Memento Of The Greedy Beast | Tweek x Craig [18+]

Capítulo Único

Una suave brisa primaveral se filtraba por las ventanas abiertas del salón de clases, llevando consigo el fastidioso polen del árbol de plátano oriental. Para empeorar las cosas, la brisa parecía enfriar aún más el aula desde su perspectiva, especialmente en estos días en los que lo notaba más que nunca. Los rayos del sol se colaban tímidamente a través de los cristales, tratando de iluminar el lugar con su tenue brillo, que no lograba, ni por casualidad, calentar la atmósfera. A pesar de que el clima ya anunciaba la llegada de la nueva estación, la temperatura en el aula no parecía estar dispuesta a cooperar, y Craig lo sufría especialmente en este día, sintiéndose más solo que nunca.

Pero bueno, tampoco era el fin del mundo, en realidad.

De hecho, Craig estaba sentado en su escritorio, rodeado de sus siempre animados compañeros de clase, pero su soledad trascendía esa situación.  Con su mejilla apoyada en su cuaderno del Rayo McQueen y la mirada perdida en algún punto indefinido, cerraba los ojos de vez en cuando para darse un merecido descanso. Se podía dar ese lujo, pues no era un antisocial y, a pesar de su estado de ánimo, su grupo de amigos lo rodeaba, ofreciéndole protección frente a cualquier alfa que quisiera pasarse de listo con él.

Lo único negativo de todo esto era tener que soportar las tonterías de sus amigos, un precio que Craig pagaba a regañadientes.

Detrás de él, Clyde se balanceaba en su silla con las piernas en el aire, mientras narraba su desdicha amorosa con un gesto de dolor en el rostro, —Le dije que no era la única mujer en mi vida, para que me suplicara. Pero, en realidad, sí lo es. Es la única verdadera, y ahora estaré solo y triste para siempre. —comentó con los labios temblando y el entrecejo fruncido, como si estuviera al borde de las lágrimas.

A su lado, Jimmy no pudo evitar sonreír irónicamente al escuchar a Clyde. —Tu tristeza debe ser d-demoledora, considerando que ayer enviaste fotos con las omegas de P-Pasitas.—Respondió con la voz coloreada de una mezcla de diversión y sarcasmo.

Clyde, sin darse cuenta de la obvia ironía, asintió con vehemencia. Tolkien, por otro lado, seguía distraído con su teléfono móvil, al tiempo que rodaba los ojos, exasperado ante la conversación de sus amigos desde el pupitre adyacente al de Craig.

Aparentemente cansado de su propia historia, Clyde cambió su atención hacia Craig, que aún estaba sumido en su extraña melancolía. Cruzando los brazos, le preguntó con una sonrisa pícara en su rostro: —Oye amigo, ¿Por qué te ves tan decaído? ¿Acaso extrañas a tu macho? ¿Tu macho alfa?—

Craig se limitó a observarlo en silencio con su típica cara impasible, por un tiempo lo suficientemente extenso para que la sonrisa del otro chico comenzara a temblar. —Así es—respondió de pronto mirándolo fijamente a los ojos, su tono de voz monótono y apático.

Sorprendido, Clyde abrió los ojos de par en par y sus labios se fruncieron en un puchero. Exclamó entonces con voz aguda: —¡Pero amigo, eso es realmente triste!—Le gritó casi escupiéndole en toda la cara. Luego, se giró para dirigirse hacia los demás con el mismo entusiasmo, llevándose una mano al corazón en un gesto exagerado. —¡No! ¡Chicos, escuchen, esto es muy deprimente y tierno al mismo tiempo: Craig acaba de confesarme entre lágrimas, que la vida sin Tweek no tiene sentido!— exclamó.

Tolkien levantó la vista de su teléfono y arqueó una ceja, examinando a Craig con incredulidad. —Pues se le ve bastante tranquilo.—, señaló a secas y volvió a su teléfono.

Clyde, sin embargo, adoptó una expresión grave y afirmó con solemnidad: —No comprendes, hermano. Tienes que ver más allá del rostro de un hermano cuando está sufriendo. Tienes que mirar su corazón.—Sus ojos brillaban con un aire de sabiduría, mientras intentaba transmitir su mensaje a sus amigos, que intentaban descifrarlo con una mezcla de incredulidad y diversión.