La Novia Del Lago

Capitulo 4 - Bosque

La novia del lago

Capitulo 4 - Bosque.

En medio de ese bosque, con la desesperación que tenía sumado con el ambiente tan siniestro que había ahí, sentía que mi corazón iba a estallar. La cabeza me daba vueltas, estaba a punto de desmayarme y no tenía otra opción más que quedarme ahí hasta que se me pasara. Había una sombra que se asomaba como husmeando entre los árboles, ¿Era una persona? ¿Era una de mis alucinaciones? Pronto descubriría eso...

Flashback.

Hace 5 años, cuando mamá murió, solo pensaba en como iba a hacer para sobrevivir, sentía que estaba cargando con todo el peso yo sola, estaba agobiada con las cuentas y tenía que hacerme cargo de mi hermana menor.

En el velorio de mi madre, veía la vieja urna hecha de madera de abedul, parecía una pequeña caja de fósforos vacia, velar una urna sin un muerto es como ponerse un zapato sin calcetines, sentía que mi madre era ese calcetín que siempre se pierde cuando lo lavas. Ella había sido prendida fuego por su ex novio y no había un cadáver que velar ya que fue reducida a cenizas. No lo entendía, se veían tan bien juntos, ¿Cómo pudo hacerle eso? Sinceramente no podía acabar de procesar todo, fue como una descarga de información en mi cerebro, mi madre había muerto asesinada, esa situación me hacía pensar en como la vida da vueltas repentinas, sentía una ansiedad tremenda, solo un calmante para elefantes podría relajarme mientras que Grace veía a lo lejos, recostada de una pared mientras dejaba caer algunas lágrimas llenas de tristeza sobre si misma.

Me empecé a marear un poco pero no podía hacer un espectáculo ahí, de pronto, siento una mano en mi hombro y volteó de inmediato para saber quién era, se trataba del tío Dave, mientras acariciaba mi hombro decía: "Ya nos vamos a llevar a tu madre, despídete de ella". Sentí como una punzada en el pecho, no había nada de que despedirme, ¿Enserio esa despedida fue lo último que le dije a mi madre? Solo le había dicho que tuviera cuidado y que llamara cuando estuviera regresando. Nunca llamó...

Cuando me acerco a la urna para "despedirme" siento como algo aruña la tapa, intrigada y con cierto mareo, dudo en abrirla, pero quería saber que había ahí dentro, para mí sorpresa, estaba mi madre ahí, estaba con medio rostro quemado, desfigurada y moreteada, tenía los ojos blancos y le faltaba el labio inferior. Me sorprendió demasiado, hasta pestañeé para ver si estaba soñando, era mi madre, estaba ahí dentro, sentí que iba a desmayarme de la impresión, no pude evitar llorar y solté un "¡Mamá!" Cuando de pronto, mi madre voltea su cabeza hacia mi y pega un salto hacia mi rostro mientras gritaba, yo también grité por instinto, ¿Que estaba pasando? Solo pude dejarme caer hacia atrás mientras desmayaba.

Fin del flashback.

La muerte de mi madre y el estrés que me había generado eso desencadenó todo este infierno, cada alucinación que he tenido me lleva a aquella vez, que desconsolada por su partida, ví su cuerpo en aquel ataúd para que luego me saltara encima y que cuando me levantara del piso, me quedaran viendo con una cara extrañada ya que todo había sido obra de mi mente. Cada que tengo una maldita alucinación, me preparo para morir, aunque nunca lo termine haciendo, siempre despierto llena de sudor, tirada en el suelo, con alguna marca de un golpe, pero sobretodo, con una fuerte confusión generada por la alucinación.

En ese momento, con frío, llena de barro y en medio de esa inmensa arboleda oscura sentía como si el mundo fuera a acabar, mi pecho me hacía presión y quería llorar, supongo que era un ataque de pánico, solo sentí un gran dolor en el pecho y caí rendida, cerré mis ojos y dejé de moverme.

Minutos después...

Desperté tirada en un piso de madera, con una débil atadura en mis manos y pies, extrañamente no estaba llena de sudor; sino que estaba limpia y en ropa interior. El lugar estaba bastante sucio y aún aturdida por lo que había pasado, intenté moverme por el frío suelo, había manchas de sangre por todos lados, varias armas para cazar y restos de animales en una mesa, el olor que había ahí era fétido y asqueroso, por un momento quise vomitar. Me arrastré como pude a la salida que era una cortina de plástico mientras pensaba en como había llegado ahí, ¿Que era ese sitio tan asqueroso? ¿Quien me había traído aquí? ¿Acaso la sombra que había en el bosque me había llevado hasta allí?

Hice varios movimientos con mis manos hasta que logré anchar el nudo y sacar mis manos, seguido de eso, desamarré mis pies y salí de esa habitación. Me encontré con una sala bastante iluminada y no muy linda.

Caminé alrededor mientras observaba cada detalle del lugar, estoy casi segura que fui secuestrada o algo por el estilo. Tenía un dolor de cabeza que estaba matandome y mucho frío, marcas en mis manos por las ataduras que no dejaba de mirar, esto me llevaba al pasado inconscientemente, una suave ráfaga de viento que entró por una abertura en la pared me hizo levantar la cabeza y verme en un espejo, un pequeño espejo viejo y lleno de polvo con el que nadie querría verse; me miré fijamente mientras mi cabellera pelirroja se movía al compás del viento y mis labios y piel pálidos por el frío se apegaban más a mi. Me están pasando tantas cosas que no lograba procesar, ¿Quien me intentó secuestrar? ¿Quien me quitó mi ropa? ¿Mikhail me dejó abandonada a propósito? No puedo dejar de pensar y esos mismos pensamientos me sacaban lágrimas, ¿Que está pasando? Tengo mucho miedo, no estoy soportando todo esto...

Me repetía eso mientras miraba mis manos marcadas por aquel anclaje. Observaba mis cicatrices de guerra, mi cuerpo estaba muy marcado y las lágrimas se desbordaban de mis ojos, la frustración se estaba apoderando de mí. "No soy una mujer fuerte, no puedo con todo esto" -Repetía esto en mi mente mientras lloraba desconsoladamente al verme en ese estado, por todas las cosas que me habían pasado.

Hasta que...

-"Así que ya despertaste, a papá no le gustan las chicas malas..." -Dijo con un tono altanero.

Volteé inmediatamente a ver quién era, limpié mis ojos de aquellas lágrimas y pude ver a la persona que me había llevado a ese lugar, ahora todo tiene muchísimo más sentido. Abrí mis ojos como platos al verle la cara. Manos temblorosas por el frío y la sorpresa junto con una boca semi abierta denotando miedo, esto no me da buena espina.

Continuará...