| Capítulo 1: Manicomio.

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| Manicomio.

Bobby Singer conoció a James Dearbon el día en que su hija iba a nacer

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Bobby Singer conoció a James Dearbon el día en que su hija iba a nacer. Estaba saliendo del supermercado con un paquete de cervezas en mano cuando vio a un sujeto de quizá treinta años tratando de encender su auto, visiblemente estresado, gritándole a la nada que no podía perderse ese momento tan importante. Pensó por un momento en seguir su camino, pero el recuerdo del llanto de su esposa de repente lo atacó, recordando los últimos días antes de que muriera, luego de esa pelea por el tema de los hijos, y de un momento a otro, de pronto, estaba conduciendo al hospital para que el pobre bastardo pudiera llegar al nacimiento de su hija.

Se retiró del hospital después de que él desapareció para ir con su esposa, convencido de que no volvería a verlo, pero mes y medio después, lo vio cuando volvía a casa tras una cacería, paseando con la bebé en brazos y la que suponía que era su esposa estaba en el pórtico de una bonita casa celeste, mirándolo sonriente. Bobby pensó que él no se dio cuenta de su presencia, pero más tarde ese mismo día, apareció frente a su puerta en compañía de su esposa y su hija, queriendo presentársela como una muestra de su agradecimiento por ayudarlo a estar ahí mientras nacía.

Honestamente, la niña era bonita. Tenía los ojos cerrados, poco cabello en la cabeza y unas mejillas regordetas. Además, le gustaba sujetar la tela de la ropa de las personas y tirar de ella. Bobby había estado tenso durante todo el rato que James y Susan —su esposa y madre de la niña— le dejaron tener a la pequeña Destiny en brazos, y por su mente nunca pasó que, menos de diez años después de ese momento, vería morir a James Dearbon.

Un hombre lobo había aparecido en Sioux Falls durante el verano de 1994, cuando la pequeña Destiny tenía nueve años, y Bobby no había sido tan rápido como para salvarlo de la muerte. Para cuando llegó y mató al hombre lobo, James ya estaba muerto, con el corazón arrancado del pecho y la sangre manchando todo alrededor. La policía lo llamó un ataque animal y pocos días después, Susan Dearbon empacó sus cosas y las de su hija y se fueron de Sioux Falls con la intención de no volver nunca.

Sin embargo, a pesar de eso, las cosas no salieron bien para las Dearbon. Tres años después, Bobby fue a Milwaukee luego de recibir una llamada desde el teléfono de Susan, enterándose de que había sido encontrada muerta unos días antes y habían encontrado unos documentos donde indicaba que de llegarle a pasar algo, él era el guardián de Destiny. Destiny estaba sentada sobre el sofá de la estancia cuando llegó, las manos apretadas en una sudadera que pertenecía a su madre y los ojos más tristes que Bobby había visto durante un largo tiempo.

Ella siempre había sido una niña alegre, pero después de quedar huérfana a la edad de 12 años, Bobby no podía sorprenderse de su cambio de actitud. Luego de comprobar su identidad con las personas necesarias y explicar el por qué fue nombrado guardián de la niña, la había llevado de regreso a Sioux Falls, seguro de que algo inevitablemente iba a salir mal con él al cuidado de una niña de doce años.

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