Joo Heon regresó al día siguiente, con esa piedra de jade colgando de su cuello y sintiéndose muy asustado de pensar que todo aquello pudiera haber sido solo un sueño, una alucinación de algo que deseaba con todas sus fuerzas. Tuvo que esquivar un montón de rocas enormes y saltar sobre tantas otras, además de cruzar parte de un bosque, pero llegó a ella, a esa bahía desierta de la que la sirena le había hablado el día anterior. Joo Heon estaba aterrado de no encontrar nada allí más que agua y arena, pero su sirena estaba allí cuando llegó, acostado boca abajo sobre la arena y con su cola dentro del agua. Cada ola que llegaba cubría su piel hasta el cuello.
Estaba moviendo la cola, arriba y abajo, salpicando agua mientras apoyaba la cabeza sobre sus brazos, con los ojos cerrados como si estuviera durmiendo.
Su cola era negra por detrás, con una aleta caudal en horizontal al final. No tenía aletas a los lados aparte de las pectorales que tenía en los brazos: largas, redondeadas y también negras. También tenía una única aleta dorsal, negra, en medio de su espalda, larga y recta, tan larga que medía básicamente medio metro. Su piel parecía suave, también en su cola, sin escamas a la vista por ningún lado.
-No eres un pez -dijo, asombrado. No se había dado cuenta el día anterior, tan de noche como era.
Min Hyuk se alzó sobre sus codos, y lo miró con una sonrisa.
-No, claro que no. -Se arrastró hacia atrás con los brazos, hasta que estuvo lo suficientemente dentro del agua como para echar a nadar. Entonces se giró sobre sí mismo, tumbándose de espaldas sobre la superficie del mar-. Soy una ballena.
Joo Heon dejó caer su mochila sobre la arena y se quitó la camisa, para poder quedarse vestido solo con su bañador. Luego caminó hacia la orilla, hasta que el agua le cubrió hasta las rodillas, acercándose a donde estaba su sirena, que flotaba con tanta calma en el mar.
-Nunca había visto una ballena tan pequeña -dijo, sonriendo.
Probablemente fue una mala idea, ya que Min Hyuk frunció el ceño, claramente ofendido, y golpeó su aleta caudal contra el agua, mojando a Joo Heon de los pies a la cabeza.
Joo Heon abrió los ojos y boqueó, sorprendido, pero antes de poder hacer o decir algo, Min Hyuk se abalanzó sobre él y le hizo caer sobre la arena, para luego arrastrarle dentro del mar.
¿No se suponía que las sirenas atraían a los humanos al agua y les dejaban caer en sus brazos para luego ahogarles?
Sonrió, y se aferró a Min Hyuk, sintiendo la húmeda y suave grasa de su piel bajo sus dedos. Si estaba destinado a morir en los brazos de la sirena que había abandonado por error hacía ocho años, que así fuera.
Por supuesto, la intención de Min Hyuk nunca había sido ahogarle.
-¿Pequeño según quién, tú, humano tonto?
Min Hyuk estaba encima de él, ambos flotando a pocos metros de la orilla, mientras Joo Heon se colgaba de su cuello con una sonrisa en los labios.
-Según los humanos tontos, por supuesto. -Se rio. Min Hyuk trató de contener las ganas de hacer lo mismo, pero termino riéndose de todas formas.
-Soy una ballena.
-Una merballena.
Min Hyuk se rio otra vez.
-Sí, una merballena.
Aún no se conocían, pero al mirarse a los ojos sentían como si se conocieran desde siempre. Anhelaban una amistad, un sentido de familiaridad entre ambos. Era como si todos los años de espera, todos los años fantaseando sobre conocerse, hubieran creado un vínculo entre ellos que, nadie que hubiera compartido solo unas pocas frases con alguien más, podría sentir.
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A child searching for a star » Joohyuk. MONSTA X
RomanceJoo Heon tenía ocho años la primera vez que vio una sirena. La buscó y la buscó sin parar desde entonces, hasta que un día se dio cuenta de que lo que había visto no podía ser real. Pero su sirena era real, y años más tarde reapareció en su vida par...