Jeongin no entendía porque soñaba cada noche con la misma niña rubia desde que tenía 10 años, sabía todo de ella, sus gustos, sus disgustos, sus manías, sus fantasías, sus sueños, todo. Pero no podía recordar su nombre, ni su rostro, todo lo que log...
❝Si encontrar el oro es perder el arcoíris, los colores están ahí aunque no son lo mismo, tal vez tu sepas en el momento en el que lo tengas pero consiguiendo sostenerlo. Si tocar el cielo es razón por la que todos estamos buscando ¿estamos perdiendo el punto? ¿y falta el significado? ¿es el saber? ¿es el ver? ¿o es el sueño?❞
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Jeongin miraba con curiosidad a aquella niña rubia que estaba sentada en su jardín, o lo que parecía ser su jardín, el niño de 10 años no recordaba el jardín de su casa con tantas flores o árboles tan grandes, pero tampoco recordaba haber salido de los limites de su hogar para encontrarse en cualquier otro sitio, por lo que asumió que sería el patio de su casa donde él se encontraba parado en ese preciso momento.
Tampoco entendía porqué era de noche y estaba lloviendo, él no tenía permitido salir de noche, ¡ni en la lluvia porque enfermaría! y si su mamá lo encontraba afuera, lo castigaría y no le contaría su cuento para poder dormir en la noche.
Así que Jeongin no entendía muchas cosas en ese preciso momento, pero si que entendió el sentimiento que lo abrumo apenas vio a aquella niña debajo de aquel gran árbol.
El castañito sintió la tristeza inundar todo su pequeño ser, sintió la necesidad de ir y darle un abrazasito a la pequeña niña, la necesidad de ir y decirle que todo estaría bien y que llorar solo la hacía verse fea.
Pero al instante se arrepintió, porque su papá le había dicho que nunca debía mentir y si le decía a aquella niña que se miraba fea al llorar le estaría mintiendo, porque incluso ahí, con gruesas lagrimas rodando por sus mejillas, Jeongin podía asegurar que era la segunda persona más hermosa que él había conocido en su corta vida, justo después de su madre, claro.
Y nuevamente el niño se encontraba frunciendo el ceño, porque, ¿Qué hacía una niña en el patio de su casa en la noche? ¿Cómo había llegado ahí? ¿estará llorando porque esta lastimada? ¿tendrá algo grave?
Las abrumadoras preguntas alcanzaron a Jeongin y el pequeño no tenía respuesta a ninguna, "tal vez la mejor opción es ir y buscar a mamá" pensó, pero, ¿dónde estaba la puerta de su casa?, porque por más que giraba y estiraba su cabeza, no lograba encontrar la entrada a su hogar.
No había nada que pudiera hacer, así que comenzó a asustarse, porque estaba en un lugar desconocido, con una niña azul desconocida y probablemente lejos de casa, y a él no le gustaba estar lejos de casa, sin sus padres o su hermano mayor a su alrededor, se sentía desprotegido y asustado, pero no dejo que nada de eso lo abrumará, recordó las palabras que su madre le había repetido hasta el cansancio desde que era un bebé: "Si te separas y me pierdes de vista a mi o a papá, quédate donde estas, yo iré a buscarte siempre, ¿me oyes?"
Su madre iría por él, de eso estaba seguro. Así que asustado, pero decidido a seguir las indicaciones de su madre, se acerca a paso de tortuga a la pequeña niña azul que esta sentada a unos metros frente a él, debajo de un gran árbol.
