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Narrador omnisciente.

Aquel hombre miraba con sumo detenimiento y atención aquella punta de lanza fabricada con un metal antiguo que tenía entre sus dedos llenos arena blanca del desierto.
Además de admirar los vestigios y las antigüedades que habían encontrado recientemente en aquella ciudad perdida en el desierto a las afueras de nueva Ninjago.
Habían realizado una investigación y habían llevado un gran equipo de arqueólogos, investigadores, paleantologos y técnicos expertos en computación avanzada.
Incluso ahora estaba convencido de que el museo se llevaría todas las piezas y eso lo profundamente feliz.

— En aquellos tiempos se hacía llamar la ciudad perdida de Euroboros. — explico el profesor a su joven asistente — .La serpiente que se come asi misma y los serpentín son parte de todas las maravillas que hemos encontrado.

— Oiga. — preocupada le llamo la joven que estaba a su lado con libros en brazo, miro los jeroglíficos a la vez que sostenía su sombrero por el fuerte viento que hacía —. ¿Los serpentín podría regresar. O evolucionar como una nueva especie?

— La evolución es lo mas probable en estos tiempos tan modernos y tecnológicos. — rio mientras regresaban a las tiendas de campaña, pues hacia un calor de los mil demonios —. Pero ahora podemos deducir que antes había criaturas extrañas y poderes más aya de nuestra imaginación. Así como fue la creación de Ninjago hace miles de años.

—¿Usted si cree en eso verdad?. — pregunto una vez entraron a la tienda —. De que Ninjago fue creado con magia y poderes elementales que solo un grupo en específico podía usar.

— ¡Oh, pero claro que sí!. — dijo energético —. Nuestra historia fue eso, solo que ahora es poco probable que se crea en eso.

La joven sonrió mirando a su jefe hablar y hablar sin parar como si fuera un charlatán que te estaba ofreciendo la jícama maravilla. Mucha gente en esos tiempos solo cree que Nueva Ninjago se formó por la división de un gran continente y las civilizaciones fueron evolucionando hasta los tiempos modernos. Pero la realidad no era así, de un tiempo hasta acá se había perdido la línea temporal y ahora les quedaban esas pruebas tangibles para deducir que había pasado.
Es decir muchos no sabían la verdad del verdadero origen del reino, así que era su trabajo investigar todo.

— Hace tiempo. — le interrumpió —. Usted en una entrevista dijo que había encontrado un monasterio en ruinas a lo alto de una montaña por la aldea Yamanakai donde encontro pinturas muy curiosas, de esas personas que vieron y salvaron Ninjago de las peores calamidades.

— Sigue ahí ese monasterio. — respondió con un aire de pesadez dejando la pieza que había encontrado sobre la mesa —. Pero debido a lo inestable que está ese lugar ya no se puede pasar, me encantaria llevarte ahí.

— Yo lo creo. — sonrió la joven dándole más ánimos al profesor —. No solo soy su asistente si no también una gran compañera que cree en muchas cosas.

Y es que la historia de como ambos se conocieron fue bastante graciosa. El profesor Uri era una persona extraordinaria que ama hasta la muerte su trabajo y era alguien también muy brillante que deducía casi al instante las cosas con solo verlas o tocarlas. Ambos se conocieron por primera vez en aquel museo cuando la joven tenía que ir a este por una tarea de la universidad, y como ella entre todos los alumnos fue la única que le creyó que tal vez antes había dragones que dominaban poderes elementales este la contacto al final de la guía y la hizo su asistente prácticamente sin preguntar. Le ayudaba en sus tiempos libres, aprendía muchas cosas y la paga era confortante.
De esto hace ya dos meses. Y ahora devia hacer una nueva tarea y peor aún, con mucha evidencia en fotografías.

— Profesor. — dijo la joven levantandose de su siento mientras tomaba su celular y una libreta de raya azul cielo —. ¿Le molesta si salgo un momento a tomar fotos un poco más aya de los límites?.

𝓜𝓮𝓶𝓸𝓻𝓲𝓪𝓼 𝓓𝓮 𝓤𝓷 𝓓𝓲𝓪𝓻𝓲𝓸 [𝓛𝓵𝓸𝔂𝓭𝓧𝓛𝓮𝓬𝓽𝓸𝓻𝓪] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora