-¡Teume noona! –la veo al fondo del pasillo. Estoy seguro de que ella lo ve como una simple casualidad, lo cual es frustrante. Después de dos meses de repetir esta rutina, esperarla al finalizar sus clases del día, y acompañarla de vuelta a su dormitorio en la facultad, esperaría ya supiese la estoy esperando a ella, y solo a ella.
Noona me sonríe. Esa sonrisa que la hace ver tan hermosa y llena de vida. No puedo evitar sentir como mi corazón se acelera, y me empuja a correr a su lado. Teume noona es la miel, yo soy una simple abeja.
-Noona –digo cuando finalmente me detengo frente a ella, y sin poderme contener, la atrapo en un abrazo, con lo que su risa me llega desde el pecho, puesto que pese a ser dos años mayor que yo, también es veinte centímetros más pequeña.
-No necesitas esperarme, Hwanie –dice noona, pero yo me apuro a negar.
-No es molestia. Sabes que no hay nada que me guste más que pasar tiempo contigo.
Sin perder la oportunidad, deslizo mis dedos entre los de ella. A Teume noona parece no importarle, y con aquella expresión tan adorable, me sonríe, al tiempo que procede a balancear nuestras manos... y no puedo evitar sentirme como un chico de jardín de niños que vuelve a casa de la mano de mamá, a pesar de que yo también seré un estudiante universitario en menos de seis meses.
Lo odio.
Por más que he intentado demostrar mis intenciones con aquellos gestos, entrelazar nuestras manos, abrazarla a la mínima oportunidad, pedirle que me quiera, inclusive escabullirme por la ventana de su dormitorio e invadir su espacio personal en su cama, parece ser que noona no entiende el tipo de amor que espero de su parte. Y estoy empezando a desesperarme.
Un poco frustrado, me apuro a quitarle la mochila, y echármela al hombro.
Caminamos por el pasillo prácticamente en silencio, hasta salir del edificio, con lo que nos recibe el silencio del exterior, ya que parece ser aquella tarde casi no hay estudiantes en su facultad. Conociendo a noona, nos dirigiremos a su dormitorio, donde me tumbaré en su cama, ella hará lo mismo, y pese a hacerle cariñitos en el pelo, ignorará olímpicamente todos mis intentos por hacerle entender que quiero ser algo más que amigos.
Esta vez, sin embargo, paramos primero en una máquina expendedora, a comprar golosinas y gaseosas. Pese a ser fin de semana, ninguno de los dos tiene planes de asistir a alguna fiesta o reunión social. Así que hemos decidido mejor pasar la noche en su dormitorio, viendo películas al tiempo que comemos chucherías.
Mientras caminamos rumbo a los dormitorios, Teume noona abre un helado de vainilla, y se apura a comerlo, sin olvidarse de ofrecerme. Incapaz de resistir la oportunidad, aprovecho el momento no solo para dar un gran mordisco, sino para tomar un poco de helado con mi dedo, y embarrarle la comisura del labio.
-Oh –digo fingiendo demencia-, alguien se ha ensuciado...
Y procedo a darle un pequeño lengüetazo para limpiar mi "accidente".
-Hwanie –me dice noona en aquel regaño cariñoso, que solo provoca me sienta imbécil. ¿Cómo es posible que noona no vea y no entienda lo que siento por ella?
Cuando entramos a su dormitorio, Teume noona enciende la luz, y yo (quien ya me conozco el lugar de pies a cabeza), me apuro a dejar las bolsas con las golosinas en su escritorio, así como las mochilas en el respaldo de la silla.
-¿Qué película quieres ver, Hwanie? –me pregunta noona, quien tras quitarse los zapatos, se ha dejado caer en la cama.
Yo, frustrado, no puedo evitar quitarme también los zapatos, la sudadera que llevaba, y dejarme caer sobre ella, aprisionándola contra el colchón.
-No vas a dejarme ver nada, si te pones así –responde noona, al tiempo que me da un juguetón empujón en el hombro, pero no, esta vez no pienso moverme. Esta vez ya estoy harto, cansado de que Teume noona continúe pretendiendo no valgo la pena.
-Noona, ¿cuándo vas a darme una oportunidad? –digo finalmente, incapaz de contenerme más, en aquel susurro anhelante.
-No sé de qué hablas, Hwanie.
-Noona, por favor –digo, casi suplicante. Sin quitarme de encima (y con ella ya no empujándome para que lo haga), me apuro a tomar su mano, entrelazar una vez más mis dedos en los suyos, y perder mi mirada en sus labios, puesto que no hay nada que se me antoje más que besarla, en vez de tener que estarme explicando y suplicando por su amor-. Ya no soy un niño...
-Junghwan...
-Ya tengo dieciocho, noona. Necesito que dejes de verme como un niño, y me veas como un hombre. Un hombre que te ama, un hombre que te necesita. Por favor, dame una oportunidad. La oportunidad de hacerte feliz y complacerte en lo que quieras...
Estoy tan cerca de su rostro, que me resulta casi imposible el contenerme de besarla. Especialmente porque no quiero dar un paso en falso, hacer algo que a Teume noona no le guste, y me termine empujando, alejando para siempre de ella.
Sin embargo, aún recostado sobre ella, y con ella sin pedirme me retire, procedo a moverme de manera cautelosa. Inclino mi rostro para pasar mis labios por su cuello, y finalmente puedo sentir como se estremece. Por favor noona, por favor, déjame amarte...
Mi respiración agitada sube por su cuello y se detiene a un par de centímetros de sus labios. Mirando directamente a sus ojos, noona me mira de vuelta, pero prontamente los cierra, y es entonces cuando lo entiendo: tengo permiso de besarla. Con toda la delicadeza que esta frustración me permite, presiono mis labios contra los suyos, y la beso profundamente, mientras sus dedos aprisionan los míos, y me sujeta con fuerza, lo cual solo provoca yo intensifique igualmente el beso.
-Te amo, noona –le digo entre besos, mientras ella intenta ahogar un jadeo-. Déjame ser el hombre que te haga feliz.
Como respuesta, Teume noona me ofrece su cuello, y yo procedo a besarlo igualmente.
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Y con esto terminamos!
Fun fact, si bien Paji fue el primer one-shot que me senté a escribir, fue Hwanie-chan quien me dio la idea de toda esta historia. Todo inició con un tiktok, así que agradezcamos a la personita que hizo el edit, así como al algoritmo que me dejó verlo :p
Y pues, eso fue todo. A los que me leyeron y a los que me dejaron estrellitas, muchas gracias!
