ᴇʳᵃ ⁱⁿᵉᵛⁱᵗᵃᵇˡᵉ ᵉⁿᵃᵐᵒʳᵃʳᵐᵉ *Stolitzø* ✦͙͙͙𝗢𝗡𝗘-𝗦𝗛𝗢𝗧✦͙͙͙

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La primera vez que sucedió fue tan sutil, de una forma tan casual que ni siquiera le tomó importancia, como si nunca hubiera ocurrido.

Había sucedido después del fiasco en el que había resultado la visita a Loo Loo Land, al recuperar la conciencia, los tres diablillos lucharon por enfocar su mundo de nuevo hasta que pudieron reconocer al menos los dedos de sus garras. Millie y Moxxie ya se habían ido a casa para descansar, pero él se había quedado para vigilar a las lechuzas en su recorrido a la tienda favorita de la hija de Stolas, ya que ese era su maldito trabajo para el que le estaban pagando de todos modos.

Perdió la noción del tiempo durante el viaje, honestamente no había pasado nada interesante, hasta que captó un fajo de billetes frente suyo. Su vista se dirigió hacia arriba para ver a Stolas, con esa estúpida sonrisa a la que ya se había acostumbrado.

–Por el buen trabajo de hoy– Declaró, a lo que Blitzø arqueó una ceja.

Siendo completamente honesto, no contaría como buen trabajo incendiar todo un parque, pero lo que sea, no iba a negarse al dinero, y ese payaso bufón robótico se lo merecía.

–Sí, como sea– Dijo mientras tomaba el dinero y lo empezaba a contar– no volveremos a hacer esto

Notó que el pájaro hacía un leve puchero y se limitó a poner los ojos en blanco, no es como si el búho cachondo pudiera verlo a través de sus lentes oscuros.

De todos modos, el príncipe podía cuidarse solo, ¿Para qué carajos necesitaba guardaespaldas? Era obvio que él mismo podía encargarse, tenía poderes sobrenaturales y toda esa mierda, lo único que podría causarle daño era un arma angelical, y aun así, el pájaro tenía, magia, no veía el sentido para el cual lo llamara.

Viendo que la chica ya estaba lista para irse, se dirigió a su camioneta para emprender el viaje al palacio, pero un agarre en su brazo lo detuvo.

Stolas, con una mirada tímida muy extraña en su rostro, no se atrevió a mirarlo cuando habló.

–Yo... te agradezco mucho tu tiempo aquí, Blitzy

–Fue por el dinero, no lo olvides

–Lo sé, pero– Alzó la mirada, encontrándose con esos ojos rojos profundos que permitieron mostrar sus hermosas pupilas durante ese lapso de tiempo, acompañados de una emoción que el diablillo no pudo describir–, aun así, me alegra que hayas estado aquí con nosotros... conmigo

Y ahí estaba, un extraño golpeteo en su pecho cuando se perdió en esa mirada profunda que podía arrastrarlo hasta los abismos infernales más oscuros... pero era tan hermosa como una manada de caballos infernales en un buen día de verano.

Sacudió sus pensamientos y se soltó del agarre del mayor lo más rápido posible.

–Sí, bueno, ya te lo dije, no esperes que esto vuelva a suceder– Se puso a espaldas suyas fingiendo indiferencia, tratando de ocultar el leve sonrojo en sus mejillas.

¿Qué carajo...?

El fuego de ese parque aun le debe estar haciendo cosas, era la única explicación lógica que encontraba.

***

La segunda vez que pasó fue después del encuentro nada agradable con los querubines.

–¡Y esos idiotas comenzaron a dispararnos con sus estúpidas armas!– Despotricó, acababan de terminar otra noche de pasión desenfrenada y Blitzø se había permitido desahogarse con las palabras ya que el sexo no había funcionado del todo– Por suerte, nosotros ganamos al final... aunque sigo sin entender cómo ese piano cambió de dirección– Resopló–, lo que sea, mi oficina terminó oficialmente arruinada