Capítulo 29.

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Lorena

Estamos todos, menos los padres y mis hermanos, en el camerino de los gemelos mientras les maquillan para el gran concierto. Quedan menos de dos horas para que empiece y está todo el mundo de los nervios.

-Sigo sin poder creerme que me haya echado un novio con contactos -susurra Miriam a mi lado-. ¿No estás flipando?

-Te entiendo, hay veces que yo tampoco me creo que Daniel Oviedo sea el mío -río mirándola-. Pero te acabas acostumbrando, no te preocupes. ¡Tía! Mañana hemos quedado Lucía y yo para pasar una tarde de chicas, ¿por qué no te animas?

-Sí, por muy guays que sean estos tres -dice mi mejor amiga señalando a los tres chicos-. A veces necesitamos un descanso de ellos.

-Genial, me apunto -ríe Miriam de buen humor-. De todos modos no tenía nada que hacer.

-Vamos a ver -se cabrea Lucas mirando a los gemelos, que están parados delante del espejo haciéndose fotos-. ¿Dejáis de hacer el gilipollas y os centráis?

-A ver, ¿qué pasa ahora? -suspira Jesús acercándose a él-. Mira que eres pesado.

-¡Vamos fatal de tiempo y os da igual! -arremete enfadado-. ¡Subid ahora mismo que os están esperando en prensa!

-Qué humor -susurra Dani antes de acercarse para darme un beso-. Os vemos luego, chicas.

Asentimos en respuesta y los tres desaparecen por la puerta, dejándonos solas en el camerino.

-Venga, foto de equipo -decido cogiendo mi teléfono y acercándome al espejo-. Va, poneos.

Después de hacernos varias fotos, las publico en Instagram y nos sentamos a hablar mientras esperamos a que vuelvan. Mi madre está discutiendo con los de la discográfica desde que hemos llegado, así que hoy se tiene que encargar Lucas de que cumplan con los horarios establecidos.

De un momento a otro, Miguel irrumpe en el camerino y me mira cabreado.

-¡Dani me había dicho que había chuches! ¡Y es mentira!

-No es mentira, Miguel -sonríe Lucía señalándole la mesa del catering-. Puedes comer todas las que quieras, pagan los gemelos.

-Tampoco te pases -amenazo viendo cómo se llena las manos de golosinas mientras sonríe-. Que luego te salen caries.

-¿Dónde están los chicos? -se extraña mi madre desde la puerta-. ¿Siguen en prensa?

Asiento en respuesta y entra para sentarse junto a nosotras, mirando a Miguel con una sonrisa. Pasa casi una hora hasta que los chicos vuelven al camerino.

-Justo a tiempo -sonríe mi madre consultando su reloj de muñeca-. Me voy a plantear que te encargues tú de sus horarios -ríe mirando a Lucas-. Despedíos, hasta que no acabe el concierto no les veis -ordena mirándonos.

-Pero si queda más de una hora para que empiece -me extraño.

-Sí, pero ahora tenemos el Meet & Greet y después vamos directos al escenario -me explica Jesús con una sonrisa-. ¿Ves? Te escucho cuando hablas -dice mirando a Lucas.

-Te veo luego -susurra Dani acercándose a mí-. Deséame suerte -sonríe contra mi boca.

-No la necesitas.

-¡Enano! ¡Choca esos cinco y deséame suerte! -exclama separándose de mí y mirando a Miguel.

-¡Suerte, Dani! -grita mi hermano antes de darle un abrazo-. Toma, a mí en el cole me ayuda con las chicas -dice dándole un coche de juguete y alzando las cejas divertido-. ¡Canta bien!

-Gracias, Miki -ríe mi novio cogiendo el coche y dándole un beso en la mejilla-. Te quiero -susurra antes de besar mis labios por última vez.



Siempre Tú [RESUBIDA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora