| Capítulo 7: Sueña un poquito conmigo. Parte I.

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| Sueña un poquito conmigo. Parte I.

Sam y Dean no habían sabido mucho de Bobby y Des después de lo que sucedió hace meses en Elizabethville y teniendo la Colt ya reparada con la ayuda de Ruby, y Dean no imaginó nunca que lo primero que sabría de ellos después de la llamada que Des h...

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Sam y Dean no habían sabido mucho de Bobby y Des después de lo que sucedió hace meses en Elizabethville y teniendo la Colt ya reparada con la ayuda de Ruby, y Dean no imaginó nunca que lo primero que sabría de ellos después de la llamada que Des hizo alrededor de mes y medio atrás para desearle a él y a Sam una felicidad Navidad, sería que habían llamado de un hospital de Pittsburgh para avisar que Bobby fue ingresado por la tarde y no despertaba

Sam estaba sentado en un bar bebiendo un trago a las dos de la tarde cuando Dean lo encontró, contándole que Destiny había llamado porque algo le había pasado a Bobby y necesitaba que él y Sam fueran tan rápido como pudieran. Su hermano estaba medio ebrio cuando se levantó de su asiento, tambaleándose en su lugar, pero se las arregló para entrar al auto sin tropezar, manteniendo durante todo el camino la mirada en su celular, enviándose mensajes con Des. Si la situación no fuera seria, Dean seguramente se habría burlado de él por parecer un adolescente enamorado.

Les tomó horas llegar al Pittsburgh, y Destiny parecía al borde de un colapso nervioso cuando la vieron, moviéndose de un lado a otro en la sala de espera mientras le hacían diferentes pruebas a Bobby. Dean fue el primero en acercarse, preguntando qué había pasado, pero ella tampoco tenía ni idea. Bobby había salido hace unos días para cazar algo y se preocupó cuando dejó de comunicarse, y de repente la llamaron del hospital para anunciarle que estaba ahí porque ella era su contacto de emergencia.

— ¿Cuál es el diagnóstico? —preguntó Sam, mirando a Bobby recostado en la camilla de hospital cuando finalmente los dejaron entrar en la habitación. Dean estaba parado a su lado, justo en medio de él y Destiny, quien no podía dejar de cambiar el peso de su cuerpo de una pierna a otra, nerviosa.

—Ya le hicimos todas las pruebas necesarias. Está perfectamente sano —respondió el doctor.

—Pero está en coma —discutió Dean de inmediato.

—Señorita Anderson —se dirigió a Destiny, quien casi se había olvidado que usaba un pseudónimo cuando cazaba y era el mismo que figuraba en el celular de Bobby en caso de emergencias—, usted es su contacto de emergencia. ¿Hay algo que tengamos que saber? ¿Enfermedades?

Negó.

—No, casi nunca se enferma. Ni siquiera de un resfriado —respondió—. Doctor, ¿hay algo que se pueda hacer?

—Escuchen, lo lamento, pero no sabemos que está causándolo, así que no sabemos cómo tratarlo. Él solo... se fue a dormir y no despertó.

Destiny sintió su estómago dar un vuelco, mirando a Bobby. A un costado, Sam y Dean se miraron entre sí, preocupados, mirándolo a ella y luego a Bobby.

Convencer a Destiny de irse del hospital no fue fácil. Quería estar cerca en caso de que cualquier cosa pasara, pero Dean logró disuadirla después de hacerle entender que lo que sea que estuviera pasándole a Bobby no era normal, así que tenían que averiguar que era para poder encontrar una solución.

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