Advertencias:
- Historia original ambientada en el omegaverse
- Muerte de un personaje
- Destinados/marcas/celo/posible contenido maduro en capítulos posterioresCapítulo 1. Rocha
No visitamos París. Le prometí ir para compensar nuestra luna de miel en casa. Cian confesó con vergüenza y timidez, agregó que era un cliché. Como era su idea, me pareció adorable.
Planeamos el viaje a París muchas veces y cancelamos a último momento. No era una decepción, Cian no le daba importancia porque éramos felices. Fuimos de vacaciones casi cada verano dentro o fuera del país con nuestros hijos, tomamos muchos aviones por trabajo. Incluso fuimos a otro continente para conocer a nuestros consuegros. Cuando llegaron los nietos, el viaje se aplazó. Cian decía que la idea era encantadora, pero ahora tenía lugares que le parecían más románticos.
Una mañana decidimos que era momento, celebraríamos el cumpleaños de Cian con un viaje a París. Ese día preparamos el té y comimos un pastel de Rocha mientras elegíamos los vuelos y los restaurantes que visitaríamos.
Después, el viaje a París dejó de ser importante.
Muchas cosas dejaron de importar.
Por ahora sigo una rutina. Cada jueves voy a Rocha, la cafetería donde conocí a Cian. Saludo a todos, pido un emparedado, un chai y almuerzo en nuestra mesa. Al terminar llevo a casa una rebanada de tarta de limón. Pido un ramo de lirios en la florería y visito a Cian en el cementerio.
Me hizo prometer que no iría todos los días. En broma acordamos que nos veríamos los jueves.
Cada semana lo sentía más lejos. El sonido de su voz, su calor entre las sábanas, su figura bailando en la cocina, el tacto de su piel y su aroma. Extrañar su aroma era urgente, no podía tocarlo, no podía ir a su oficina para dejarle un beso, no podía pasar los dedos por su nuca para reconocer la forma de mi marca.
No puedo conversar con él.
Éramos destinados, pero supongo que su ausencia pesaría igual si no lo hubiéramos sido.
Lo conocí cuando tenía 19 años. Regresé a la ciudad para entrar a la universidad y vivir solo. Tenía dinero gracias a mi abuela, estudiaba con mi mejor amigo Gera y no tenía supervisión. Pasé el primer año en fiestas usando mi estatus de alfa como única personalidad y el segundo año tuve novios con los que terminaba y regresaba varias veces antes de la discusión final.
Al iniciar el semestre decidí estar soltero un tiempo y cambié los lugares habituales para evitar a mi nuevo ex novio. Busqué otra cafetería para desayunar en mi nueva ruta a clases. Elegí un lugar pequeño con flores en la entrada. Por la ventana se veían un par de personas en fila esperando sus pedidos.
Entré haciendo sonar la campanilla y una voz me dio los buenos días. Respondí, elegí una mesa y fui a hacer pedido en el mostrador. El ambiente tenía un aroma agradable, pero no era el café. Noté una brisa cítrica, pensé que era el té o los postres.
No vi el menú. Olfateé buscando el origen del aroma hasta que mi atención fue hacia él. Desde ese momento le entregué el poder de ponerme nervioso. No era por sus ojos, ni por su cabello rubio que destacaba, tampoco por su sonrisa o la familiaridad con la que te miraba y hablaba (como si le diera gusto tu visita aunque era la primera vez que se veían). Él era luminoso en conjunto.
-Bienvenido a Rocha ¿qué deseas ordenar?
Noté que era omega, a veces hay algo que te lo dice, no te lo cuestionas, sólo lo sabes y aceptas que hay alguien como tú frente a ti. No era difícil para mí hablar con los chicos que me gustaban, pero ninguna frase o estrategia para ser más simpático vino a mi mente.

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Jueves (Omegaverse)
RomanceBosco y Cian eran destinados, se enamoraron, casaron, tuvieron familia y vivieron su final feliz. Cuando la vida los separa, Bosco siente cómo desaparece lentamente su vínculo con Cian, mientras se forma uno nuevo a pesar de su resistencia a tener p...