recuerdo a Dilan, mi primer amor, quien se fue sin previo aviso, dejándome en la oscuridad de la incertidumbre y la tristeza, solapándose con las sombras de mi vida familiar. Mi padre, un hombre distante y ausente, estableció un patrón de abandono que se repetiría una y otra vez en mis relaciones románticas. La falta de amor y apoyo en mi hogar generó un profundo sentimiento de inseguridad y una constante búsqueda de validación en mis parejas. Tanto era así que la partida repentina de Dilan me hizo cuestionar mi propio valor y alimentó mi miedo al abandono. La ansiedad se aferró a mí como una sombra, susurrando que todos los amores terminarían de la misma manera.
Por otro lado, Sofía, con su toxicidad y manipulación, representa la oscuridad que envolvió mi infancia. Mi madre, atrapada en sus propios problemas emocionales, no pudo brindarme el amor y la estabilidad que tanto necesitaba. A medida que crecía, me encontré atrapada en patrones de relación similares, buscando la atención y la aprobación que nunca recibí en casa. Cabe destacar que la relación con Sofía era tan tóxica que parecía destinada a desmoronarse desde el principio, pero mi afán de aprobación y atención no me permitía dejarla ir aunque supiera que ella era una fuente de sufrimiento constante para mí. Sus manipulaciones y su abuso emocional me sumieron en un mar de dudas y autocrítica constante. Me convenció de que nunca sería suficiente, que siempre habría algo mal en mí. Mi ansiedad se intensificó, y los rituales de control se convirtieron en mi única forma de sentirme segura.
Y por último, Andrés, el chico que creí que sería mi salvación, pero que finalmente no pudo comprender ni apoyar mis luchas internas. Al igual que mi familia era consciente de mi ansiedad y mi TOC, pero nunca se tomó el tiempo para entenderlo o brindarme el apoyo que tanto necesitaba. La falta de comprensión y empatía en casa y en la relación dejó una marca profunda en mi autoestima y mi capacidad para confiar en los demás se desplomó en picado. Finalmente pasó lo inevitable, la falta de comunicación y su falta de compromiso nos llevaron a un callejón sin salida, dando a entender que nunca pudo comprender ni apoyar mis luchas internas con la ansiedad y el TOC. Me sentí incomprendida, ocultando mi verdadera naturaleza por temor a su rechazo. Mi ansiedad se disparó y mis rituales de control se volvieron más frecuentes.
Y aunque la vida me haya dado tantos palos aún queda un pequeño atisbo de esperanza de encontrar a la persona indicada en mi malherido corazón. Un amor auténtico y comprensivo, alguien que me acepte en mi totalidad, alguien capaz no solo de comprender mis luchas internas, sino que también esté dispuesto a apoyarme en mi camino hacia la sanación y el crecimiento personal.
Soy consciente que las parejas perfectas no existen pero, desearía encontrar a alguien que demuestre empatía y compasión hacia mis desafíos emocionales, alguien que no solo esté dispuesto a escucharme cuando necesite hablar sobre mis preocupaciones y miedos, sino que también sea capaz de ofrecerme un hombro en el que apoyarme cuando la ansiedad se vuelva abrumadora.
Tengo miedo, miedo a no encontrar alguien que no me juzgue por mis rituales y compulsiones, que este libre de prejuicios y críticas, que entienda que la ansiedad y el TOC no definen quién soy como persona, sino que son parte de mi experiencia y mi proceso de aprendizaje.
Espero de todo corazón que dentro de poco pueda aprender a confiar en mi intuición y a reconocer las señales que indican que estoy en presencia de alguien especial.
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Entre Compulsiones y Amor: Sanando el Corazón de una Luchadora
RomanceEn "Entre Compulsiones y Amor", nos adentramos en la vida de Olivia una joven talentosa y creativa que ha luchado durante años contra el Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC) y la ansiedad. Sus días están llenos de rituales y obsesiones que la atrapan...