Corazón de Hielo ❄️ Terminada

Hasta Pronto 🌑

Domingo por la tarde. Ese día en especifico Kirishima fue a una revisión de rutina con a el médico acompaño de Aizawa el cual de vez en cuando lo veía de reojo. El sonido y olor a medicamento era horrible para Kirishima ese olor a medicina era molesto mas para el que no soportaba estar en un hospital mucho menos por esa revisión que le diría si puede volver a sus pasantías.

-el señor Kirishima – hablo una enfermera en aquella sala de espera – el señor Kirishima

-seguimos Kirishima – la voz de Aizawa lo devolvió a la realidad – somos nosotros – se levanto de aquella silla y se acerco a la enfermera – más bien el – señalo a él adolecente que estaba atrás de el

-bien, ah, por favor síganme

Ambos asintieron.  Aquella enfermera los llevo a un consultorio donde ambos pasaron.

-oh pero tenemos aquí a un estudiante a héroe – hablo pesadamente el hombre – por favor, tomen asiento, y como te sientes Kirishima

-bien, aunque es extraño ya sabe el hecho de volver a sentía emociones

- no tienes algún malestar ahora – pregunto el medico

- ninguno

- bien por favor déjame hacer un chequeo

Un pequeño chequeo fue suficiente para ver que todo estaba en orden

-todo está en orden

- no tendrá algún efecto ese don en Kirishima – pregunto Aizawa preocupado por su retoño

- no

 

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Todo había terminado, el mal rato de un Kirishima con emociones sin contralar.

Al fin había terminado. Eso era bueno, o eso querían algunos de la clase A, habían notado cierto cambio entre algunos compañeros entre los involucrados estaba Eijiro Kirishima, Katsuki Bakugo, Denki Kaminari, Sero Hanta y Mina Ashido, se podía notar cierto aire incomodo dentro los dos primeros, al igual que las mirabas que Mina le daba a Katsuki.

Las semanas fueron largas y infinitamente cómodas, hasta que ese día.

El cielo estaba de un color inusualmente. Un inusual color.

La graduación paso rápido entre ellos. Al igual que se notaba cierto incomodidad por parte de un pelirrojo, claro que estaba escapando de las mirabas de una rubia en particular, y si a eso le sumaba que desde que había regresado a la normalidad no había hablado con Bakugo, ni con Liz.

Un carraspeo lo llamo.

Al dar un vistazo sobre su hombro vi a Bakugo, eso lo alarmo y lo puso nervioso que se supone que debía decir, o cómo afrontar la realidad, una donde solo era un juguete sexual para aquel rubio.

-seguirás evitando estas a solas conmigo – pregunto angustiado – nos debemos una plática, no solo por tu accidente, sino también por lo que sea que tuviéramos – trataba de no balbucear al notar que ahora Kirishima lo está examinando de pies a cabeza como si un mínimo movimiento le daría una respuesta