El dios de la muerte

Capítulo 3

5 años después

Recojo mi cabello en un moño que, aunque no queda perfecto no vuelvo a hacer, cuatro veces intentándolo y no quedaba bien; no podía decir que era falta de práctica, más bien se lo atribuía a los nervios.

Había esperado este día el último mes, una de las familias con más dinero del pueblo me había contratado para poder tocar en el cumpleaños de su hijo mayor, había ensayado en el piano que estaba en la casa de Lana y que compraron a un bajo precio pero que nadie sabía usar.

Repase mi imagen en el pequeño espejo que teníamos en casa, un vestido azul claro liso sin escotes que me llegaba debajo de las rodillas con magas tres cuartos y unos zapatos de piso negros eran de lo mejor que tenía, había ensayado un par de canciones y estaba tan nerviosa de hacerlo mal.

En estos años descubrí que tenía una facilidad para tocar el piano, cuando me creí lo suficientemente capaz de tocar frente a más personas ofrecí mi servicio, algunas familias me contrataban para pequeñas reuniones donde solo tocaba tres o cuatro piezas frente a no más de diez personas; pero esta ocasión era diferente. La casa de los Bruce – una de las familias más adineradas por aquí – solía destacarse en lo generosos que solían ser en sus fiestas, asi que me extraño demasiado que me contrataran a mí y no a una profesional para tocar.

Claro que cuando mencionaron cuanto me pagarían no dude en aceptar, no podíamos darnos el lujo de rechazar trabajo.

- Luces linda – menciono mi Leonor, mi madre

- Gracias, madre

- ¿Sabes si habrá muchos chicos en esa fiesta?

Por un segundo deje de mirarme en el espejo y mire a mi madre que estaba a lado mío

- No lo sé madre

- Deberías prestar atención cariño

- ¿Por qué debería hacerlo?

- Porque ya tienes 22 años Ania, es buen momento para que comiences a buscar una pareja

Suspire, si bien era joven la situación era cada vez más complicada; el que yo me casara sería un gran alivio para la familia. El problema es que yo no quería casarme por conveniencia y mi madre me presionaba cada vez más.

- Madre sabes muy bien que no quiero casarme solo por interés

- Ania, ¿no ves la situación? – me tomo de los hombros para que la mirara de frente, observándome con intensidad – no hay espacio para el amor en estos días

- Pero tu amas a papá – le recuerdo

- Si, pero cuando nos casamos no era asi, me enamore de él después

- No me presiones mamá – le pido casi en una suplica

- Deberías seguir el ejemplo de Lidia

Mi hermana mayor se había comprometido con Dean, un día solo llego a casa y anuncio que tenía novio, pocas semanas después se comprometieron.

- Se que Lidia está comprometida mamá, pero no sé si yo pueda hacer lo mismo.

- Al menos debes intentarlo hija – suspiro – no nos quedan demasiadas opciones

- Está bien

Me dio una sonrisa emocionada antes de colocarme mejor un mechón de cabello e irse de la habitación que compartía con Lidia. Tomo el abrigo delgado de la cama y un par de partituras que necesitare antes de salir de casa, Esteban me espera con el caballo ensillado para irnos.

- ¿Lista? – pregunta con una sonrisa cálida

- Si

Subo al caballo atrás de él y comenzamos nuestro viaje a la casa de los Bruce.