Inmersos por la Libertad: La Historia de Khaled

Bienvenido a Neo Santiago

En el año 2064, en la ciudad decadente pero tecnológicamente avanzada de Neo Santiago, Khaled Díaz, un joven latino de 19 años, se adentraba en un nuevo capítulo de su vida al ser aceptado en la prestigiosa Universidad de Neo Santiago.

La ciudad, una versión futurista y distópica de la antigua capital chilena, era un crisol de contrastes. Las clases sociales se hallaban fuertemente marcadas por la tecnología, que dominaba cada aspecto de la vida cotidiana. Mientras el desarrollo tecnológico había solucionado el problema del calentamiento global, la basura y el espacio que ocupaba en nuestro mundo se había convertido en un desafío para los más cultos e informados de aquel universo, quienes no podían encontrar una solución permanente aún.

Khaled, con su estatura promedio y complexión atlética pero poco trabajada, se movía entre las bulliciosas calles de Neo Santiago con confianza y un sentimiento de apuro se reflejaba en sus ojos. Aunque su personalidad podía resultar un poco tosca y de pocas palabras para algunos para algunos, aquellos que lo conocían bien sabían que detrás de su aparente seriedad e indierencia se encontraba un individuo alegre y abierto, ansioso por explorar las maravillas del mundo que lo rodeaba.

Si bien Khaled no destacaba por habilidades extraordinarias, poseía un hiperfoco natural debido a su trastorno de déficit de atención e hiperactividad. Esto le otorgaba una inteligencia aguda en ciertos momentos, lo cual sumada a su capacidad física innata, lo cual lo convertía en una combinación intrigante de mente y cuerpo.

A pesar de no provenir de una familia adinerada, Khaled se encontraba en el rango bajo-alto de la escala social. Sus recursos económicos le permitían tener acceso a las comodidades básicas y a oportunidades que otros no tenían. Sin embargo, no permitía que su posición social definiera su valía como persona.

El primer día de clases en la Universidad de Neo Santiago llegó, y Khaled se adentró en el campus con una mezcla de emoción y determinación. Los edificios modernos y relucientes se alzaban a su alrededor, mientras que los estudiantes ataviados con ropas futuristas y dispositivos de realidad aumentada se apresuraban de un lado a otro, todos con prisa por llegar a sus clases, el joven Khaled estaba deslumbrado por la inmensidad de la universidad a la que había logrado acceder.

-Es casi como si fuera una ciudad en miniatura con calles y todo...- murmuró para sus adentros.

En una amplia sala de conferencias, Khaled se unió a sus compañeros de clase para recibir la bienvenida del profesor, un experto en inteligencia artificial con implantes cibernéticos destellantes en sus ojos, los cuales se hacían destacar en su apariencia por su brillo, sin embargo su ropa, accesorios o implantes no se quedaban atrás, se notaba que al profesor le gustaba tener múltiples herramientas a su merced.

Khaled observó a su alrededor, manteniendo una distancia discreta de sus compañeros de clase. Mientras todos charlaban animadamente, él prefería sumergirse en su propio mundo de pensamientos.

El profesor comenzó su discurso de bienvenida, captando la atención de los estudiantes con su entusiasmo.

¡Bienvenidos a la Universidad de Neo Santiago! Aquí, en la cuna de la nueva era tecnológica, tendrán la oportunidad de explorar los avances más vanguardistas y desafiar los límites de la imaginación, en esta institución nuestro principal objetivo es que ustedes sean los lideres del mañana, que estén por encima de toda su generación guiándolos hacía un futuro más brillantes, pues como siempre he dicho... Nosotros no solo tenemos que construir el futuro, eso es fácil y cualquiera puede hacerlo, Nosotros tenemos que diseñarlo y visualizarlo en el presente. -exclamó el profesor con emoción- una vez aclarado esto podemos empezar con la clase, mi nombre es.....- Continuo el profesor con la clase según el lo había planeado previamente.