𝔓𝔞𝔯𝔱𝔢 𝔘́𝔫𝔦𝔠𝔞

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El sonido enriquecido de un libro al terminar sonó por la habitación de Alex. Sonreía. « No puedo creer que mi señora haya ido en busca del wey ese de los deseos»

Había llegado a la conclusión que Maura era el amor de su vida y que él sería su cielito. Se personificaba así mismo como el hombre de Gris. « The Q gray. Mmm sounds good for me.» le excitaba la manera en que Allen había dejado de serlo para convertirse en aquel personaje que se le dio la gana. Prácticamente sentía lo mismo consigo mismo, Quackity, Alex, Alexis, todas aquellas maneras en las que lo llamaban o se llamaba así mismo para él representaba lo que era UN fragmento de su fraccionaría personalidad.

— ¡Salven a mi cielitooo! — chilló.

Tomó el segundo volumen de la saga que estaba a en su cama ya cerrado y lo pasó a la encimera. Fuera de su ventana las estrellas pintaban el cielo oscuro y la luna era escondida por algunas nubes. Acciono con voz el comando que le indicaba a su home assistant que apagara las luces que había en su habitación. Tomó el edredón de su cama y se envolvió en él. Aún rondando por su mente aquella batalla en la que Kavinsky perdió la vida. Imaginaba tener aquel poder de crear con sus sueños, claro, ojalá; fuera sin tener que dañar algún lugar mágico, solo con la ilusión de imaginar y salir con aquello que creaba en la mente. « ¿Qué se sentirá ser un Greywaren?»

Aunque con disposición de dormir, tomó su móvil y se adentró en el único chat donde sabia que encontraría entendimiento.

Aunque con disposición de dormir, tomó su móvil y se adentró en el único chat donde sabia que encontraría entendimiento

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Sonrió para si mismo. Sus ojos pesaban, eran más de las 3:00 a.m pero no había podido parar de leer, no había notado lo cansado que estaba hasta que el chat con la responsable de su lectura se distorsionaba y sólo recibía una imagen borrosa de letras y burbujas azules. Las pestañas rozaron sus mejillas y podía sentir la pesadez en su frente al cerrar los ojos, como si, se le comprimiera y volara de repente en los sueños. Eso era. Estaba cayendo en un profundo sueño, en esos en los que te inmersas cuando te encuentras realmente cansado. Y se dejó llevar. Alexis normalmente no soñaba, o simplemente no solía recordar que lo hacía, pero esta vez fue diferente. Su subconsciente estaba tan estimulado por aquellos capítulos llenos de fantasía que albergó mientras se paseaba por las letras que encontraban en las hojas de aquel libro prestado que lo primero que presenció su yo de los sueños fue aquella fiesta del cuatro de Julio. Se sentía el protagonista, todo estaba ahí, los Mitsubishis blancos, la gente, el fuego y... el dragón. El dragón creado por Kavinsky y el terror nocturno de Ronan. Pero, aquel no se divisaba por ningún lado, sin embargo, Kavinsky sí. Estaba en el capote de un Mitsubishi a unos metros de él. Hacían falta unos cuantos más. ¿Dónde estarían Blue y Gansey?

— ¡Alex! ¿Que demonios haces ahí parado? — Una voz varonil le hablo por su derecha — ¿Ya encontraste a Matthew?

¿Qué?

— ¿Disculpa?

— Alexis. Muévete, tu pesadilla no parece que sea capaz de derrotar a la monstruosidad de Kavinsky

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⏰ Última actualización: Jun 06, 2023 ⏰

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Mʀ. Q ··Tʜᴇ Gʀᴇʏᴡᴀʀᴇɴ·· ✦ 𝐐𝐮𝐚𝐜𝐤𝐢𝐭𝐲 𝐎.𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora