AL LÍMITE CAPÍTULO 19

574 60 23
                                    

Richard Granchester no sabía qué decir, seguía viendo a la mujer delante de él sin palabras. Elena era muy parecida a Eleanor Beaker.

Terry le pidió a su tía y hermano tomaran asiento y cuando se acercó al lado de su padre para aflojar de su corbata para que respirara mejor lo escucho mencionar:
"Este es el día que el pasado vuelve a mi, primero Elie, si así se llama y ahora Elena"
«Acaso escuché bien que mi padre conoce a Elie» pensaba mientras hacía señales a un  mozo. El joven se acercó de prisa y preguntó: —¿Necesita algo? —Si un vaso de agua por favor. —No, no, no quiero un vaso de agua, necesito un whiskey —pidió Richard.
—Traiga las dos cosas —ordenó Terry sentándose al lado de su padre—. Al pedir un whiskey creo que estás bien, no morirás y no te dará un infarto del asombro, yo no me vi pero supongo que tuve la misma reacción que tú a diferencia que yo estaba sentado en una silla y no me fui de nalgas.

Frank no pudo evitar soltar una carcajada ante la declaración de su hermano y uniéndose a las risas de ellos Elena y Richard hicieron lo mismo. Se rompió la tensión que había.

—Bueno como veo que estás un poco más tranquilo y tú whiskey está aquí, te diré porque te he llamado. Por tu reacción puedo saber que no conocías de la existencia de mi tía Elena.

—No, jamás lo supe, tú madre nunca me dijo que tuviera una hermana gemela.

—Entonces es mentira que usted nos quiere matar —mencionó Frank.

—¡Que! Yo, matarlos, ¡Que estupidez es esa!

—Entonces mi hermana nos engañó a todos, cómo puede ser tan tonta en creer en todas sus mentiras.

—Como porque quiero matarlos, cuándo ni siquiera sabía de su existencia, qué razón podría tener —declaró el duque de Granchester.

—Pues razones si tendrías, no es algo tan descabellado para ti Richard, siempre han estado primero las apariencias y el qué dirán primero. No es así por eso mintieron a los medios sobre la muerte de mi madre dijeron que había sido una afección cardíaca cuando tu y yo sabemos perfectamente que se suicidó, y alguna que otra revista amarillista mencionó lo del suicidio.

—Es que tú no comprendes hijo, todo eso fue para protegerte de ser señalado.

—Claro y por eso me alejaste de ti mandándome a un internado por un año, te escondiste de mí cuando más te necesitaba.

Elena y Frank solo escuchaban en silencio, ella decidió no decir nada sabía que era la hora de sanar heridas para todos en la mesa presentes.

—No, eso es mentira yo no te aleje; yo mismo era la peor compañía en esos momentos no quería que me vieras de aquel modo y me fui por unos meses a Ámsterdam, cuando regrese te mandé traer pero tú habías cambiado siempre estabas enojado conmigo, complaci tus caprichos primero como corredor de go karts, eras tan feliz cuando te subías a esos carritos tu cara se iluminaba hasta...

—Hasta que que salió a relucir lo que verdaderamente eres, para ti siempre ha estado primero el apellido, "como un Granchester podría ser un corredor de autos" esas fueron tus palabras en Mónaco la última vez que nos vimos, dijiste que me arrepentiría y no fue así te demostré de lo que soy capaz y que no necesito de ti para nada.

Frank aunque fuera unos dos años mayor que Terry en esos momentos se puso en los zapatos de su hermano y supo que de verdad su hermano no tuvo una vida fácil.

—Así que padre, mi tía Elena y mi hermano no están solos, si tú decides hacer algo en contra de ellos me estarás enfrentado a mi.

—¡Terry! —masculló el duque y a su vez repitió—. ¿Tu hermano? no estoy comprendiendo —dio un sorbo más a su whiskey.

AL LIMITEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora