𝐏𝐫𝐢𝐧𝐜𝐞𝐬𝐬

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Serie: Éxodo.
Contiene: Soft.





















Cada vez que podía, Auron se echaba una mirada al gran espejo que adornaba una de las esquinas de la habitación.

Comenzaba a amar el vestido de princesa que Focus le obsequió hace un par de días.

No se lo había puesto antes por vergüenza.

Además... ¿Qué pensarían sus amigos si lo veían con un vestido de princesa?.

Probablemente, no volvería a salir de casa después de pasar por una situación tan vergonzosa.

Pero ahora que estaba solo, no contuvo sus ganas de probarse aquella prenda esponjosa de color rosa.

Saltaba y daba vueltas por la habitación, emocionado de que aquel hermoso vestido danzara a la velocidad de sus movimientos.

Se sentía como una princesa de un cuento de hadas.

Pero su felicidad no duró mucho, al ver a Biyín entrar por la puerta.

La rubia lo observó de pies a cabeza, apretando sus labios para evitar sonreír.

— S-Sara... P-Pensé que no había nadie. — Auron tartamudeó de forma absurda. Se estaba muriendo de la vergüenza.

La menor bostezó desganadamente, dirigiéndose a uno de los cofres para buscar quién sabe qué.

— Yo me adelanté... — Respondió, mirándole por el espejo. — Los chicos vienen en camino, no tardan en llegar.

Auron asintió, incómodo.

No sabía qué decir o hacer.

No quería que su amiga se sintiera asqueada de verlo con una prenda que era para mujeres.

O al menos así lo dictaban los prejuicios de la sociedad.

— Sara...

— ¿Sí?. — Ahora, la chica puso toda su atención en él después de cerrar el cofre.

— ¿No te desagrada verme así?. — Inquirió Auron en voz baja.

— ¿A qué te refieres?.

— Así... — Tocó su vestido con vergüenza. — Con algo de mujer...

Biyín enmudeció por un momento, mirando con ternura al contrario.

— No me desagrada. — Dijo de pronto, haciendo que el mayor la mirara con los ojos brillantes. — Te ves muy bonito con ese vestido.

— Pero...

— Además, la ropa no tiene género. Puedes usar lo que tú quieras, y nadie tiene derecho a juzgarte por eso.

Con eso dicho, Auron sintió su corazón llenarse de calidez.

En cierta parte, encontró razón en las palabras de su amiga.

— Y... ¿Crees que a Reborn le guste verme así?.

— ¿Lo dudas?. — Biyín rió suavemente. — A Reborn le dará algo cuando te vea así. Te va a querer comer, porque te ves demasiado adorable.

Las mejillas del catalán se tiñeron de un ligero color rojizo.

En verdad, se sentía emocionado por ver a su novio, pero su pequeña inseguridad seguía ahí.

𝐌𝐂 𝐎𝐍𝐄-𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒  ⭑  𝐑𝐄𝐁𝐎𝐑𝐍𝐏𝐋𝐀𝐘 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora