Sobreviviendo al pasado (LIONEL MESSI X GUILLERMO OCHOA)

Hermano de corazón

Todo lo que sentía Robert en este momento era una gran desesperación al notar el cambio imprevisto de su amigo, esos ojos demoniacos ganaban terreno en la consciencia del mexicano y ver su sonrisa sádica solo empeoraba las cosas − ¡Vamos Robert! Déjate llevar – expresó el rizado entre risas, mientras dejaba caer un agente encubierto desde la torre más alta del edificio – Sabes que debemos limpiar a HYDRA, no podemos permitir informantes o arruinaran nuestro juego y eso querido, es muy aburrido – Robert solo soltó un suspiro al ver cómo dejaba caer al pobre hombre que rogaba por su vida.

El polaco ni respondía y solo limitaba a cazar a los informantes dentro del edificio, Guillermo había logrado a ubicar casi a todos, pero como un hombre que estaba aburrido y no quería pasar su duelo de separación al tener al argentino lejos de él prefirió armar un juego. Todos los agentes estaban dentro luchando por sus vidas ¿Cuál era la recompensa? El que llegará a la meta, moriría en manos del capitán HYDRA. Robert miró el cielo y notó como un helicóptero se acercaba a ellos, los pocos agentes que estaban con ellos fueron preparando el helipuerto para recibir a esa visita – Al parecer creo que tendremos nuestra próxima misión... − Guillermo solo se apoyo del barandal con los brazos cruzados sin borrar su sonrisa, ambos se quedaron en silencio al ver que Carlos Salinas de Gortari junto con la doble agente Sharon se iban acercando a ellos – Y tuve razón, que vino "tu chica" personalmente – Dijo divertido Robert y solo recibió un gruñido ante ese comentario.

– Buenas tardes chicos, he venido con una misión para ustedes... – Empezó a hablar Carlos, soltó un largo suspiro mientras les entregaba un sobre con los detalles de su misión y Robert alzó ambas cejas ante la dificultad que tendría en estos días – Con la información que consiguió Robert, tenemos ubicadas todas las sedes de los vengadores en el mundo y su misión será destruirlas incluyendo los santuarios del Doctor Strange, buscamos debilitarlos... así que será mejor que termines tu jueguito y te apresures a preparar todo Memito ¿Quedó claro? – Guillermo solo hizo un leve puchero y tronó sus dedos provocando que medio edificio retumbara por las armas que empezaban a soltar aquellas balas de plata, provocando la muerte de todos esos agentes de SHIELD infiltrados.

– Eso significa que Namor seguirá vivo ¿Es correcto? – preguntó de mala manera el rizado.

– Sí, no nos conviene asesinarlo si estaremos paseando por todo el mundo creando terrorismo así es mejor que empiecen a preparar todo y no se preocupen, pediré que limpien tu campo de juego en tu ausencia – Robert fue el primero en empezar a caminar hasta el elevador con Guillermo detrás suyo, no estaba nada contento de tener una misión tan pronto, pero al menos serviría como distracción.

– Por cierto, dejaré las dos sedes de Nueva York de último. Presiento que ahí inclusive podre encargarme de los traidores principales... y yo voy a limpiar antes de marcharme espero no te moleste, sabes que detestó que te metas en mis cosas – Gortari solo aceptó gustoso aquella propuesta, emocionado de la iniciativa de su mejor soldado y aceptó lo último, sabía del temperamento del rizado. Ambos se dirigieron al laboratorio del alfa, que se mostraba un poco inquieto y no dejaba de olfatear a su mejor amigo hasta que lo abrazó con fuerza para ocultar su rostro en el cuello sin importarle si rompía su confianza aunque para Robert aquello no le molestaba ni incomodaba que inclusive le correspondía – Para que no te expongas, te hecho una máscara, quiero que seas un secreto y en caso de que puedas ser libre después del plan... nadie pueda reconocerte y tengas tu vida con Gavira – Escuchar aquel nombre provocaba en el polaco mucho temor y aquellos bonitos recuerdos llegaban a él imaginándose la vida que pudieron tener pero primero estaba Guillermo que lo había salvado de morir hace algunos años y fue el primer alfa en aceptarlo a pesar de su condición.

— Apura Guillermo, que tenemos que limpiar la casa de juegos antes de irnos — y Guillermo solo soltó un gruñido ante ello.

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