La guerra celestial

La antigua gran guerra (parte 1)

Miré mi pecho y vi como una hoja de luz lo había atravesado por completo. Empecé a echar sangre por todos lados. Mientras pasaba mis últimos momentos de vida en un agonía pura, veía como mis compañeros demonios iban sucumbiendo poco a poco ante el poder de los Ángeles. Eran demasiado fuertes y estaban demasiado bien entrenados para nosotros.

Satán aún así viendo como moríamos uno a uno no ordenó que nos retirásemos, por qué? Eran los últimos pensamientos que rondaban por mi mente antes de morir.

Pero de repente, un hombre que parecía ser un ángel, pero oscuro, se fue abriendo paso a espadazos entre las filas enemigas. Entonces fue cuando ya no noté la hoja atravesándole el pecho. Una chica igual que el ángel raro mató a mi atacante y acto seguido curó mi herida.

Una vez estaba bien, fui corriendo a hablar con Satán:

-Con su debido respeto, en que coño estaba pensando Gobernador?

-Relájese general, por que cree que no ordene la retirada? Tenía un as en la manga: hace poco descubrí que había un gran número de "ángeles corruptos", que decidieron unirse a nuestro bando en la guerra. Se hacen llamas Ángeles Caídos, de ahí que sean oscuros y demás,

- Vale da acuerdo, pero de todas formas han muerto muchos camaradas

-El sacrificio era necesario si queríamos la victoria, y ahora si me disculpa, tengo unos cuantos angelitos a los que despedazar.

Estaba indeciso y con muchas cosas en la cabeza, pero decidí que lo mejor sería luchar.

Un día después monte a caballo infernal para infiltrarme en la base enemiga junto a un pelotón de cinco demonios, pero nos tendieron una emboscada y mutilaron a tres de mis compañeros. Los demás quedamos heridos de gravedad y estuvimos a punto de correr la misma suerte de nuestros compañeros, porque armaron las catapultas demoníacas con bolas de fuego y evitaron que se concentrarán en nosotros.

gracias al poder transferido del ángel caído, me transforme en un híbrido demoníaco angelical, transformando mi arma y dándole tanto poder como para reventar los muros de el puesto enemigo.

los pocos compañeros que me quedaban se quedaron asombrados ante mi transformación y acto seguido entramos en la base enemiga con un grito de guerra triunfal