Capítulo 4

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Entre muchos de los pendientes de Yoongi, estaba incluido la reunión con su general NamJoon, quien expresó su inconformidad en privado sobre darle entrenamiento a Jungkook y hacerlo general, dijo que enseñarle sus secretos y técnica de pelea a un potencial o viejo enemigo sería peligroso, y tenerlo como líder lo sería aún más, pero tuvo que obedecer las órdenes de Yoongi quien dijo que sus temores eran infundados.

Había pasado ya una semana desde que Jungkook había llegado a su palacio, se veían en el comedor a la hora de la comida y algunas veces en las noches cuando Yoongi se dirigía a su habitación y Jungkook salía de la suya para su paseo nocturno aparentemente rutinario, Yoongi trataba de controlar su compostura, pero no podía controlar su sonrojo cuando Jungkook le alzaba una ceja o le guiñaba de lejos, Yoongi pensaba que el comentario tan fuera de lugar del Príncipe fue un intento burdo para hacerlo enojar, así que no entendía porqué su tonto corazón latía descontrolado.

EunHye había estado tímida al inicio pero después Yoongi notó que estaba cómoda con Jungkook, hacían bromas y ella reía de forma hermosa, hacía sentir relajado a Yoongi, estaba seguro que eso no significaba que EunHye estaba feliz con su matrimonio, simplemente se llevaba bien con Jungkook.

Yoongi había intentado tener la agenda del príncipe libre para que pudiera descansar, adaptarse y conocer el castillo, pero un día mientras Yoongi paseaba de la mano con EunHye por el jardín vieron al príncipe haciendo ejercicio, tenia el torso descubierto y pantalones sueltos, con su espada golpeaba un árbol usándolo como maniquí de entrenamiento.

Yoongi cubrió los ojos de EunHye y trató de alejarse, pero su pequeña hija hizo mucho escándalo al reír, llamando la atención del Príncipe quien se giró para saludarlos.

Bingo, abdomen marcado.

—lamentamos interrumpir su entrenamiento—Yoongi sintió sus mejillas calentarse y ahora no había oscuridad para ocultar su sonrojo; aún cubría los ojos de Eunhye, Jungkook al notar esa acción corrió por su camisa que colgaba de la rama de otro árbol, solo así Yoongi soltó a su hija quien reía a carcajadas—tenemos un gimnasio y sala de entrenamiento en la otra casa, debería entrenar ahí, podrá encontrar el equipo apropiado

—oh —Jungkook sonrió, tenía unos hoyuelos muy coquetos cerca de la comisura de sus labios— no he explorado las otras casas, no quería incomodar a los sirvientes ni a los soldados en su lugar de descanso.

—no lo hará, sus habitaciones están alejadas del gimnasio. EunHye ¿porqué no le muestras al Príncipe el camino al gimnasio?

—si su majestad—ella respondió y se acercó a Jungkook para dirigirlo, era lo suficientemente alta como para poder apoyar su mano en el brazo doblado de Jungkook, EunHye le susurró algo a Jungkook y ambos rieron mientras se alejaban.

Yoongi dejó salir el aire que no sabía que había retenido.

Fue entonces que decidió que era hora de que el príncipe inicie su formación militar. Le pidió a NamJoon adelantar unas sesiones con Jungkook, y aunque su general aún estaba muy reacio, aceptó la orden de su Rey sin protestar.

Así que en la primera sesión de entrenamiento, Yoongi quiso estar presente junto con EunHye, con el mero y sincero fin de ser buen anfitrión y suegro, claro.

NamJoon y Jungkook practicaban solos.

Jungkook era bueno, Yoongi había escuchado que el Príncipe dirigió una tropa en dos batallas contra Kot-Do en el reino de Sedeul y en ambas habían salido victorioso, si bien tenía técnica y era atlético aún tenía fallas, por ejemplo era muy emocional, era el típico peleador que se enojaba cuando notaba que su contrincante estaba avanzando, ese enojo lo hacía cometer errores. También estaba el punto que Jungkook no conocía los secretos del esgrima y pelea originaria de Jeoung, los cuales los hacían los mejores.

Of Secrets and Love - Kookgi/YoonkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora