PRINCESS HASRET LOVE STORY ✓

11: ACUERDOS

—Es demasiado tarde. Siendo la princesa, es demasiado tarde. Es increíble. ¿Dónde se encuentra?

— Zedd, relájate. ¿Sí?

— Majestad...

— Ruelle —corrige—. Repite conmigo "Ruelle". ¿Quién te dijo que me agrada que me digas "majestad"? Es incómodo, Zedd. No estamos en un lugar público.

— Bueno... Cómo sea. Su alteza se ha demorado. Ella no se demora. Me peocupa. Además, ni siquiera sé dónde se encuentra.

— Zedd, despreocúpate. Te alteras demasiado rápido. Hasret está perfectamente. Ya su agenda fué modificada tal como ella lo exigió. Además, yo sí sé dónde está. No existe ni el más mínimo problema.

— ¿Dónde está?

— Eso me temo que no es un tema que tengo derecho a exponer. Rashid y yo estamos al tanto, así que no hay problema alguno.

— ¿Es algún asunto de cuidado? ¿Existe algún problema con la princesa? —suena preocupado.

— Ay, Dios mío bendito. Gracias al cielo que no tienes hijos propios. Seguramente ya te habrías vuelto loco.

— Gracias al cielo que no quiero niños y Omar tampoco. Porque seguramente como lo has dicho, sí estaría loco. Ya con haber cuidado a sus altezas es suficiente, me preocupo demasiado.

— Lo haces. Te preocupas demasiado.

— ¿Y tú? ¿Por qué parece que no te preocupas tanto?

— Porque a pesar de no haber criado desde la infancia a mi hijos, dí mi vida por ellos. Tengo un lazo profundo con ambos. Sé cada detalle importante de ambos, puedo percibirlo. Puedo saber cuándo están bien y cuando no. Y ahora, mi dos príncipes están perfectamente. Hasret es feliz e intenta llevar su vida de la manera más correcta y pacífica que pueda. Es admirable. Y Hasid, aún siendo más impulsivo, es igual. Confío enormemente en ellos, sé que estuvieron en las mejores manos al ser criados. Confío en sus fortalezas y sus habilidades. Y los conozco. Por esa razón no me preocupo más allá de lo debido como su madre.

Zaffar y yo tenemos minutos de haber llegado, nos hemos dirigido a la oficina de mi padre. Al parecer Zaffar desea hablar con el rey. Pero no contábamos con que padre tendría compañía en la oficina. A padre no se le ha escuchado decir nada allí dentro, pero sé perfectamente que está allí.

— ¿Qué cree que opine Zedd al saber que usted se ha quedado conmigo?

— Seguramente se desmaye. Zedd ya sabía de mis sentimientos por tí, pero ésto es totalmente un nivel diferente para él. Después de todo, eres mi destinado. Realmente se quedará en shock. De hecho, deberíamos llamar pronto a Khal en caso de que se desmaye más de tres veces.

Escucho una risita muy baja y ligera del hombre a mi lado, lo miro y sonrío.

Segundos después la puerta se abre y noto a Zedd y a mi madre venir juntos. Ellos nos ven. Mamá luce sonriente y saluda a Zaffar. Zedd en cambio mira a Zaffar y luego a mí cuando parece darse cuenta de algo y luego la sorpresa se hace cargo de su expresión.

— ¡Zaffar! ¡Tú! — lo señala.

—Vamos, Zedd. Tenemos asuntos pendientes —mamá lo empuja y me guiña un ojo.

— Majestad, disculpe la interrupción —Zaffar la llama y ella lo mira con confusión mientras se detiene—. No deseo tomar mucho de su tiempo, pero realmente necesito hablar algo importante con usted y su majestad el rey. Si me lo permiten.

Mamá me ve a mí, parpadea y se regresa.

— Ok. Vale. Adelante —ella echa un vistazo a mi padre, quién luce algo serio—. ¿Tienes tiempo, cariño?