Ha pasado un mes desde que Yae consiguió empleo, ahora solo nos vemos en el instituto, las noches de los viernes y los fines de semana. Y aún que trata de no dormirse a veces miro para mí costado y ahí está dándose una siesta, el trabajo la debe tener exhausta.
—Niji, hey, ya tocó el timbre tenemos que irnos— Acaricié su mejilla y ella se reincorporaba lentamente.
—Tengo que hablar con el profe de física, espérame en la salida— Se levantó y se fue para algún lado de los pasillos del gigante instituto. Esta semana ha sido pesada para ella y lo ha manifestado de muchas maneras, no ha tenido muchas ganas de conversar y contestaba mis mensajes tarde. Por suerte hoy es viernes e iría a su departamento como de costumbre.
(...)
—Hola Yunny— Saludó Yae con una leve sonrisa y me dejó pasar a su apartamento. —Te seré sincera, no me veo capaz de aguantar despierta toda la noche, estoy muy cansada, hoy tuve que cubrir a un compañero— Comentó mientras frotaba sus ojos con notables ojeras.
—Está bien, solo quería verte y que platiquemos un rato, aún que tampoco hace falta platicar. Podemos permanecer en silencio y disfrutar la compañía de la otra— Dije provocando una risa y un sonrojo de su parte. Eso me gustaba de ella, y muchas otras cosas, me gustaba la manera en la que logramos conectar en tan poco tiempo y lo atenta que era conmigo.
—¿Y si te quedas a dormir?— Una pregunta simple que provocó un sentimiento peor que el de las mariposas en el estómago, sentía que tenía un cóndor adentro, considerando que estaba comenzando a desarollar sentimientos por ella.
—D-de acuerdo, pero no traje ropa— Respondí mientras la seguía hasta su habitación, no pude evitar mirar hacia la puerta de su madre, que probablemente llevaba un buen tiempo cerrada. —¿Eso es...?— Y cuando entramos vi algo que me dejó descolocada, señalé sorprendida una bolsa de un polvo blanco sobre su escritorio, quería creer que no era lo que creía que era.
—¿E-eh?, e-es levadura— Metió el sobre de golpe al cajón y me dió la espalda buscando ropa. —Ten, puedes usar esto, me daré una ducha breve— Habló dándome una camiseta bastante grande, y noté que estaba evitando mí mirada, quizás por lo de recién. Y me quedé sola en su cama esperando a que viniera conmigo, mientras chateaba con mis amigas, que muchas veces me cuestionaron por juntarme con Yae, diciendo que era una drogadicta sin futuro, realmente me dolía cuando decían eso porque sé que ella no es eso. Quiero creerlo. —Hazme un espacio— Yae salió del baño con el pelo envuelto en una toalla, vaya, se veía hermosa incluso así. —Ahh... Por fin puedo estar donde me gusta—
—¿En tu cama?— Pregunté.
—No, contigo. Gracias por ser mí amiga— Contestó pegando su cuerpo al mío. Se quitó la toalla que envolvía su cabello y dejó caer su cabeza en mí cuello. Jamás me había sentido tan bien, pero quizás me estaba ilusionado un poco. Incluso me llamó amiga.
—Te quiero, Yae, siempre estaré para ti, sin importar lo que pase— Abracé su cintura mientras besaba su frente sintiendo que tocaba el cielo con mis propias manos.
—Yo también te quiero— Fue lo último que dijo para luego caer en un sueño profundo.
.
.
.
.
.
.
capítulo corto :b
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
