parte 39

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Por favor sueltenme, jamas pensé vivir algo así no se cuantos hombres han pasado dejando sus asquerosas manos en mi piel y sus asquerosos miembros. Hubiera preferido que mil veces me matara antes de pasar por esto, siento como este hombre se mete en mis piernas de forma brusca el dolor es insoportable, mis lágrimas caen libremente por mi rostro, no se cuantos palmetazos he recibido, mucho menos cuantos golpes de puños, todo esto es culpa de fernanda si la hubiera matado mucho antes esto no me estaría pasando, maldito el día que la deje que viviera, maldito el día que deje que este enfermo me encontrará.
Por favor basta, todos se rien de mi.

-que pasa linda, acaso quieres que te lo meta más a fondo tratare de ser suave, tan suave que querrás que no pare-
Se mete en mi sin aviso siento que mis pliegues están rotos, el se mete con prisa y otros que llegaron no se de donde, le dice que se apure para ellos aprovechar también, quiero morir.

-matenme no me hagan más esto, ya no quiero que nadie más me toque-
-escucharon ella no quiere que le hagan nada, pero lastima nuestro jefe nos dijo bien claramente que nos podemos divertir y eso estamos haciendo zorrita, divertirnos con tu cuerpo-
-debiste haber pensando muy bien antes de haberle hecho daño a la esposa del jefe porque el es muy bueno pero de malo es terrible-
Todos rien, mientras yo trato de apretar mis piernas, solo quiero morir, tengan piedad y matenme por favor.
No- no- no por favor nada más por favor, déjenme alejense. No recuerdo por cuanto tiempo pedí que nada más, había despertado al día siguiente delicada, solo recordar los episodios vividos lloro, me da asco mi cuerpo, siento que ya no queda nada de la mujer que una vez fui, estaba llena de sangre tenía cortes por mi cuerpo y ardía mi piel, pero eso no era nada comparado con el dolor de mi corazón.
Solo espero que estos hombres no vuelvan más, con solo imaginar que podrían volver a venir me da terror con solo pensar que clase de cosas podrían hacer conmigo.
Fui criada siempre engreída y tener todo lo que quería, jamás pensé que pasaría por algo así de humillante que mi cuerpo fuera ultrajado una y otra vez por distintos hombres, habían pasado no se cuantos y cuando cerraba mis ojos sentía que tocaban mi piel e incluso que estaban aquí mirándome.
Espero que cristobal vuelva luego y me mate, no me interesa de que manera  quiera matarme, solo quiero que lo haga pronto. 

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Habían pasado no se cuantos días y este hombre no había venido, todos los días recibía torturas de diferentes hombres había perdido muchas piezas dentales y ya imaginaba como tenia mi rostro desfigurado, sentía que cada día arrancaban un pedazo de mi piel, ya me habían sacado varias uñas y muchas veces quedaba inconsciente por el dolor. Uno de ellos me dijo que me iba a mostrar algo y cuando lo vi mis ojos se llenaron de lágrimas, era la dra laura garcia solo estaba su cabeza encima de una mesa, mientras ellos veían mis expresiones se reían de mi.
-te queda muy poco para que sigas con vida pero antes de eso aprovecharemos tu cuerpo bien aprovechado-
Si antes pensaba que alguna vez viví un infierno debo admitir que estaba equivocada porque ahora se que es vivirlo en carne propia.
-se divirtieron mucho parece, uf huele como un demonio aquí-
¿Donde esta? Miro hacia donde apunta uno de mis hombres y me doy cuenta que perdió hasta el brillo de sus ojos.
Me mira fijamente -si tuviera otra oportunidad créeme que mataría a tu fernanda sin piedad, la degollaria y la tiraria al mar para que sea comida por los tuburones, incluso antes de eso pagaria para que la violaran hasta que se cansaran-
con solo soltar ese veneno me descontrola y la golpeo sin piedad, ¿Acaso no te basto con haberla tenido alejada de mi tres años y con altas dosis de medicamentos? Su boca llena de sangre y tratando de respirar me dice lo volvería hacer y es hay donde saco mi arma y le mando un balazo.

Había terminado esta pesadilla ya no me tenía que preocupar de esa loca de mierda.
Mi mujer estaba respondiendo bien al tratamiento la visitaba todos los días y me informaba de como iba avanzando, estaba ansioso por que despertara mi amada esposa, todos los días llevaba a nuestros niños e incluso yo me quedaba hasta tarde leyendo diferentes tipos de libros e incluso hablándole de mis días sin ella, limpiarle su cuerpo, acariciar su cabello, amo a mi esposa con todo mi corazón. Ella y mis hijos son mi mundo mi razón de vivir y siempre lo serán.

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