Desde que inicié la universidad, me han pasado demasiadas cosas a las que no estaba acostumbrado, aunque muy a mi pesar tarde o temprano me terminare aceptando estás locura de pesadilla en mi vida, soy una persona normal, o eso me gustaría decir, desde que tengo memoria mi vida a estado en constante cambio, en movimiento, me han sucedido cosas que nadie concideraria normal, lo llamarían raro, extraño e incluso extremo en algunos casos, e hecho cosas que ninguna persona normal siquiera se podria imaginar haciendo, aunque no me gusta hablar de mi, de mis padres, o de mi inexistente familia, mejor hablemos de alguien más ¿Que tal de Annie?
Ella es una compañera de mi clase en la universidad, es alta, rubia y con buena figura, inteligente para algunas cosas y torpe para otras, mientras otras personas buscarían estar lo más cerca posible a ella, no la conocen como lo e hecho yo, quisiera alejarme los más posible de ella, aunque quisiera, no puedo, al menos no a estas altura, nuestro primer encuentro fue algo ¿Cómo decirlo?... Raro, nos conocimos de forma bastante accidentada, si mal no recuerdo fue un par de semanas antes de iniciar el periodo académico durante una de mis visitas a la universidad, en esa ocasión subí a la azotea del edificio principal para hacer fotos del paisaje con mi cámara, hacia ya muchos años que estaba en ese lugar, impresionado por lo mucho que había cambiado la vista empecé a hacer fotos de inmediato, aunque no me di cuenta de que ahí ya había alguien, luego de varias fotos me detuve a verlas y me percaté de que ella aparecía en casi todas, le pedí amablemente que se apartará un momento en lo que tomaba fotos, ella no me escuchaba, estaba escuchando música con auriculares mientras tenía los brazos apoyados con mucha confianza en el viejo barandal, toque su hombro hombro y se lo volví a repetir, ella se quitó los auriculares y me respondió con una voz molesta.
—¿Quién eres tú?¿Que haces aquí?
A lo que yo le respondí de manera confusa.
—Nada más estoy aquí hacer unas fotos, nada más, así que por favor, ¿podrías moverte para allá en lo que hago la foto?
—Mejor lárgate, yo estaba aquí antes que tú, solo quiero estar sola—. Dijo Annie mientras se daba la vuelta hacia el barandal y volvía a colocarse los audífonos.
Volví a intentar hablarle pero ella solo se giró y respondió con un empujón y gritándome sur me fuera, me pareció que estuvo logrando antes de que yo llegara, por eso decidí irme y no meterme en problemas, y creo que ella se dio cuenta que yo lo noté y por eso estaba algo enfurecida.
Tiempo después con el inicio del periodo académico la volví a ver, esta vez en la misma sección en la que yo estaba, cuando me percaté que era ella hice como si nunca antes la hubiera visto, y creo que ella hizo lo mismo, yo había faltado los primeros días ya que nunca se suele hacer nada importante, pero para mi mala suerte el segundo día se habían recogido las parejas para el trabajo final recopilatorio, y está pareja se usaría para todas las demás materias, me habían asignado junto a ella ya que quedé por fuera y por lo visto a ella nadie la escogió, quizás porque pensaron que "es inalcanzable" o alguna cosa por el estilo, lo más estúpido que había escuchado en mi vida, a mi me parecía una niña malcriada y egocéntrica y de ese tipo hay muchas, asi Sue una más del montón, pero por otra parte, pude observar que no era muy sociable. En algún momento tuvimos que discutir hacercan de una actividad que llevaría a cabo la universidad y desde entonces hemos hablado como personas normales, aunque nunca hablamos nada que no fuese de la universidad, a veces parecía odiarme y otras tantas podía observar en su rostro una expresión melancólica y deprimida, nunca le pregunté, sentía que lo arruinaría si lo hacía, así que decidí mantener nuestra relación lo más simple posible durante todo el tiempo posible hasta terminar el semestre, pasaron un par de semanas antes de que si quiera mensionaramos nuestros nombres.
En ocasiones solía seguir las instrucciones a la perfección, pero en otras tantas era un lastre, una molesta piedrecilla en el zapato de la que no me podía librar, hasta que aquello pasó finalizando el semestre, cuando finalmente había podido librarme de ella, o al menos eso pensé o, ella no debía estar ahí, por una maldita coincidencia ella estuvo justo ahí conmigo cuando eso sucedió, ella simplemente no debía, pero aún así ahí estuvo, ese día, a esa hora, en ese maldito lugar, esa noche se puede ver como un regalo divino caído del cielo, pero el mundo cambiaria por completo debido a lo que se desató aquella noche en el parque de la ciudad, me encontraba "admirando" la noche, con la agradable y abrumadora calma nocturna, cuando ella apareció ahí, dijo haberme visto a lo lejos y vino a saludar, recuerdo esa noche como una de las pocas veces que no discutimos, porque no había nada para discutir. Por primera vez hablamos de algo distinto a lo que ya estaba tan acostumbrado, ella me preguntó el motivo por el que estaba ahí a altas horas f els noche, a lo que yo respondí.
—Suelo venir aquí de noche de vez en cuando, en una ciudad como la nuestra, este es el único lugar donde uno podría realmente relajarse, el ruido cotidiano de la ciudad es algo que suele estresarme , debido a eso luego de graduarme me fui a ayudar a mis padres fuera del país, pude haber iniciado mis estudios universitarios, pero ya no soportaba más está ciudad, haber vivido tantos años en este lugar ya me estaba haciendo llegar a mi límite, mirar la luna, y a las pocas estrellas que aún se pueden observar de noche hace que me olvide de todo eso y solo viva el presente, es lo que más disfruto hacer desde que volví, y dime,¿Que hay de ti?
—Pues algo parecido a tu historia, poco después pues de graduarme, mi padre falleció y tuve que ayudar a mi madre por un tiempo en el negocio familiar junto con mi hermano, el y yo tenemos la misma edad y nos graduamos al mismo tiempo en lugares diferentes, ai que por lo que me contaste, supongo que tú y yo tenemos la misma edad.
—Supongo vienes aquí por lo mismo que yo.
—Desde que mi padre murió hay veces en las que me siento desanimada, como si no tuviera emociones, y en ocaciones cuando no duermo bien suelo estar irritada, como si estuviera molesta con el mundo, pero a veces al estar sola todo el tiempo en mi departamento me siento agobiada, como si tuviera claustrofobia, así que salgo a dar un paseo para relajarme
—Te entiendo bien, cuando no puedo dormir bien también me siento irritado, pero a diferencia de ti, no estoy solo, y por más que quiera no puedo desquitarme con mi compañero.
—¿Compañero? No me digas que tú eres...
Con una pequeña carcajada le respondí.
—Para nada, se trata de un pequeño gato negro que decidí adoptar cuando volví a esta ciudad, al ver sus ojos no puedo sentir más que una sensación de tranquilidad, es como si todo lo demás desapareciera, se que todos podemos tener nuestros motivo para odiar a otro ser humano, tanto tú como yo, pero nunca a un animal, sea cual sea, simplemente es estúpido odiar a uno, si tú lo deseas puedo enseñarte a mi gato cuando estemos libres de la universidad.
—Antes de que sigas, me quiero disculpar por aquella ocasión en la que nos conocimos, estoy segura de que pensaste que era una idiota por eso, y si, en ese momento se que si lo fui, en una situación donde otras personas hubieran iniciado una discusión sin sentido, tú te lo tomaste con calma y simplemente te fuiste, e querido disculparme por eso desde que te volví a ver en el salón de clases, pero nunca tuve la oportunidad a diferencia de ahora.
—Hacepto tus disculpas, lo que sea que haya pasado ya no se puede deshacer, aunque para ser franco yo llegue a pensar que eras una idiota malcriada.
Ella hizo una pequeña sonrisa y respondió en forma burlona.
—Quizas lo sea.
—Por cierto, no estoy aquí solo para relajarme, esta noche sucederá algo impresionante en el cielo nocturno, algo único, esta noche vine específicamente para buscar y recoldctar aquello que aparecerá en la cielo.
—¿Supongo que por eso tienes ese bolso?
—Es posible que esa cosa caiga a la tierra, y de ser correcta esa posibilidad, con las herramientas en este bolso podré llevarme esa cosa
—¿Como es que sabes de esto y por qué te lo quieres llevar? No he visto que en ningún noticiero se anuncie algún evento de carácter astronómico en las últimas semanas.
—Se que aún no tenemos mucha confianza y que apenas empezamos a hablarnos como amigos, pero en este momento no te puedo decir el motivo de todo esto, si es que todo sale bien, quizás en un futuro lo haga.
—Entonces.¿Si somos amigos?
—Por supuesto, desde hace un buen rato lo somos.
Pude verla sonreír de felicidad por primera vez desde que la conozco.
—Para ser honesta desde que te conocí supe que no eras como los demás, a pesar una desastrosa primera impresión te animaste a hablarme y me tratabas como a cualquier otra persona a pesar de que puedo llegar a ser algo intimidante, nunca he tenido muchos amigos gracias a eso, los demás suelen elevarme muy por encima de lo que en realidad soy, a pesar de que siempre lo intento, ellos siempre me ven desde abajo sin importar que yo también este abajo al igual que ellos, en ocaciones es uno de los motivos por los que me siento tristes sola.
—Deberias adoptar una mascota, no importa cual sea, siempre viene bien tener algo de compañía sin importar lo pequeña que esta sea.
Estuvimos hablando de distintas cosas hasta que en el cielo nocturno se divisó lo que estaba esperando, no hubo tiempo de reaccionar, una bola brillante iluminó el cielo por unos instantes y rápidamente calló a la tierra dejando un cráter de un par de metros de diámetro, con el impacto sentí que mis tímpanos habían estallado, fuimos corriendo a ver aquello, era una masa sin forma de metal fundido aún brillando por el calor del impacto, en su superficie parecía haber un par de objetos de parecían gemas brillando al rojo vivo, con el tamañode del puño cerrado de un adulto, aún no estoy seguro de lo que son, después de un momento se enfriaron y dejaron ver su color uno era de color rojo y otra era de un color amarillento, había traído conmigo cosas para esta ocasión, no podía dejarlo ahí, pero me percaté de que había dejado mi bolso en la banca donde estábamos sentados antes del impacto, corrí a buscarlo, le dije a ella que no lo tocara, cuando iba a toda velocidad con mi bolso vi un destello amarillo saliendo del cráter, me detuve por un momento, cuando de pronto hubo un segundo destello en el cráter, pero esta vez fue una segadora luz roja, lo último que recuerdo fue haber sentido un golpe en la cara tras ver la luz, luego de eso desperté en una habitación de hospital, sentía mi cuerpo distinto, como si lo hubieran cambiado por otro totalmente distinto, o al menos esa fue la sensación que tenía en ese momento, poco a poco todo mi cuerpo empezó a dolerme como si me hubieran cortado cada músculo y roto cada hueso, al verme al espejo no lo podia creer, las ojeras en mis ojos parecían ser completamente negras, no sabía que algo así era posible, fue mi sorpresa aún mayor cuando me enteré que había estado en coma durante casi doce días, los doctores me dijeron que llegué aquí acompañado por una mujer en las mismas condiciones que yo, a duras penas logrando cruzar la entrads del hospital cuando smbos caímos al suelo, según me dijeron teníamos algo que parecía sangre cubriendo todo nuestro cuerpo y algo que parecía una sicatriz de una quemadura en nuestro pecho, está tenía la forma rústica de una estrella de muchas puntas disparejas, nadie supo explicar lo que nos había pasado para estar en esa condición, ni gun tipo de análisis había podido determinar lo que era esa sustancia roja que cubría nuestros cuerpos y ropa, solo descubrieron que estaba compuesto por elementos sumamente raros, tanto orgánicos como inorgánicos, después de un par de días y un chequeo médico pude irme a mi casa, mi temperatura corporal era anormalmente alta, aunque no me di cuenta en ese momento, de alguna manera había crecido al menos unos siete centímetros, pero ignorando el dolor de todo mi cuerpo, sentía mi temperatura normal, Annie aún no había despertado así que me fui a mi casa lo más rápido que el dolor me permitía preocupado por lo que había sido de San, mi gato, fui tan a prisa que no me percate de que no tenía mis llaves, pensé que me daría un infarto cuando el vecino de en frente abre su puerta porque se dio cuenta de que había yo había vuelto, me sentí aliviado cuando vi a mi gato salir de su casa para recibirme, sin duda estuvo preocupado porque no volví en un par de semanas, mi vecino era un anciano muy amable con el que suelo jugar poker una vez al mes, a veces incluso nos tomamos un par de cervezas, me dijo que mis padres lo llamaron para que buscar las llaves en el hospital y sacar al gato junto con su comida y cuidarlo el en su casa mientras yo no estaba.
Al día siguiente cuando ya me había calmado un poco y había procesado un poco lo que me había pasado, volví al parque con un viejo contador Geiger que me había regalado mi padre para que lo usara como decoración, para mi sorpresa aún funcionaba bien, si estaba en lo correcto esa cosa debió de haber dejado pequeños rastros de radiación en el sitio de impacto, ya que era algo que provenía del espacio sí o si debía de tener al menos un poco de radiación.
Al llegar al parque y ver el lugar donde aquello había caído, solo había un gran parche de césped verde como nunca hubiera pasado nada en ese lugar, incluso se tomaron la molestia de eliminar varias capas de tierra para eliminar la radiación, pero algunas hojas de los árboles circundantes aún mostraban pequeñas quemaduras, me sorprendí aún más cuando en esas hojas con quemaduras podía detectar algo de radiación varias veces superior a la que poseen naturalmente las plantas, los responsables de esta "limpieza" sabían bien lo que hacían, no fue una coincidencia ni mucho menos, nadie del servicio municipal se tomaría tantas molestias para rellenar y reemplazar el césped, aquí habían ido más allá. Creo saber quiénes fueron, por lo que no será un problema, al menos no por ahora.
No había nada más que hacer, así que volví a mi casa para recuperarme de lo que sea que me haya sucedido, varios días después recibí una llamada, era Annie la cual había despertado hace un par de días y quería que nos viéramos en un café cercano para hablar al respecto de lo sucedido, no quiso decirme más nada, pero se le escuchaba molesta, nerviosa y asustada al mismo tiempo, como si tuviera pánico o ansiedad.