Capítulo 295

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Narra Mateo

M: Sos famoso, boludo.

Entusiasta deja una revista del corazón en mis manos. Elena ya me advirtió hace un rato de que nos habían fotografiado juntos y ha demostrado mucha sensatez y comprensión en nuestra conversación. Lo que ahora mismo parece carecer mi mejor amiga.

+ No es divertido, Malena.

M: ¿En serio no estás feliz?

Parece sorprenderse. No la entiendo.

+ ¿Por qué tendría que estarlo?

M: No sé, mí me re gustaría ser famosa, aparecer en revistas, la tele...

Comparte conmigo sus sueños llena de ilusión. Male es así.

M: Desde chiquita soñaba con ser famosa, pero bueno, ya sabés que de donde vengo, tuve que conformarme con que mis tíos se aprendieran mi nombre.

+ Pero estás aquí, estudiando para ser la mejor diseñadora de España, y estoy seguro que vas a hacerte un nombre y alcanzar tus metas, Male.

La animo atrapando sus manos entre las mías.

+ No sé si la gente va a conocer tu cara, pero con lo talentosa que eres estoy seguro que si hablarán de tu nombre.

A veces se olvida de lo buena que es, pero yo estoy convencido de que está destinada a la grandeza.

M: Vos sos demasiado entusiasta.

Niega con un gesto.

M: Ahora contáme cuál es el problema de esta nota.

Vuelve a centrarse en la revista.

M: Si apenas se nota que sos vos.

+ No sé.

Suspiro confundido.

+ No quiero aparecer en la prensa, ni que me reconozcan por ser el novio de Malú, mucho menos que se me acerquen periodistas a buscar información de ella o que sus fans quieran fotos conmigo.

Me agobio solo de pensarlo.

+ La fama es suya y a mi gusta ser incógnito, Male.

Opino reflexivo.

+ Que a nadie le importe lo que digo, lo que hago o a qué sitios concurro.

M: No quiero sonar frívola, pero ¿vos no te planteaste esto cuando te fijaste en Malú?

+ No. Sí.

Me corrijo.

+ Mantuvimos lo nuestro oculto incluso a nuestro círculo mas íntimo, no pensé que podría pillarnos la prensa.

M: Mateo, es de las cantantes más reconocidas del país, ¿en serio sos tan ingenuo?

Me sermonea.

M: Tarde o temprano esto iba a pasar.

Su nombre se cuela en mi pantalla, reclamando mi atención, pero decido dejar el móvil sonar. Vuelve a intentarlo, y sin darse por vencida, me escribe.

- "¿Lo has visto?"

+ ¿Qué se supone que hago ahora?

Farfullo.

+ ¿Decirle que por supuesto que lo he visto y que estoy que me cago encima?

M: Sí, Mateo.

Confirma.

M: Con un poco más elegancia.

Propone divertida.

M: Pero ella tiene experiencia en esto y lo peor que podes hacer es ocultarle a ella como te sentís.

+ No la conoces.

Me quejo.

+ Pero estará echando fuego por las narices.

M: ¿Y que pretendés? ¿salir corriendo? ¿mandar lo  que tienen a la mierda?

+ ¡No! ¡Claro que no!

Esa idea jamás se me cruzó por la cabeza.

+ Malú es mi vida, y prefiero verme en portadas cada semana antes de dejarla.

Me mira enternecida y... apenada.

+ Joder, Male, lo siento.

Me disculpo. Es tan buena amiga que a veces se me olvida que no hace mucho se me declaró y que tendría que ser más cuidadoso al hablar de mi chica con ella.

M: ¿Estas loco?

Me regaña.

M: Por fin me vuelves a hablar con confianza.

Le quita importancia.

+ Pero...

M: Olvidáte, que ya me gusta otro.

Vuelve a reír.

+ Mentirosa.

Lo hago con ella.

M: Tienes los humos muy arriba, chavón.

Me pica divertida.

M: Ahora dejá de creerte tanto y llamála, que te vas mañana y esto lo tenés que hablar antes de subir a ese avión.

Todos los secretos (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora