𝐓𝐡𝐞 𝐨𝐧𝐥𝐲 𝐛𝐨𝐲 𝐈 𝐥𝐨𝐯𝐞𝐝

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Lo único que podía hacer, era llorar. Lloraba de impotencia, temor, odio, adrenalina. Perdía la cordura lentamente.

Días antes de la final, se había enterado del suicidio de su padre, semanas antes de eso murieron varios de sus amigos más cercanos, uno de ellos por culpa de una trampa que habían hecho en su hogar. Y meses antes, su hermano menor.

No podía más, pero todo se terminaría mañana.

Ahora, murió frente a sus ojos otra de las personas más importantes en su vida, Quackity. Apenas vio caer el cuerpo inerte del pato se largó corriendo, se sintió débil al no tener ni una arma para defenderse, ni para defender a su amigo.

Estaba devastado.

Escondido debajo de la tierra, sintiendo como la respiración le fallaba, su pecho sintiéndose apretado, mareandose cada vez más que antes.

Su equipo ya casi estaba vacío. Solo quedaban Shadoune, Robleis, y él. Nadie más.

Al final del siguiente día, nada más una persona sobreviviría.

La primera vez pensó que no sería problema asesinar para ganar, pero conforme iba perdiendo a gente en su vida, se iba dando cuenta del verdadero destino de todos; Morir. Uno solo viviría, pero de alguna manera, todos estarán muertos para el día de mañana, cuerpo y alma.

Aún así lo haría, ganaría ese inútil reto por todas las vidas que se perdieron, y cueste lo que cueste, haría que todo valiera la pena, su equipo ganará, no había otra opción más que esa.

Casi una hora había pasado, logró levantarse del suelo, sacudir su ropa, y comenzar con la minería. Debería pensar como contarle la noticia a Shadoune, aunque no sabía cómo lo encontraría, puesto que no lograron contactarse antes de que todo eso empezará, así que no había un plan.

Suspiró todo el aire que tenía, estaba demasiado tenso, eso no era para nada bueno. Dos días, era tan simple pero tan difícil sobrevivir.

El es fuerte, lo tiene más que claro, pero demasiada carga mental lo esta afectando en el momento menos deseado. Era inevitable, todos tienen debilidades, y la suya fue su familia.

Aún no se volvía loco, gracias a ese francés. Él lo mantuvo cuerdo hasta ese día, pero no sabría cuanto pueda aguantar.

Continuó minando, por más cansado que este, el oso nunca perdería su característica determinación...

¿O sí?

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Estaba algo cansado, no pensó que las minas serían tan escasas de diamantes, pero no le importaba pasar mucho tiempo allí debajo, siempre y cuando la barrera no estuviera cerca. Lo que sí sentía era preocupación, por ese estúpido chico de ojos morados. No le había logrado ver antes de esa final, lo último que supo de él fue lo devastado que estaba cuando se enteró de la noticia de Rubius, por suerte lo pudo acompañar un poco con el duelo, pero no llegaron a hablar para hacer un plan.

Se sentía horrible, estaba solo, no tenía a ninguno de su equipo a su lado, no fueron los mejores días que pasaron, ninguno estaba en condición de pelear, pero así era la vida, nada más debían dar un último esfuerzo. Un estirón más.

Nunca perdió la esperanza, desde el día uno. Se derrumbó muchas veces, pero finalmente estaba allí, con la mitad de su team vivo, pero lo habían logrado.

Ahora nada más faltaba llegar al día de mañana, y ganar el desafío.

— Me pregunto si Quackity está con Spreen... Si es así seguro estarán ambos bien, ese "boludo" es fuerte —

𝐃𝐄𝐒𝐓𝐈𝐍𝐎  - 𝙼𝙲 𝙴𝚇𝚃𝚁𝙴𝙼𝙾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora