La Mia Ragazza | J.JK - P.JM [Completa]

XXII

Tratando de olvidar con gran ímpetu lo que pasaba a toda velocidad por mi cabeza, avoqué por completo mis energías en mi relación con Jungkook.

Al hacerlo noté muchas mejorías en un corto periodo de tiempo. Tenía razón en que su mundo formaba parte de todo lo que yo ya conocía, así que poco a poco me fui mimetizando con aquello ya intrínseco en mí.

Lo acompañé otras dos veces a jugar y el resultado fue el mismo. De su parte muchos nervios pero buenos resultados. La tercera vez asistimos al mismo casino que la primera, a jugar de nuevo con ese tal señor Juwon y su gente. Solo que ahora todos me miraban de un modo diferente. Eran conscientes de la súbita buena racha de Jungkook y en breve comprendí que muchas sospechas estaban recayendo en mí.

Le sugerí a Jungkook dejarse perder esta vez, pero me ignoró.

Al terminar la partida regresé a la fría noche estrellada que se extendía sobre el recinto, y dejé que Jungkook continuara a solas con sus negocios. A pesar de haberle ganado de nuevo, el señor Juwon pareció bastante conforme y más bien impaciente por unirse a la fogosa fiesta del exterior.

Vi a Hobi a lo lejos muy contento, relajado hablando con tipos del combo de Juwon. Estaba bebiendo mucho también, y en sus ojos distinguía una luz muy bonita, nueva para mí al menos.
Con un vaso a la mitad de lo que parecía ser whisky se acercó a mí apenas me vio salir del casino.

—¿Qué tal, mona?

—Shh, ¿no tienes problemas por llamarme así? —pregunté divertida.

—Ah, claro que no. Menos si nadie se entera.

—Es un sobrenombre horrible igual.

—Me recuerda a cuando llegó —comentó con una sonrisa—. Toda indefensa, asustadita... Y mírese ahora —agregó divertido—, me da risa.

—Mm, ¿y eso está rico? —pregunté refiriéndome a su vaso, entendiendo que era el whisky hablando y no él.

—Más rica está la noche. Es bonito aquí, ¿no le parece?

El frescor del viento resultaba ciertamente muy agradable, y no solo eso, el ambiente sí que parecía del certero gusto de todo traqueto.

El patio era a medias elegante, pero estaba repleto de autos lujosos de cada color y variedad. Música emergía de ellos nítidamente en sectores aleatorios. La gente de Jungkook y la gente de Juwon se mezclaban entre alcohol y mujeres por igual. A estas últimas no parecía importarles en lo más mínimo lo que hicieran con ellas, y así y todo convencían de que estaban pasando el mejor momento de sus vidas.

La verdad no estaba nada mal, sentí profusas ganas de beber entonces y así lo hice. Con confianza tomé el vaso de Hobi y lo convertí en mío.

—Es muy agradable cuando el jefe está de buenas —dijo, añadiendo un motivo más a su buen humor.