Capítulo 14. Lena la perra.
Todo había sido tan extrañamente rutinario al día siguiente, con Steph esperándome en mi casillero con una caja en sus manos y sonriendo tan estúpidamente que lo único que me daban ganas era de darle una buena patada para que su sonrisa no hiciera esas cosas en mí, ver que estaba haciendo esto, dándome besos en la mejilla y acariciando mi cabello, cogiendo mi mano por los pasillos y dándome esa caja de chocolates.
¿Cómo no resistirse a eso?
Pero había algo que no había notado, algo que me hacía sentir una gran distancia entre Steph y yo que solo me daba cuenta ahora, delante del pasillo a segunda hora de clase, que no había visto antes.
Algo me pasaba.
Porque allí estaba de nuevo, esa estúpida elfo de medio metro coqueteándole a mi profesor, y era como si algún volcán explotara en mí. Quería ahorcarme allí y tomar por el cabello a esa estúpida para que se alejara de él, las impotencias de ir y besar a John delante de ella, quería acabarla.
Y aun no sabía el nombre de la muy perra.
—No sé qué tiene ese señor que todas andas locas por él —mire a mi lado, sin darme cuenta de la presencia que se había colado en mi lugar interrumpiendo mis impulsos mentales.
—Tal vez estar muy bueno, ser un hombre maduro y no imbécil como sueles ser —le recalque, él alzo una ceja hacia mi lado y sonrió —vamos, sabes que no puedes competir con eso.
—Oh nena, puedo hacerlo —me guiño un ojo y camino hacia donde estaban John y la elfo-puta hablando.
Es un imbécil. ¿Qué va a ser?
Vi como Seth se acercaba y tomaba por los hombros a la rubia chica y saludaba casualmente al profesor, luego bajo su boca hacia el oído de ella y le susurro algo, porque segundos después, ella soltó una risita y se despidió del profesor.
Los dos se fueron por el pasillo pero volteo guiñándome un ojo antes de desaparecer completamente y una mueca se hizo en mi cara; era un imbécil, un imbécil que sabía algo sobre Leila que yo no, un imbécil que realmente era bueno en lo que hacía.
Un imbécil que tenía a todas las chicas del colegio.
Y mi bombillo se encendió.
Era el perfecto imbécil para mantener alejada al elfo de mi camino. Comencé a reírme, parecía la bruja de un cuento malvado, pero se sentía bien. De pronto sentí una mosca atorándose en mi garganta.
— ¿estás bien? —mire hacia delante, allí estaba esos hermosos ojos azules mirándome extrañados, yo me recompuso. Y asco.
Me había tragado la mosca.
—si... si —dijo jadeando, ahora entendía porque los chinos comían cosas extrañas, esa mosca no sabía tan mal.
—Me alegra que hayas aprobado el trabajo de la última clase —sonrió, era tan hermoso, él siguió hablándome acerca de cómo había mejorado, pero yo solo podía quedarme viendo esos hermosos ojos, que tenían ese poder de cambiar, viéndolos desde más cerca, parecían como de un gris azulado.
¿Cómo dios podía hacer cosas como estas y permitir que una no se deslumbrara? ¿Cómo este hombre no estaba modelando para alguna revista de Armani o Calvin Klein?
—Lo siento, disculpa —Salí de mi ensoñación para ver la cara del profesor, él tenía una mueca en su cara pero esta de pronto, se convirtió en una sonrisa que se forzaba a salir.
—yo ¿Qué he dicho? —mire hacia los lados, ¿Qué? ¿Qué había dicho? ¿De que estábamos hablando?
—Creo que dios ha hecho criaturas más hermosas, tú por ejemplo —oh dios. Había dicho eso en voz alta, y ahora estaba como la misma cara de marte, no sabía si era por haberle dicho tal cosa a mi profesor o porque acaba de decir que soy hermosa —y sobre trabajar como modelo, pienso que es un poco superficial.
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Imposible quererte, profesor I ©
RomanceY cuando nos miramos, algo en mí se prendió, sus ojos, estaban llenos de un oscuro deseo que pronto termino por asustarme. Era mi profesor y yo lo acababa de besar, era mi profesor, y tal vez las cosas hayan cambiado, porque esto, lo que habíamos se...