El primer precepto dictaba que los Asesinos no podían asesinar a los civiles, intencionadamente o no. Esto era así dado que el objetivo de la Orden era proteger a los inocentes de ellos mismos, y la matanza de inocentes decaía la reputación de los Asesinos.
En 1191, el Maestro Asesino Altaïr Ibn-La'Ahad asesinó a un sacerdote en el Templo de Salomón, y fue posteriormente castigado perdiendo su título, y devolviéndole el estatus de novicio.
En cambio, cuando uno de los aprendices del Mentor Ezio Auditore da Firenze asesinó a un civil en la caza del Templario Cyril de Rodas en 1511, no fue castigado, sino que se le instó a reflexionar sobre su acto, y a redimirse matando al Templario. De hecho, al año siguiente Auditore mató indirectamente a varios civiles en Derinkuyu, pero se desconoce si fue castigado.
El Mentor de los Asesinos Haitianos Eseosa decidió castigar al Asesino Jeannot Bullet por matar a inocentes, en 1791. En 1998 la Asesina Hannah Mueller evitó que Daniel Cross, a quien creía un Asesino, matase a un inocente, diciéndole que había de seguir el Credo.
2-Se siempre discreto y fúndete con la multitud
El segundo precepto dictaba el sigilo de los Asesinos. Permanecer siempre en las sombras y mezclarse entre los civiles, para evitar a sus enemigos y los problemas. Cuando se ven envuelto en un problema, deben pasarse a anónimos cuanto antes.
3-No comprometas a la Hermandad
El tercer y ultimo precepto es la supervivencia de la Hermandad de los Asesinos. Si se ve en conflicto sin resolver, un Asesino nunca debe traer los problemas a su Hermandad, porque sino todos corren peligro de muerte. Hay que despistar a los perseguidores sin comprometer a otro Asesino, solo se puede contar con uno mismo.
Traje de asesinó moderno:
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(Si lo se es mi traje de nikto pero ahí que amitor que es igual al de un asesino)
