capitulo 2

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Capitulo dos
Dos meses después:
Me encuentro sentada en el sofá de la casa de Maila con su laptop, estoy averiguando todo sobre mi futuro marido, sí,Maximilian Lennox, mi obsesión. Tengo que admitir que es muy guapo, los años no pasan por él, se puede decir que es hasta más guapo que sus hijos, más varonil, alto,musculoso, trigueño con algunas canas y una barba ligera, ojos oscuros con cejas gruesas es el típico hombre que no quiere envejecer, mi tipo de hombres sin dudas.
Estoy enamoradaaaa.
Su esposa definitivamente es un estorbo en su vida y ahora, en la mía, por lo cual debe desaparecer, y me pienso encargar de eso. Miro hacia el espejo en la pared, en el cual me veo perfectamente, y hablo conmigo misma.
-¿será tu próxima víctima? -pregunto inquisitiva y divertida.
-Tal vez, quién sabe -río con maldad. La chica del espejo me dice: -será una libertad para él y una oportunidad para ti,piénsalo.-Claramente ya esta pensado
Son las 5 am y no he podido pegar ojo, me pasa casi siempre, desde aquella noche mi cabeza no descansa.
Me acuesto y trato de dormir hasta que suena la alarma, 8:30 am y Maila está parada enfrente de mí, vestida, lista para irse a trabajar.
-Enseguida estoy lista.-contesto de mala gana.
Salgo corriendo para el baño y aunque parezca imposible, en unos 30 minutos ya estoy lista para irnos.

Llegada la tarde estoy en el estacionamiento, acabo de terminar de trabajar. Ossian, mi futuro hijastro, uno de mis jefes y el amor platónico de la tonta a mi lado, no estaba hoy en la empresa. Cuando vamos de camino al auto de Maila, llega el susodicho en el suyo, estaciona y sale de él. Maila se queda media tonta y hace el ademán de saludarlo, pero él no la nota. Yo sonrío y se acerca a nosotras. Si Maila supiera lo loco que está su "amor" por su supuesta amiga... El chico puede llegar a ser un salvaje, en cualquier lugar, no se sabe controlar y termina besándome como un loco. No lo he dejado pasar la línea, puesto que mi verdadero deseo es un pez más gordo. Pero bueno, ya alguna vez escuché que mientras esperas al indicado puedes disfrutar con el equivocado, me encanta el drama familiar. Ossian nos saluda y mira sin disimulo mi escote, tal como todos sus trabajadores, sus hermanos y hasta los socios, exactamente lo que necesito. Su mirada es hambrienta, Nos desea buenas noches con la voz algo afectada y se va. Mi querida compañera ni se entera. Nos metemos al coche y comienza la conversación.
-Así que el señor Manson hoy reclamó los papeles de la negociación?- le comento neutral.
-Si, Ossian, digo, Manson los reclamó.
-Muy bien, pobre Max, debe estar triste. Si alguien lo alegrara...- Le digo haciendo alusión a lo de la esposa de mi futuro esposo, valla que suena gracioso.
-¿Megan, no puedes tomar siquiera algo terrible con seriedad ?-continúa- El pobre señor Oss, digo, Maximilian debe estar devastado.
La noto tan abochornada por ser tan obvia.
-Bueno, de pobre no tiene nada, de rico mucho, así como ese hombre al cual no dejas de mencionar. - se pone muy muy roja al escucharme. Voy a buscar mi teléfono en mi bolso, cuando me doy cuenta que no está. He dejado el bolso en la empresa, y es algo maravilloso.
-Maila, necesito regresar, he dejado el bolso con el móvil, y es muy importante- le digo sabiendo que accederá y poniendo cara de pena.
-Ok, regresaremos. - me dice no muy contenta.
Maneja en silencio y antes de bajar del auto le digo:
-No hay nadie, si vez que demoro ven por mí.
Ella asiente y salgo . En el pasillo central que da a la oficina, encuentro a Ossian caminando. El me nota rápidamente y quiere acercarse no con muy buenas intenciones, pero se me ocurre la grandiosa idea de demorarlo solo un poquitito.
-Oh, Ossian, no sabía que estarías por aquí.-le digo con meloso asombro.
-Sí, nena, casualmente estaba pensando en una pelirroja-lo miro aburrida- y estoy muy duro.
Noto el gran bulto de su entrepierna y se acerca a mi, me pega a la pared.
-¿Sabes? No eres tonta, estás aquí por algo, hoy te lo voy a dar. - El se pone a besar mi cuello y barbilla desesperado. Por encima de su cabeza noto una figura acercarse y comienza el verdadero espectáculo.
-Suélteme, jefe. - el me mira confundido pero sigue. Lo empujo un poco y digo: -Señor.
La palabra se queda suspendida en el aire, Maila ha escuchado todo, y ahora se apresura hacia nosotros, ya nos puede ver con claridad. Sonrío solo para mi futuro hijastro, bajo mi mano y la meto por su pantalón, agarro bien fuerte sus bolas, las aprieto y giro con fuerza a un lado. Él no se lo esperaba, no atinó a defenderse, sólo gritó estruendosamente, como jamás pensé que lo vería mientras su cara de desfiguraba por el dolor. Se aleja de mí y corro junto a Maila. Ella me abraza y yo me hago la asustada. Ossian sabe que no soy de escándalos públicos, está tan enredado conmigo que yo sabía que no haría espectáculo. Estoy segura de que aunque lo apuñalara ahora mismo él se dejaría.
-Tontería- murmura bajo pero enojado y se va malhumorado.
Al llegar a casa de Maila la sigo a su cuarto, ahora es cuando necesita compañía, está perfectamente vulnerable.
Maila se sienta en la cama con un bote de helado, toma una cuchara y ,para mi sorpresa, me ofrece otra. Tomo una pequeña cucharada.
-¿Estás bien?- me pregunta.
-¿Lo estás tú?- le digo.
-Todos los hombres son idiotas, pensé que era distinto, imaginé que me miraba, pero solo es otro asqueroso. Él nunca se fijaría en mi.- dice entre lágrimas.
-Sí que puede, yo te puedo ayudar, puedes ser todo lo que le gusta, y algún día buscarás cómo vengarte, porque sabes que es un idiota.- se lo digo y dejo un frasco de pastillas para el corazón a su lado.
-Mírame, me dañó, pero soy fuerte. Tú decides si caes tú o cae él. -le digo con convencimiento y Agarro su mentón- Mejor que sea él.
Maila me mira y asiente con la cabeza, me paro de su cama y salgo de la habitación, cerrando la puerta tras de mi, dejando que el caos de desate.

Maximilian Lennox:
Hablar del dolor no es lo mismo que sentirlo. Solo hay una persona capaz de conocer los lugares más recónditos de mi ser, yo mismo. Lo diferente siempre parece malo, y sí, tal vez soy malo.

-Ya han pasado siete meses desde aquel trágico accidente y no te he podido olvidar,mi conciencia no me deja en paz-digo en la tumba de mi difunta y amada esposa.
Tras haber estado hablando por varios minutos, me levanto y salgo de ahí. Voy directo al auto y ahí está mi chofer y mi mano derecha, Nick. Mi cabeza es un caos que necesito liberar.
-Ya sabes a donde ir-Le ordeno con seriedad pero sin brusquedad.
-Claro, mi señor- responde obediente pero sin arrastrarse. Mi relación con él es distinta que con mis otros empleados, él sabe qué quiero y eso es algo bueno.
Llegamos al lugar. Cuando entro me atiende una señorita perfectamente vestida, peinada y maquillada.
-Señor Maximilian, bienvenido.-saluda ella y se nota en sus ojos la desesperación que tanto lucha por ocultar.
-Gracias.- respondo cortante.
-¿Al mismo lugar de siempre, señor?-pregunta con una chispa de esperanza en los ojos.
-Sí.- le digo y cuando me escucha la pequeña esperanza en su mirada da paso a una decepción casi imperceptible pero que puedo notar.
-Está bien, venga por acá. -Me lleva a la sala privada y me dice:
- Enseguida lo atenderán.

Desciendo por los limpios pasillos hasta la habitación de siempre, tomo asiento en el sofá de la zona VIP y observo con el cuerpo lleno de expectativa el cristal, he pagado muy bien para ver a esta chica, ella siempre es muy sensual y no me remuerde la conciencia lo que hago. Las luces se apagan, puedo escuchar sus pasos en la oscuridad, son tacones, son el precedente antes de que comience la melodía lenta de Earned it de the weeknd. Las luces se encienden en penumbra, son sombras rojas y violetas, se marca su silueta. Lleva tacones de aguja color rojo vino, puedo ver sus piernas esbeltas, las uñas de sus pies son rojas igual, un toque exitante, muy cerca de su tatuaje, pequeño, delicado, justo encima de el borde del tacón, nunca había visto uno igual y nunca lo olvidaría. Solo puedo vislumbrar una bata de seda blanca que la cubre, no se ve nada de su cuerpo, todo queda a la imaginación. A medida que camina hacia una silla en medio del escenario, con pasos lentos, pausados, llenos de gracia, estoy seguro de que no es la misma de siempre, es mejor. Debería quejarme por semejante negligencia, pero es una negligencia tentadora. Toma asiento de espaldas a mí, desliza sus piernas hasta quedar completamente abiertas y la desesperación de no tenerla de frente me comienza a poner muy duro. Veo sus manos, con uñas rojo carmesí, elegantes, agarra los bordes de la bata y los comienza a subir lentamente, presencio todo el recorrido y la deja justo en el borde de su culo. Siento como la tela del pantalón roza la punta de mi pene, que está desesperado por salir. Con sus delicadas manos comienza otro tortuoso recorrido de parte de arriba de la bata, que desliza hasta media espalda. Su piel es tan blanca y luce tan suave, que ya puedo darle un festín a mi imaginación. El cabello cae largo he interrumpe el delicioso camino de su espalda. Cuando la canción es más lenta, como mandado a pedir, aparta el cabello por encima de su hombro. Me exita la acción, hace lo que quiero sin saberlo. Gira su torso un poco y puedo observar su perfil, la tela de encaje cubre su rostro hasta donde deben terminar los ojos, sus labios son atractivos y tentadores, rojos como el infierno, en que ella es la reina. Me imagino todas las cosas que pueden hacer y siento como todo mi cuerpo se tensa. Cuando sonrie sensualmente, de manera perversa y veo la marca de un hoyuelo, algo tan inocente en alguien que, por supuesto, no lo es, tengo que agarrar mi pantalón y contener un gruñido, al momento que lanzo una mirada oscura, con la cabeza baja. Sé que lo vio. Se levanta, y no sé cómo no me lo esperé, pero en ese justo momento, la poca tela de la bata que aún la cubría, cayó sin pudor al piso. Fue la gota que colmó el baso, desabroché mi pantalón, dejando mi duro miembro expuesto, a la vez que me liberaba, disfrutando la vista de toda la parte trasera de su cuerpo, imaginando que todo lo que salía de mí, caía sobre ella.

Nota de la autora:
Mientras la chica se encontraba en la habitación, dispuesta a cambiarse de ropa, no sabía que alguien la observaba. Maximiliam vio el momento exacto en que al retirar la peluca negra una melena roja se liberó.

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⏰ Última actualización: Dec 03, 2023 ⏰

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