¿Sabías que hay gente que sí?
Que cuando tu mirada y la suya se cruzan, encontrás una profundidad y una suavidad que no creías capaz de recibir.
Que te pregunta cómo van esos temas que le habías contado y acota detalles, revelando haberte escuchado.
Que te dice, me acordé de vos cuando vimos Aries en la clase de astrología.
¿Sabías que existen personas con las cuales te podés cagar de risa y decir la primera boludez que se te ocurra, sin sentirte juzgada?
Que podés compartir un café con leche a las doce de la noche, en lugar de tomar una cerveza sin ganas.
Que te distendés y entonces, neurológicamente, surgen otras ideas, percibís otra sensaciones y se crean otras charlas.
Que no te presiona para tener relaciones sexuales y se adapta a lo que sea que estén compartiendo entre ambos.
Que, incluso, capaz terminen siendo buenos amigos.
¿Sabías Naty que no es necesario forzarte a encajar para sentirte deseada, ofreciendo tu cuerpo por un par de caricias?
¿Sabías que podés decir que no?
La verdad que no sabía. Pensé que solamente había un molde para mi, para poder vincularme. Que no podía participar en la creación sino, simplemente limitarme a aceptar y callar lo que me incomodaba. Porque, aunque el otro me pareciera un ignorante, al fin y al cabo, "no es tu tarea educarlo".
"Porque las cosas son así. Vos en qué mundo vivís?"
"Porque el hombre es así".
La verdad que no sabía que podía recibir amor.
