Roier tenía un problema. O más bien cierto dilema consigo mismo. Muy aparte de sentirse lejano a él cuando se convierte en Melissa por las noches, tener que bailarle a extraños a cambio de dinero para su sustento, había algo en él que lo desconocía completamente. A pesar de esto, lo hacía sentir bien olvidando sus problemas que carcomen su mente y poder liberarse, huir de él mismo.
Pero era dañino, Roier mantenía consciencia de aquello.
Entonces, ¿por qué lo consumía?
Sencillo. Su amor no correspondido lo conllevaba a ciertos métodos.
Después de la desaparición de Cellbit por parte de la Federación de la Isla Quesadilla, y la reciente pérdida de su querido y único hijo, Bobby, lo lastima a punto que no se imagina. Además del gran rechazo que había recibido por parte de cierto híbrido de oso, todos esos tiempos lo marcaron de por vida.
Bobby era su felicidad con Jaiden antes de toda la tragedia. Y una vez más su destino feliz fue arrebatado así como otorgado cierto tiempo atrás ya. Por ende, sólo podía soltarse en su trabajo en la noche, cuando era una persona completamente diferente. Desde entonces, Roier trató con el diablo, sí, llegando a esas opciones. Iba y conocía personas en bailes de fiestas extrañas nocturnas, hasta que cayó en amor con cierta pastilla que quitaba de todo dolor, y no supo cuando cambió de parecer enamorándose de una nueva droga que llenaba sus venas.
[...]
No pasó mucho tiempo desde aquel acontecimiento, y Roier se encontraba una noche más en aquel conocido club "Las Casualonas" con su ya típico traje de seda rojo brillante, pegando perfectamente sus músculos y sus guantes púrpura, largos y cómodos a su parecer, sin olvidar su cinta azul destacable arreglando los mechones de su frente. Estaba sentado peinando su suave cabello y su mirada fija en el espejo.
Vacío. Sus ojos no mostraban sentido alguno de vida. Pues este era el Roier real, aquel que ya nadie podría cambiarlo.
O al menos eso pensaba.
— Roier, el show empieza dentro de poco, ¿estás listo? — entró al camerino Maximus, gerente del tan conocido club.
— Sí.
Para estas ocasiones Roier tenía que ocultar su verdad, pues satisfacer a las personas era su especialidad. Incluso si sus ojos exhibían lo que sentía. Dio una suave y fingida sonrisa al espejo, y retocándose sus esponjosos labios se levantó dando media vuelta para salir, sintiéndose listo.
— Ya sabes, si te sientes agobiado sabes cómo llamarme.
Roier miró a Maxo y asintió en silencio con calma, incluso si por dentro estallaba en llantos y gritos.
No puede permitirse aquel descontrol. Antes de subir al escenario, sacó de su bolsillo oculto dos pastillas especiales, tragándolas a fase rápida e ignoró las advertencias de su compañero.
"Sólo un calmante, Roier. Con dos puedes perder la cordura y no reconocerte."
Al carajo, este día necesitaba más acción.
Las luces apagadas comían las ansias del público, y cuando una luz directa en el telón alumbró, la audiencia comenzó a bullicear.
Melissa estaba aquí.
Y cierto osito con gafas oscuras observaba con atención a lo lejos. Quería mostrarse lejano a exponerse del chico.
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Heaven and back «spdrbr» 𝑶𝑺
FanfictionRoier tenía cierta adicción a los calmantes, todo porque lo llevaba al cielo y de regreso. → Spiderbear 🐻🕷 → Shipp de cubitos !! → Fans para fans, no hacer llegar hasta los cc's. → Un sólo capítulo. → Inspirado en la canción "Heaven and back" de...