UNA Y MIL VECES...

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Una historia que no se supo muy bien como comenzó...
Un día normal y corriente, en clase, deje de sentirme sola, sentía como unos ojos que no eran los míos. Me di la vuelta y ahí estaba él, ese chico frío con mirada perdida. Desde aquel día, cruzamos miradas continuamente, dejamos de vernos como amigos y comenzamos a vernos como algo más...
Entre tantas miradas y rumores sobre él, llegó el día en el que me atreví a preguntarle. Así pues, podría decirse que todo comenzó con esa conversación de WhatsApp. Pasaban los días y esa conversación no llegaba a su fin, al contrario, avanzaba cada vez más. Hasta que sentí como se me paró el mundo, en ese mismo momento, recibí un mensaje de él. El mensaje decía "si quieres voy a verte"; claramente entre dudas y preguntas le dije que si. En 30 minutos estaba en mi puerta, ahí supe que ya habíamos comenzado a escribir nuestra propia historia. A medida que bajaba por el ascensor, las mariposas subían por todo mi cuerpo. Cuando me acercaba a él, cada paso que daba, era un latido de mi corazón. Agarré de la mano al miedo y subí a aquel coche...
Todo el camino fueron risas nerviosas, hasta que llegamos a ese lugar. Paró el coche y me propuso ir a los asientos de atrás, le dije que sí, pero la verdad no estaba muy convencida. Empezamos a enlazar una conversación, comenzaron las bromas y todos sabemos que entre broma y broma la verdad se asoma , pues en esta historia no fue una excepción. No sé cómo, pero acabé en sus piernas y con sus brazos rodeando mi cuerpo. Él quería besarme, pero yo todavía no me sentía preparada y aguante todas las ganas. Me dejo en mi portal y nos despedimos, no podía creer todo lo que había sentido en tan poco tiempo.
Hicimos como si no hubiera pasado nada, pero si pasó...
Pasaban los días y volvió a decirme de vernos, otra vez esos nervios y esas sonrisas tontas. Aquel día sí que cambió todo, nos besamos y pude recorrer cada rincón de su cuerpo, unimos dos almas muy parecidas pero a la vez tan distintas. Desde aquel momento, lo que era simplemente atracción, se convirtió en algo especial. Nos vimos durante unos días y no voy a negar que cada día sentía más por él, que cada día me costaba más sacarle de mi mente.
Intentaba no escribirle, me quería negar a mi misma lo que sentía por él, pero era imposible...cómo puedes negar algo tan fuerte, como puedes ignorar el motivo de tus sonrisas, como puedes obligarte a no sentir nada cuando lo sientes todo.
Tuvimos conversaciones sobre lo que teníamos, pero era una relación imposible, no había ni pies ni cabeza. Aún así nos tiramos a la piscina de cabeza y nos perdimos en ella...
Llegó un día en el que se alejó de mí, de la noche a la mañana, ya no sabía nada de él. Sentí una impotencia y una rabia enorme, pero me lo tragué todo y seguí para adelante,con la cabeza alta.
Tras dos días recibí una llamada suya, "perdona..." así comenzaba, tras su explicación, supe que nuestra historia no acababa ahí...
Volvimos a vernos, y después de esa conversación, volvimos a enredarnos en el cuerpo del otro. Nuestra relación siempre fue un sí, pero no ; un eres mía, pero haz lo que quieras ; un te quiero, pero no te ilusiones.
Ahora mismo te estarás preguntando por qué fue un todo o nada, la respuesta a tu pregunta es...que los dos tenían pareja.
Aún con todo los dos se querían con locura, se les podía venir el mundo encima, pero siempre algo les hacía estar juntos. Ella sí que lo dejó con su novio, desde el primer momento en que se besaron, pero él no... Tuvo que aguantar que él estuviera con otra y le quisiera a ella. Hubo días que se notaba que no estaba bien, intento hablar del tema con él, parecía que ya iban a poder estar juntos, pero como en esta relación era todo un sí pero no, pues estas conversaciones no fueron menos. Lo único que ella le pedía era que si de verdad la quería, dejara a su novia. Día tras día, los dos sentían más fuerte ese sentimiento llamado "amor", pero cuando todo iba bien entre ellos, el mundo se les caía a cachos.
Recuerdo aquellos momentos en los que él me firmaba los apuntes y yo le escribía notas en su cuaderno. Recuerdo como me sonría con esa sonrisa nerviosa, dejó de ser ese chico de mirada fría a ser mi chico de mirada fría.
Él hacía lo imposible por verla, le decía que no podía ir y le sorprendía sentado en la mesa de aquel bar, la iba a ver después de clases, la buscaba cuando ella salía con sus amigas y la llevaba a casa, hacía lo que fuera tan solo por verla 5 minutos..
Le traía chocolates cuando ella estaba en sus días y le acariciaba todo su cuerpo cuando ella no se sentía bien.
Recuerdo aquella vez, que me llevó en un patín, recuerdo estar sonriendo durante todo el camino, pudimos ver la magia que había en los puentes al pasar con la persona correcta, pudimos sentir como nuestros corazones latían al mismo ritmo, pudimos observar todo lo que habíamos construido juntos. Llegamos a nuestro lugar y nos perdimos en el, fue en ese momento en el que me di cuenta que lo nuestro si era real.
Puso una manta en el suelo, hizo palomitas y descargó mi película favorita. Aún siento como me acariciaba y como me miraba, durante la película.
Entre risas y cosquillas, se enredaron sus cuerpos, pero esta vez no fue un simple enredo, sintieron que se les paró el mundo,que solo eran ellos dos y aquel lugar, e hicieron el amor.
Fue tan suave todo, las caricias, los besos,sus manos apretando las mías, pude escuchar cada gemido y cada sonido que salía por su boca. Todos los movimientos y como me tocaba, a veces parece que aún estuviera en aquel día. Sentí una sensación muy fuerte mientras lo hacíamos y tuvimos que parar, recuerdo estar en sus brazos y con la respiración a mil,recuerdo que apenas podía hablar y como mi cuerpo temblaba. Recuerdo como intento tranquilizarme y cada una de las palabras que me decía.
En sus brazos sentía que estaba en mi lugar seguro, sentía que con él nunca me pasaría nada malo.
Al día siguiente no podían dejar de sonreír el uno por el otro, no podían dejar de pensar en todo lo que había pasado. Cada momento se grabó en sus corazones y era imposible deshacerse de ese recuerdo. Esas miraditas en clase, con esas sonrisas nerviosas, que solo ellos dos podían entender.
Hasta que pasó lo inesperado.. Llegó un día en el que ellos dos se iban a ver, ella fue a su coche y él estaba esperándola. Se subió al coche, pero lo que ella no sabía es que igual sería la última vez que lo haría. Empezaron a hablar sobre hasta dónde habían llegado los dos juntos, todos los momentos que habían creado y todos los sentimientos que se habían formado. Él tenía que dejarla ir, aunque no quisiera, aunque le reventara por dentro, claro ejemplo de que a veces querer no es suficiente. No fue fácil, pero ella tuvo que aceptar la situación, a pesar del dolor que sentía por dentro. El tomo la decisión pensando en terceras personas, porque no quería que su vida fuera una montaña rusa de sentimientos y preocupaciones. De repente se escuchó un "pum,pum,pum" en el cristal del coche, era la anterior pareja de ella, Carlos. El abrió la puerta y les empezó a gritar, ella se quedó en shock, no sabía cómo gestionar aquella situación, después Carlos cerró la puerta bruscamente con dolor y resentimiento, pensando que su amor se había ido con un simple arranque de coche. Marcos la llevó a la siguiente calle para poder tranquilizarla y poder calmar aquellos sentimientos que le abordaban.
Pude sentir como mi corazón latía más rápido que nunca, sentía una presión muy fuerte en mi pecho, y un mar de lágrimas inundando todo mi cuerpo.
Él me intentó tranquilizar y me dijo que respirara con él, poco a poco iba volviendo a respirar como de costumbre . Hasta que volvió a aparecer Carlos y les grito enfrente, Marcos intentó salir de ese lugar, pero era imposible salir de ahí sin atropellarle. Lorena no podía hablar, volvió a aquel ataque de ansiedad, que parecía que nunca llegaba a su fin. Carlos le gritó "BAJA VAMOS A HABLAR" , ella solo temblaba y cada vez más , Marcos la miró y vio como estaba. Así pues Marcos le esquivó, pero Carlos se agarró al coche y continuó con ellos unos segundos más. Por fin lograron salir de aquella situación, la última palabra de Carlos fue : "ire a por ti", nunca se supo a quién de los dos se refería. Cuando ya estaba más tranquila, él me abrazó y me besó y me dijo "todo estará bien pequeña".
Me llevo a casa y nos despedimos, ahí fue cuando me di cuenta de que nos habíamos perdido. Sentí como si se me escapara algo, como si parte de mi se quedara en aquel coche, sentí como si todo se me viniera encima y como si todas las piezas de un puzle se rompieran al mismo tiempo.
Prometo no estar mal, eso no pude decírselo...cómo no voy a estar mal, cuando la persona que te ha hecho querer se va de tu vida lentamente y no puedes hacer nada para que se quede a tu lado.
Los dos dejaron huella en la vida del otro, ella subió a casa sin ganas de nada, y él se marchó a la suya sabiendo que había perdido a Lorena, o como él la llamaba a su nena.
Me dolió dejarlo en aquel coche, pero en el fondo de mi ser sabía que esta historia no se había cerrado del todo.
Una y mil veces este ciclo de amor imposible, igual no cierra ese capítulo que se escribió tan simple.

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