ii. mnemósine

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| reencuentros inesperados

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| reencuentros inesperados.

— Si no te importa recibir mi humilde opinión, ese chico es idiota – declaró Altea arreglando el peinado de Kitty, creando ondas muy bonitas en su cabello castaño.

— Lo es – confirmó Kitty, quien en estos últimos veinte minutos junto a su nueva amiga, había descubierto lo estúpido que había sido Dae.

— Es decir, podía no saber que ibas a venir, pero esa no es excusa para ocultarte una novia aquí – dictó Altea, quien estaba enfadada por la actitud tan inmadura de su antiguo compañero. — Además, ¡Teniéndote a ti! Que eres sin duda una preciosidad.

— Por favor, nada comparado contigo – la interrumpió Kitty, mirando a Altea retocar su maquillaje en el espejo. Las acciones cotidianas la hacían ver tan bella, que era irreal. — Estoy segura de que tienes muchos pretendientes en la escuela.

Y es que Kitty no cabía en si de la sorpresa de que una chica como Altea existiese. Tan bella, tan servicial... tan perfecta, en todos los aspectos posibles.

— Antes, es posible. Pero he llegado de nuevo, y en un año pueden haber cambiado tantas cosas – aseguró Altea, soltando un suspiro nostálgico.  — Por ejemplo, Dae no era tan capullo.

Antes, por cualquier pasillo que cruzase, era reconocida. La gente la admiraba, o le temían, pero causaba algún tipo de reacción en ellos. El año anterior solo causó lástima, haciendo que los demás sintieran pena por ella todo el tiempo.

Solo quería que todo volviese a ser como lo era antes. En aquel entonces parecía complicado, pero era tan sencillo...

— ¿Conoces a Dae? – exclamó Kitty girando con rapidez para mirar a la chica con entusiasmo.

En seguida, Altea se tapó la boca con arrepentimiento. Ella y Dae habían compartido entorno desde que eran apenas unos críos, y a pesar de asistir juntos a todos los eventos posibles, nunca fueron amigos, en el sentido más fuerte de la palabra.

— Solíamos estar en el mismo grupo, pero apenas hablábamos. Nunca fuimos cercanos – explicó Altea, recordando sus tiempos en KISS. — Aún así, tenía buena opinión de él.

— Entonces, que nada de lo que te he dicho cambie tu opinión hacia él. Lo que menos pretendo es poner en su contra a sus amigos – dijo Kitty alarmada, que nunca había sido su intención criticarlo frente a sus conocidos.

En estos instantes, poco le importaba a Altea lo que le dijese la chica. Dae se había comportado de una manera muy poco propia de él, y la chica se avergonzaba de esto mismo.

— Una persona que se comporta así con seres queridos no es considerado un amigo – habló Altea con seguridad, manteniendo firme su postura.

Dae nunca fue amigo suyo, pero tras lo escuchado, pensaba que era un completo gilipollas. No había manera de que se salvase.

odisea ; xo kittyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora