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No podía creer que en tan pocos minutos de haber estado en la casa, estaba a punto de ser devorado.

-Creo que hasta aquí llegué.- Me dije a mi mismo esperando mi terrible final.

Horas atras


Después de que Kara me llevo a lo que sería mi nueva habitación aún seguía muy asombrado por lo grande que era.

Pero no solo quería conocer las 4 paredes más bonitas que había visto en mi vida, si no también toda la casa, por lo que comience a desempacar las pocas cosas que tenía en mi maleta y acomodar, aunque ver los lujosos muebles que decoraban el cuarto hizo que me diera pena poner ahí mi vieja, desgastada y para nada elegante ropa.

No pertenecían ahí, así que preferí mejor dejarla en la bolsa.

Estaba apunto de salir de la habitación para por fin conocer la casa hasta que me tope con un espejo que dejaba ver todo mi cuerpo, pero lo que vi no me agrado para nada. Parecía un sirviente y eso me desánimo.

-Jamás seré otra cosa.- Me dije a mi mismo.

Antes de irme, mire la pequeña campaña que me habían dado.

-No la necesito, no creo perderme.- Dije dejándola en el mueble más cercano para después salir de la habitación.

Una vez fuera, seguí los mismo pasos que había dado con anterioridad cuando me guío Kara y así empezar desde el principio a explorar.

Era una mansión enorme, había muchas puertas y eran 3 pisos que guiaban a más largos pasillos que colgaban en sus paredes cuadros con pinturas originales y esculturas de mármol.

Comencé explorando el piso de abajo primero, abriendo de vez en cuando algunas puertas encontrándome salones de descanso con chimenea, la gran sala de estar, la cocina, el comedor y un enorme salón de baile.

En mi recorrido, no me había encontrado a nadie del personal, cosa que agradecí para evitar dar explicaciones, aunque me pareció raro ya que tampoco me había topado ni con la señorita Kara ni con Sr. Anderson.

No le di mucha importancia y seguí mi recorrido hasta que al final, terminé en la última puerta que me faltaba, el patio trasero de la casa.

Al abrir la puerta, como todo lo demás me dejó con la boca abierta.
Era muy bello y bastante bien cuidado. Había un hermoso pasto verde y árboles bien recortados por doquier y lo mejor de todo es que la vista dejaba ver el enorme bosque tras de si, sintiendo al momento mucha curiosidad de ir a explorarlo.

Todo estaba tranquilo y me encontraba perdido en la hermosa vista del lugar, hasta que un gruñido fuerte y claro me asustó.
Provenía detrás de mi y con suma delicadeza comencé a voltear para ver qué era.

-¿Un lobo?- me pregunté asustado.

Cuando mi vista centró lo que tenía detrás de mi gruñéndome, pude ver cómo un gran perro estaba parado en una pose apunto de aventarse a mi, viéndome directamente a los ojos.

No podía creer que en tan pocos minutos de haber estado en la casa, estaba a punto de ser devorado.

-Creo que hasta aquí llegué.- Me dije a mi mismo esperando mi terrible final.

No había nadie cerca para pedir ayuda y había dejado la campana en la habitación pensando en dos posibilidades al momento.
Si corro me perseguirá y si gritó se aventará hacía mí.

No tuve mucho tiempo de decidir ya que el gran can aún cuando no me había movido, comenzó a correr hacia mi.

Asustado de no saber que hacer quise correr en dirección al bosque, pero mis talones tropezaron con el mismo césped haciéndome caer hacia atrás.

La Herencia del Alfa~💙Hannor💙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora