En donde el camino de Destiny Dearbon vuelve a cruzarse con el de los hermanos Winchester y desata el infierno en su vida.
| SUPERNATURAL X OC.
| Sam Winchester x OC.
| Temporadas 1 a 5.
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Si tenía que ser completamente sincera, Destiny estaba comenzando a acostumbrarse a la presencia constante presencia de Sam y Dean alrededor, y después de que Sam se volviera el tipo más suertudo del mundo al tocar una pata de conejo maldita y después fuera el más desafortunado de todos porque se la robaron y eso significaba que podía ser asesinado por su propia mala suerte, poder tener un ojo sobre ellos resultaba ser bastante tranquilizador.
—Hola —saludó Sam, apareciendo por la cocina, sonriéndole.
—Hola, Sam —le devolvió el saludo, mirándolo por un momento para después volver a mirar lo que cocinaba para el almuerzo.
—También estamos aquí —anunció Dean, parado en la estancia, derritiendo metal en balas mientras Bobby trabajaba en la Colt.
Sam lo miró.
—Creo que hallé unos augurios en Ohio. Rayos en seco, caída de presión barométrica —anunció.
—Eso es impresionante —comentó sarcásticamente su hermano.
—Y un tipo se voló la cabeza en una iglesia y otro sujeto se volvió loco en una tienda —añadió, caminando a la estancia—. Podrían ser presagios demoníacos.
—O simplemente un suicidio y un psicótico.
—Sí, pero es nuestra mejor pista desde Lincoln –le recordó Sam.
— ¿Dónde en Ohio? —preguntó Destiny, apagando las hornillas de la estufa cuando el almuerzo estuvo listo y acercándose a los chicos.
—Elizabethville. Es un pueblo obrero medio muerto.
—Tiene que haber un demonio o dos en una playa —dijo Dean, más para sí mismo que para el resto.
—Lo siento, tal vez a la próxima —respondió Sam—. ¿Cómo va eso, Bobby?
—Lento.
—Sí, la verdad, es muy triste ver la Colt así —admitió Dean.
—Lo único que sirve ahora es descubrir qué es lo que hace que funcione.
—Entonces, ¿qué hace qué funcione? —preguntó Sam.
Bobby lo miró mal. Sam alzó ambas manos en señal de paz.
—Si queremos ir a ver esos augurios en Ohio, ¿crees tenerla lista para hoy en la tarde? —preguntó Dean burlón, tomando su chaqueta.
—No matará a los demonios para entonces, pero puedo prometerte que te matará a ti —contestó molesto.
Dean sonrió, satisfecho con tu reacción mientras Sam se reía.
—Bueno, vayámonos mientras tenemos luz —dijo, caminando a la salida.
—Nos vemos, Des —se despidió Sam, sonriéndole.
—Oigan. —Sam se detuvo en seco cuando la oyó hablar, mirándola—. Si se encuentran con algo, cualquier cosa, llamen, ¿entendido?
