🪷 𝕻𝖚𝖙𝖎𝖓 🪷

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Rusia intentaba cubrir la cicatriz de su ojo con todo el maquillaje posible. Hoy iban a ver a Putin, y sus hermanos iban a estar ahí. Ucrania, Bielorrusia y Estonia, quienes parecían ser los más preocupados por la desaparición de su hermano. México había salido a pasear un rato, dándole privacidad al euroasiatico. Traía un traje blanco elegante con una pequeña insignia del país eslavo en el lado izquierdo. Esta era una de las pocas veces que lograba arreglar su cabello, lo había amarrado en una coleta alta. Estaba en una videollamada con Chile, quien le ayudaba a maquillarse.

—No, weon, lo estai' haciendo todo mal —Rusia rodó los ojos—. No me miré' así, po. Sólo intento ayudarte.

—Es que no entiendo, no te gusta que me ponga morado, ni rosa, ni verde —movia una brocha para sombras chocandola contra su mano—. ¿Cuál es la diferencia? Sólo son colores.

—Es que no te queda ninguno —Chile ya no sabía que hacer, era difícil saber que decirle a alguien tan bruto como Rusia—. Entiende, tienes que ir elegante a esta reunión.

—¿Qué tal si no me pongo ninguno?

—Ugh, está bien.

—No te enojes.

—Ni ti inijis —lo imitó con voz chillona, lo que hacía que Rusia solo perdiera la paciencia—. Por lo menos cubri' bien esa cicatriz, si tus hermanos la ven van a sospechar.

—Lo sé, lo sé —volvió a mirarse en el espejo, cubriendo su cicatriz con corrector de su tono.

—¿Teni' pecas? ¡Weon! —ese grito fue tan agudo y fuerte que Rusia tuvo que tapar sus oídos—. Que tierno, adoro las pecas. En verdad eri' todo lo que atrae al weon de México.

—No me gusta tu hermano —respondió con algo de enojo.

—Lo siento, lo siento —le regalo una sonrisa—. Por cierto, ¿cómo vas con tu periodo? ¿Alguna molestia, po?

—Нет (No) —respondió terminando de cubrir su cicatriz—. Sólo me gustaría no tenerlo.

—Te entiendo.

—Es tan... Incómodo y doloroso, no sé cómo toleran tener esto todos los meses —apretaba su muslo con su otra mano intentando apaciguar el dolor—. Tengo ganas de extirparme el útero.

—Eh...

—Lo siento, no quería incomodar.

—No, está bien. Después de todo, no estai' acostumbrado —rió algo incómoda—. Cuéntame, ¿ya encontraste a tu chica?

—No, aún no... —suspiró triste—. Me quedan 5 meses menos dos días. No sé si lo logré, Chile.

—Tranqui —observaba como los ojos de Rusia se nublaban.

—No quiero seguir con esto, quiero volver a ser yo. Quiero sentirme bien conmigo mismo —apretaba con más fuerzas su pierna—. Мне это не нравится, мне это просто не нравится... (No me gusta esto, solo no me gusta...)

—¡Rusia! —aquello lo devolvió a la realidad—. ¡¿Vai' a seguir haciendo berrinche como niño chiquito o vai' a hacer algo de una buena vez?!

—Что? (¿Qué?) —nadie nunca le había alzado así la voz, solo su padre.

—Mira, si queri' encontrar a la persona con la que estai' destinado a estar, más te vale cambiar tu actitud, jovencito —se sentía regañado—. Eri' Rusia, y en este momento cualquier chica podría caer rendida a tus pies porque estás bellísima, ¿no te parece?

Se observó a si mismo en el espejo. Debía admitir que él mismo se enamoraría si no se tratase de su propio reflejo. Observaba con atención, se parecía tanto a su única hermana. Apenas se lo preguntaba, ¿ahora serían dos mujeres en la familia gracias a él? Sonrió de tan solo pensarlo, claro que no, no sería así, pronto todo debía volver a la normalidad y podría olvidar todo este asunto de una buena vez.

Женщины (RusMex)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora