♔ Capítulo 26

842 125 20
                                    

╔═*.·:·.✧ ✦ ✧.·:·.*═╗

╚═*

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

╚═*.·:·.✧ ✦ ✧.·:·.*═╝

—Me alegro de verlas —Sira habla a los lejos subiéndose las gafas de sol dejándolas como diadema sobre su pelo.

Los chicos regresaban a su rutina, Carla y yo vinimos al entrenamiento y casualmente coincidimos con Sira.

—Si irán al partido, verdad? —pregunta después de saludarnos de beso.

Carla asiente por mi también.

Pasado mañana los chicos tenían un partido en Madrid.

No estaba segura de ir, pero Pablo estuvo días suplicandome que fuera, así que al final accedí.

No quería ir porque sabía que en cuanto pusiera un pie en Madrid, mis padres se enterarian y me solicitarian ir al palacio.

Pero correría el riesgo de que eso suceda. Era algo importante para mi novio.

Todo el entrenamiento contemplaba embobada a Pablo, cada movimiento y gesto que hacía me parecía de lo mas lindo, hasta él empapado de sudor.

Que asco me doy. Así debe sentirse estar enamorada, supongo.

Yo solo disfrutaba de todo lo que él me hacia sentir, sin pensar en nada mas.

Cuando los chicos terminan de entrenar, Sira se despide y quedamos de vernos en Madrid para el partido.

Una fragancia amaderada floral embriaga mis fosas nasales y sé que Pablo está a unos pasos de mí.

Lleva puesto una camiseta azul cielo sin mangas y shorts negros del club, su pelo estaba un poco húmedo, tenía unos mechones pegados en la frente.

Posa sus manos en mi cintura y me acerca lo mas que puede a él, uniendo nuestras bocas, en un beso placentero.

Nos separamos y me mira fijamente.

—Estas preciosa —me dice mientras le acomodo los mechones de cabello de la frente a un lado.

No sé cuanto tiempo pasa hasta que decido romper con el contacto visual.

—Toma —saco un protector solar en barra de mi bolso y se lo ofrezco.

—¿Para mí? —levanta la comisura de sus labios.

—Aplicalo cada 2 horas

—Prometo hacerlo —lo toma entre sus manos sin dejar de verme.

—Mas te vale porque es muy costoso

—¿Por qué no me ayudas a aplicarlo ahora? —me regresa el protector y lo tomo.

Le quito la tapa y comienzo a pasarlo por su rostro mientras apoyo mi mano libre sobre su hombro izquierdo y él en automático cierra los ojos.

Midnight Rain |Gavi|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora