Lucas imaginario y soñador

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Lucas era un niño de ocho años que le encantaba inventar historias. Cada día, se imaginaba que vivía aventuras increíbles en mundos fantásticos. A veces, se convertía en un pirata que navegaba por los siete mares. Otras veces, se transformaba en un astronauta que exploraba el espacio. Y otras veces, se hacía pasar por un detective que resolvía misterios.

Lucas tenía un cuaderno donde escribía y dibujaba sus historias. Le gustaba compartir sus creaciones con sus amigos y familiares, pero no todos lo apreciaban. Algunos le decían que era un mentiroso, que vivía en las nubes, que debía ser más realista. Lucas se sentía triste y solo. ¿Por qué nadie entendía su pasión por la imaginación?

Un día, Lucas encontró un libro mágico en la biblioteca. Era un libro sin título ni autor, solo con una portada negra y unas letras doradas que decían: "El libro de los sueños". Lucas sintió curiosidad y lo abrió. Para su sorpresa, el libro estaba vacío. No había ni una sola palabra ni una sola imagen. Solo páginas en blanco.

Lucas pensó que era un error y lo iba a devolver, pero entonces escuchó una voz que le hablaba desde el libro:

Hola, Lucas. Soy el libro de los sueños. Estoy aquí para ayudarte a cumplir tus deseos más profundos. Solo tienes que escribir o dibujar lo que quieras en mis páginas y se hará realidad.

Lucas no podía creer lo que oía. ¿Un libro que podía hacer realidad sus historias? ¿Era posible? Decidió probarlo y escribió: "Quiero ser un pirata".

En cuanto terminó de escribir, el libro brilló y Lucas se vio transportado a un barco pirata en medio del océano. Allí conoció a una tripulación de bucaneros que lo acogieron como uno más. Lucas vivió una aventura llena de acción, peligro y diversión.

Lucas estaba encantado con el libro de los sueños. Cada día, escribía o dibujaba una historia diferente y la vivía como si fuera real. Así conoció a dragones, hadas, robots, vampiros y muchos otros personajes fantásticos. Lucas se sentía feliz y libre.

Pero no todo era perfecto. Lucas empezó a descuidar sus estudios, sus amigos y su familia. Pasaba todo el tiempo con el libro de los sueños y se olvidaba de la realidad. Además, el libro empezó a mostrar signos de desgaste. Las páginas se arrugaban, las letras se borraban, la tapa se rompía.

Lucas se preocupó y le preguntó al libro qué le pasaba.

Estoy enfermo, Lucas. Me estoy muriendo. Cada vez que usas mi poder, pierdo un poco de mi esencia. Si sigues así, pronto desapareceré.

Lucas se entristeció y le pidió al libro que no muriera.

Lo siento, Lucas. No puedo evitarlo. Es mi destino. Pero antes de irme, quiero darte un regalo. Te voy a dar mi último sueño.

El libro le mostró una página en blanco y le dijo:

Escribe o dibuja lo que más deseas en este momento.

Lucas pensó durante un rato y luego escribió: "Quiero tener amigos que me quieran y me comprendan".

El libro volvió a brillar y Lucas se vio rodeado de niños y niñas que sonreían y le abrazaban. Eran sus amigos del colegio, sus vecinos, sus primos. Todos ellos le decían que lo querían y lo admiraban por su gran imaginación.

Lucas se sintió feliz y agradecido. Se dio cuenta de que no estaba solo, de que había gente que lo apreciaba por cómo era.

Entonces, el libro le dijo:

Adiós, Lucas. Ha sido un placer conocerte y compartir tus sueños. Espero que seas feliz y nunca dejes de imaginar.

El libro se desvaneció en sus manos y Lucas volvió a la realidad.

Lucas guardó el recuerdo del libro de los sueños en su corazón. Siguió inventando historias, pero también prestó atención a su vida real. Aprendió a equilibrar su imaginación con su responsabilidad. Y sobre todo, aprendió a valorar a sus amigos y familiares, que siempre estaban ahí para apoyarlo.

FIN

lucas y su imaginacionWhere stories live. Discover now