Dos días habían pasado desde ese primer encuentro. No se habían vuelto a ver y probablemente no lo harían hasta la próxima clase, si es que ambas se presentaban a la próxima clase.
Luego de lo sucedido un par de días antes, Yelena y Natasha discutieron (o más bien Yelena). Desde ese momento la rubia ignoró cualquier palabra proveniente de su hermana, y la pelirroja decidió no insistir, sabía como Yelena se comportaba en situaciones así, por lo que era mejor dejar que se calmara por si misma.
Yelena se encontraba en la habitacion que compartía con su hermana terminando un trabajo para su clase de cálculo cuando recordó en que día estaba, mañana sería lunes y aun no había completado el formulario que debía presentar. Fue por su mochila para sacar, con mucho cuidado, el papel que Kate Bishop había dejado a medio cortar. Tomó un poco de cinta e intentó pegarlo con sumo cuidado. Justo en ese momento, su hermana entró en la habitación.
— Hola, sestra. — saludó despreocupada, y como había sido en las ultima 48 horas, no recibió respuesta. — ¿Aun estas enojada? — nada. — Ya te pedí perdón. — silencio. — Por favor, sabes que no aguanto que no me hables.
— ¿Por que crees que no lo hago?
— ¡Ahi esta! — gritó satisfecha. Yelena soló frunció el ceño, la miró de reojo como si estuviera loca, antes de volver a su trabajo. — ¿Necesitas ayuda? — se ofreció, la rubia no respondió pero negó ligeramente con la cabeza. — ¿Y no lo vas a llenar? — esta vez si levantó la mirada, una mezcla entre incredulidad y molestia era visible en sus cejas alzadas. — Ya, perdón. ¿Estas libre ahora?
— ¿Para ti? No. — respondió, volviendo a evitar cualquier tipo de contacto visual.
— ¿Para Wanda?
— Menos. — hizo una mueca.
— Iremos al cine ¿te gustaría acompañarnos?
— ¿No es raro que me lleves a una de tus citas?
— No es una cita. No iremos solas.
— ¿Y quien mas irá? — finalmente encontró los ojos de su hermana, y aunque esta no reaccionó visiblemente ante la pregunta, tampoco respondió. — ¡Natasha! — suspiró frustrada mientras se daba la vuelta, sabia que no debería haberle vuelto a hablar.
— Creo que empezaron con el pie izquierdo, deberían intentarlo de nuevo.
— No me interesa empezar de nuevo, ni siquiera me interesa empezar nada. ¿Puedes dejar de meterte en mi vida? Te recuerdo que si todo salió como salió, fue porque tu decidiste que era buena idea emparejarme con ella.
— Lo creí. — asintió sincera. — En verdad es dulce.
— A mi me pareció mas bien agria.
— Es muy buena conmigo y conectamos muy bien, creí que contigo sería igual.
— Disculpa ¿te gusta Maximoff o Kate Bishop?
— Yelena, por favor.
— Por favor te lo pido yo, Natasha. — pidió exasperada. — ¡Deja de intentar! Solo ganaras que no te vuelva a hablar por el resto del semestre.
— Esta bien. — dijo rendida. — Lo lamento.
— No me gusta que tengas que disculparte todos los días, eso no esta bien. — murmuró, dandole la espalda.
Siempre habían sido muy unidas. Si, discutían bastante seguido, pero no llegaban a pelear. Y eso le dolía a Yelena, pero aun más le molestaba. Le molestaba que Natasha sitiera la necesidad de buscarle amigos, le molestaba que no la entendiera a pesar de haberselo explicado anteriormente, le molestaba la insistencia con este tema. Y sobre todo le molestaba que la estúpida razón de que ella estuviera enojada y se desquitara con su hermana, sea Kate Bishop.
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Agridulce || Katelena/Bishova
Fiksi Penggemar-Haters to Lovers- Kate Bishop destruyó un campanario, lo que la dejó fuera del equipo de arquería por seis meses. Ahora necesita utilizar ese tiempo en algo más para ganar los créditos necesarios a forma de castigo. Un taller de cocina parece ser l...