Habitación de archivos

Dicen que cuando uno está a punto de morir, recuerda toda su vida tratando de recordar algo que pueda salvarlos de esa situación, pero si no estoy en peligro en estos momentos ¿Porque intento recordarlo todo desde el principio? ¿Estoy en peligro? ¿Qué debo temer? Por lo que mis ojos y mi instinto me dice, no hay ningún peligro a mi alrededor, pero mi mente insiste en recopilar todos los recuerdos desordenados, ponerles un orden y encontrar los que se han perdido.

Me encuentro sobre una montaña de papeles, todas tienen fechas, ninguna está en orden, unas pocas están en perfectas condiciones, el resto están rayadas, rotas o perdidas, hay cosas que tengo a trozos, se que esos papeles recitan algo ocurrido en este lugar y con estas personas, pero no se si ocurrió de esta forma o de esta otra, otros papeles están ocultos en una esquina de la habitación, temo acercarme a ellos, están impregnados de un olor mustio y un color marrón que recuerda al lodo, parecieran moverse cuando no los veo, de un momento a otro parecen aparecer frente a mí, como si quisieran ser leídos como el resto, pensé en romperlos, pero el mísero hecho de tocarlos me aterraba, pensé en quemarlos, pero parecieran estar protegidos por una coraza de hierro, nada puede deshacerse de ellos.
Por otra parte hay otros papeles encuadernados con cuidado en una funda transparente, seguros en un lugar donde nunca se arrugarán, son recuerdos que traen una sensación agridulce, esos recuerdos que te sacan una sonrisa seguida de unas lágrimas al saber que son cosas irrepetibles, pero al fin y al cabo son recuerdos preciados, por ahora solo tengo una o dos hojas, pero hay espacio para más y más hojas que escribir. Hay días que podría pasar horas soñando despierto sobre esa montaña de papeles, pero otros desearía salir de ahí cuanto antes, pareciera que esos papeles fueran arenas movedizas que tratan de llevarme a la fuente de ese olor mustio y ese color de lodo.

Ese lugar que todos conocen por el mismo nombre pero diferentes formas, pocos logran hacer que esa sensación agridulce se convierta en totalmente dulce, es más difícil de lo que parece, pero todo el mundo reconoce esa habitación de archivos y cada uno tiene un orden diferente en sus archivos, pero en todos hay un mismo padrón, siempre hay un nuevo papel que archivar.
Ojalá el siguiente sea dulce