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Cabello oscuro, mirada neutra, sus labios estaban apretados formando una linea, casi de la misma altura de Felix.

Changbin bajaba de ese auto para entrar a la casa de su abuela.

Changbin vivía con sus padres en otra ciudad, era la primera vez que visitaba a su abuela después de que su abuelo falleciera, aún no superaba la muerte de la persona que mas lo entendía, cada vez que sus padres le decian que iban a ir a la casa de su abuela a visitarla el se negaba a ir, no queria que el recuerdo de su abuelo le doliera mas de lo que ya le dolía.

La primera vez que se lo dijeron no dijo nada y se río, sintiendo que era una mentira y su abuelo estaba en su casa con su abuela esperandolo para jugar ajedrez con él. Y para él siguió siendo mentira los dos años siguientes.

Y así el tiempo pasó tan rápido.

Podrá haber pasado cuatro años, pero a el le seguía doliendo como su hubiera sido ayer.

Él tenía once años, pero el sufrió su muerte mas que todos.

No conocía a nadie en ese lugar, ya que cuando iba a visitar a visitarlos se la pasaba jugando ajedrez con su abuelo mientras su abuela tomaba té de yerbas y los veía jugar. El sentía que no necesita nada más mas ser feliz.

Se bajó del auto y miró la casa, sabía que cuando entrara por esa puerta y no vea a su abuelo sentado en su sillón caería mas en la fea realidad.

—Tómate tu tiempo, se que es difícil— le dijo su mamá.

Sus ojos comenzaron a aguarse, tenia miedo de entrar, si sus padres no lo hubieran obligado a venir el se hubiera quedado en casa. Pero después de que sus padres le hayan insistido tanto diciéndole que tenia que sacar de a poco lo que estaba sintiendo y el se negaba cada vez que lo hacían, esta vez se pusieron firmes y prácticamente casi lo arrastraron hasta el auto.

Sin más, entró.

...

Sus ojos brillaban de una manera celestial, tanto que sus ojos empezaron a arder por tenerlos abiertos tanto tiempo, lo vio parado, examinando la casa, y desde la distancia que se encontraba de el, podria haber jurado ver lágrimas recorrer sus mejilas. Queria acercarse pero era muy tímido para entablar charlas con personas nuevas, mas sí eran de su edad. Lo vio entrar y la burbuja en la que se había sumergido explotó, y fue cuando se dio cuenta que Jeongin ya estaba parado a su lado intentando llamar su atención.

—Desde hace quince minutos te estoy llamando. ¿No me escuchaste?— reclamó el castaño.

—Perdón. ¿Sabes quienes son?— Felix queria saberlo en ese mismo instante.

—Son la familia de la señora Moon. Su hija viene a visitarla cada mes con su esposo. Cada vez que mi mamá va a visitar a la señora Moon para ver si necesita algo, ella le comenta que no le hace falta nada, su hija viene cada mes y le abastece en todo lo que pueda— respondió Jeongin mirando al pecoso.

—¿Y el niño que entró?¿Quien es?— interrogó  más.

—Debe ser el nieto de la señora Moon, mi mamá también me conto que antes, cuando el señor Moon estaba vivo, su nieto los visitaba cada semana.

—Es la primera vez que lo veo— mencionó.

—Yo también. ¿Vamos?— dijo el castaño.

Felix asintió, así que ambos comenzaron a caminar a su casa.

...

Después de unos días se enteraron que Changbin se iba a quedar a vivir con su abuela para acompañarla. Por su lado Changbin no se negó, cuando entró a la casa de sus abuelos se puso a llorar desconsoladamente porque no vio a su abuelo sentado en su silla esperando a que él llegara para que ambos jueguen ajedrez. Fue en ese momento que tuvo que aceptarlo aunque no quería.

Su abuelo ya no estaba.

...

Felix tenía un plan, y si todo salía como el lo habia imaginado y planeado, el niño nuevo se integraría a su grupo de amigos con el que jugaba todas las tardes.

—Así que vas a ir a tocarle la puerta a la señora Moon y le vas a preguntar si su nieto puede venir a jugar con nosotros, si tenemos suerte el niño nuevo abrirá la puerta pero si abre la señora Moon le preguntas— le indicó el plan al castaño.

—¿Y porque no vas tú? Me siento usado, muy mal pecas— dijo Jeongin con los ojos entrecerrados.

—Sabes que soy tímido, además tu eres el que me dio la información y pareces conocer mas de él, por favor— suplicó.

—¿Que pasa con el niño nuevo que quieres que juegue con nosotros? Nunca has invitado a nadie a jugar— interrogó el menor.

Felix se puso nervioso, ni siquiera el lo sabía, pero tenia la necesidad de verlo, y con suerte que se volviera su amigo. Cuando Felix vio a Changbin le pareció irreal, nunca habia visto a nadie como lo miró a él, y se sentía nervioso porque a pesar de que él no lo vio, la mirada del niño nuevo le pareció dolorosa y triste.

Así como sus ojos transmitían tristeza cada vez que se acordaba de su madre y lo hacia extrañarla aún más.

—Solo quiero que más niños se sumen al grupo, así todos somos amigos— dijo sin más.

—Me debes un helado de melón— Jeongin miró a Felix curioso.

—Bueno está bien— el pecoso rodando los ojos.

Con una respuesta que dejo satisfecho a Jeongin, fue a tocar la puerta y para buena suerte de ambos fue Changbin quién abrió.

—Hola, mi nombre es Jeongin y quisiera saber si quieres venir a jugar con nosotros, todos somos vecinos y salimos a jugar juntos— preguntó sonriendo y nervioso a la vez.

—Oh, mi nombre es Changbin, no lo sé, no conozco a nadie— era la primera vez que el pelinegro hablaba con alguien que no fuera su abuela o sus padres desde que llegó.

—Pero ya conoces a alguien, a mí— Jeongin extendió su mano para saludarlo a lo que Changbin respondió extendiendo su mano también.

—Si no quieres jugar hoy está bien, solo queria venir a invitarte por si algún día quieres. Adiós— dijo el castaño amablemente, despidiéndose, y se fue.

Changbin se sentía raro, nunca lo habian invitado a jugar asi tan directamente, por un momento le dio un poco de valentia para salir y conocer gente nueva. Asi que fue a avisarle a su abuela que iba a salir a jugar con los niños que estaban jugando en las calles del barrio. Su abuela feliz le dijo que vaya. Ella habia visto a esos niños crecer.

Cuando salió de su casa vio a muchos niños para su sorpresa, algunos jugaban a la carreras, otros a la pelota e incluso a la mancha. Intento buscar a la única cara conocida que conocía, el niño que le habia invitado a jugar minutos atrás pero no la encontró, asi que tomó valor y se acercó a preguntar al la primera persona que viera. Por suerte no muy lejos habia un niño de espaldas y se acercó.

—Hola me llamo Changbin, hace unos minutos un niño vino a mi casa a invitarme a jugar con ustedes, Jeongin creo que se llamaba. ¿Lo conoces?— preguntó con un poco de nervios, pero orgulloso de si mismo por haber preguntado el mismo.

El niño volteó y Changbin lo vio por primera vez.

Nunca habia visto ni conocido a alguien que tuviera pecas. Se sorprendió, tenía pecas esparcidas por todo su rostro, como estrellas en una constelación, incluso en su nariz de botón y en los bordes de sus ojos cerca de sus cejas, pero lo que más destacaba eran las pecas de sus mejilas. Lo ojos del niño brillaban únicamente, tanto que a Changbin se le erizó la piel.

—Hola, me llamo Changbin. ¿Y tu como te llamas?— volvió a hablar.

...

Perdón por la hora, estoy un poco inspirada, si estás leyendo esta historia muchas gracias. Si tienen algún comentario sobre como va avanzando la historia con mucho gusto leo sus comentarios. De nuevo muchas gracias por leer esta historia 🫂




















SINCE I SAW YOU [changlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora