Nueva York, Año 2018.
— Buenos días — Saludó Tony a su amada trás regalar un pequeño beso en su mejilla.
— Buenos días — Sonrió la mujer.
El castaño quiso acomodarse en la cama para brindar más besos a su amada pelirroja cuando el llanto de su bebé proveniente de la habitación contigua los alertó.
Natasha rápidamente se levantó de la cama pero un ligero mareo la hizo sentarse en la misma llamando la atención de Tony que alzó una ceja dirigiéndole una mirada confundida.
— ¿Estás bien? ¿Te mareaste? — Quiso saber.
— Sí y no... Aún estoy algo dormida, es todo. No me mareé — Sonrió levantándose con cuidado para ir hasta la habitación contigua.
— Sabés — El castaño se levantó y decidió seguirla — Anoche tuve un sueño extraño — Reveló mientras veía a la pelirroja cambiar el pañal de Natalie — Soñé que teníamos un hijo y lo llamábamos como mi padre — Dijo esperando la reacción de su novia.
— Imposible — Negó al tiempo que levantaba a la bebé ya cambiada — No estoy embarazada — Anunció.
— Eso no lo sabes y hace unos minutos te mareaste. Vamos, eres una espía entrenada, no pudiste haber perdido el equilibrio porque sí — Sonrió triunfante.
— Cuando volvimos de Oregon hicimos una prueba, dió negativo. Después continúe tomando mis pastillas — Suspiró.
— ¿Y si fue un falso negativo? — Sembró la duda — Deberíamos consultar con un médico — Meditó.
— ¿Sólo porque un sueño te lo dijo? Estás loco. Mejor iré a preparar el desayuno — Dejó a la bebé en brazos del castaño antes de marcharse a la cocina.
El desayuno fue tranquilo, apesar de que Tony insistió en ir al médico una vez más. Después de comer el genio se marchó a Stark Industries despidiéndose de las mujeres de su vida.
Por su parte, Natasha quiso distraerse del tema principal que su novio planteó esa mañana trabajando en el jardín, pues el huerto estaba dando sus primeros frutos y vegetales.
Después de almorzar dejó que Natalie tomara su siesta de la tarde y se disponía a hacer su pequeña rutina de ejercicios cuando su teléfono sonó, era una llamada de su amigo, Clint.
— Soló dos meses — Gritó el rubio con euforia.
Natasha sonrió ante el entusiasmo de su amigo y es que sólo faltaban dos meses para completar los dos años de arresto domiciliario al que tanto Hawkeye como Antman habían sido condenados.
— Tendrás que venir a visitarme — Recordó Natasha.
Clint asintió a través de la pantalla y estuvo apunto de decir algo hasta que el llanto de Natalie lo interrumpió. La pelirroja le hizo un gesto a su amigo en señal de espera y se levantó rápidamente para atender a su bebé.
— ¿Estás bien? — Preguntó el rubio al verla caer en el sofá en su intento por levantarse.
— Sí, sólo un pequeño mareo. Me levanté muy rápido, es todo — Se excusó riendo al tiempo que se levantaba del sofá, esta vez lentamente.
— No me gustan esos mareos, Nat. Deberías ir al médico — Sugirió algo preocupado.
— Ya empiezas a sonar como Tony — Rodó los ojos tomando a su bebé en brazos para calmarla antes de revisar su pañal — No es el pañal — Murmuró.
— Tony es un genio deberías escucharlo — Opinó su amigo.
— Créeme no querrás escucharlo. Últimamente de lo único que habla es de sus locos sueños — Rodó los ojos mientras comprobaba la temperatura de su bebé — Tampoco tiene fiebre ¿Friday? — Llamó a la inteligencia artificial.
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365 días que lo cambiaron todo
FanfictionNatasha debe cumplir un arresto domiciliario de un año tras haber violado los acuerdos de Sokovia. ¿El problema? Natasha legalmente no posee un domicilio. ¿La solución? En la Torre Stark siempre son bienvenidos los amigos. Aclaraciones: - Post Civil...