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— No se hermano, eso fue irrespetuoso... Es hombre... ¿Qué significa eso? ¿Y nosotros que?

— Cállate, solo hace su trabajo. — Han se quejo, tratando de bloquear las quejas absurdas de Roman a su lado.

Habían llegado a la dirección que Lessa les había dado, encontrándose con un hombre, que sí, se veía como si fuera algún consumidor de drogas y alcohol.

La causa de las quejas del hombre eran sencillas, Gisele y la militar habían decidió ir a hablar con él, dejándolos a ellos dos solos mientras miraban la escena desde lejos. — Sí, ya, me callo... Oye... — Este dijo, dejando el silencio de un segundo, haciendo a Han mirarlo con una ceja alzada. — ¿Qué hay contigo y Lessa?

— ¿De qué hablas?

— ¿Ya van a hacerlo formal o qué? — El asiático frunció el ceño, haciendo a Roman reír. — No te hagas, mira, hasta te pones todo rojito cuando digo su nombre... Lessa... — Este solto una risa cuando vio como una pequeña sonrisa nerviosa se mostraba en los labios del más alto.

— ¿Puedes cerrar la boca?

— No, no, no, ya caíste... Te gusta la hija del capo. — Roman agregó con un tono cantado, burlándose de la situación del asiático.

— Ya, no empieces.

— Ah... ¿Algún plan en especial? ¿Formalizarse y comenzar una vida juntos? ¿Tener un pequeño Hannie? ¿Una boda? ¿Nos invitaran a todos? ¿Uhm? — Han escucho las palabras del moreno, perdiendo un poco la sonrisa en su rostro, esa primer pregunta lo había dejado sin habla. Sus ojos pasaron al anillo color marfil en su dedo, mirándolo con atención un segundo, esperando que Roman no lo notara. — Más vale que busques una buena piedra porque mira que si hablamos de cosas caras, no hay nada que ella no tenga o pueda pedir, no ha de ser muy fácil de sorprender, y si no es una piedra grande, espero que tengas otra cosa grande... Ya sabes a lo que me refiero ¿no?

Han dejo su expresión pensativa para sonreír con gracia, claro que sabía a lo que se refería y no desaprovecharia ese momento para hacer una broma sobre la situación. — Por eso tu le das tantas joyas a tus mujeres ¿no?

...

Lessa sonrió cuando vio el último auto entrar a la base, en sus manos había otra copa de champaña y a su lado estaban parados Hobbs y Tej, quienes también veían con un aire orgulloso. — ¿Van a recuperar su orgullo?

— Oh, claro que voy a recuperarlo.

— ¿Entonces tu manera de recuperar tu orgullo fue comprar todos los autos? — Hobbs preguntó, mirando a Lessa, quien lo miró con una ceja alzada.

— Oh, no los compré yo, lo hizo mi papi... Y sabes quien es él ¿verdad? — La chica dijo, tomando un trago de su bebida. Lessa sonrió con orgullo, señalando al hombre que se acercaba con una sonrisa. — Sólo mira a este enano.

— Señorita Moretti, déjeme expresar nuestros agradecimientos y lo mucho que apreciamos su compra, si algún día necesita algo, lo que sea, no dude en pedirlo. — este sonrió, iba a darse la vuelta antes de que esta lo detuviera.

— De hecho, mi amigo aquí... El estirado — Lessa señaló a Hobbs, quien la miró con algo de extrañeza. — Le gusta esa camisa que llevas puesta.

— ¿E-sta? — Lessa asintió con inocencia. — Siendo honestos, no creo que le quede a su amigo. — La chica miró a Hobbs.

— ¿Tú que sabes?

— Veras, necesita una camisa menos... Funcional. — Lessa se encogió de hombros, mirándolo con ojos inocentes antes de darle un trago a su champaña.

𝐎𝐏𝐏𝐎𝐒𝐈𝐓𝐄 𝐒𝐏𝐄𝐄𝐃𝐒 || Han LueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora