Parte 2. Capítulo especial Can.

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Quería revelar quién es albatros pero me guardé esa información. Lo haría en el momento indicado.

Quería entender a Sanem y saber más allá del beso por qué desperté su interés si tiene un prometido.

Descubrí que las cosas no eran fáciles con ella. En todo aspecto.

Me molestaba su actual status de comprometida, que buscara a albatros. Quería concentrarme en dar lo mejor de mí en la agencia, resolver lo del espía, quería ser un mejor novio para Paulene pero un día todo me abrumó y me molestaba con Sanem por ser ella. Así simplemente.

Estaba siendo egoísta, lo sé. Ella no tiene la culpa de mis problemas.

Primero decidí que debía olvidar ese tema y que no debía mover nada en su vida ni en la mía. Quería alejarla de mí pero había tantos problemas en la empresa que todo era como una montaña rusa.

Pasó en el proyecto de la aerolínea. Emre sugirió que me llevara a Sanem para apoyarme en el trabajo. No quería pero me agradaba su compañía. Claro como siempre, el tema de su prometido me hizo poner los pies en la tierra además de odiar ver ese estúpido lujoso anillo en su dedo aunque no siempre lo llevaba.

Sin querer iba conociendo más cosas de Sanem.

Siempre era un desastre, es divertida, le gusta el té, no tiene problema con ir a comer y pedir platillos de verdad, no una típica ensalada con jugos orgánicos.

Supe que en la agencia la llamaban "la otra" y tuvo una ingeniosa idea para que la llamaran por su nombre. De hecho tiene razón y todos merecen respeto, le ayudé en ello y el cartel con el que se paseaba anunciando que se llamaba Sanem, lo coloqué en un esqueleto que tenemos como adorno  a la entrada del equipo creativo y les pedí a todos que la llamaran por su nombre.

Invité a todos los empleados a festejar la primera campaña ganada ahora que estoy a cargo. 

Para esta campaña cambié de opinión a último momento gracias a una idea que me dio Sanem indirectamente, y me alegro de haberlo hecho porque esta mañana cuando fui a las oficinas de la compañía de viajes vi a Aylin que presentó justo el proyecto que originalmente estaba diseñado. 

Sigo sin entender cómo, si ese diseño se cuidó y nadie sabía. Parece que habrá que buscar aún más a fondo si no hay micrófonos o cámaras.

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Después del triunfo e impedir que Aylin se llevara otra campaña, decidí organizar una comida en casa.

Sé que es poco usual pero es algo que me enseñó mi padre desde pequeño. Ser amable con las personas con las que trabajas y reconocer su trabajo. Ser alguien que guíe y no alguien que solo manda.

Eso y muy en el fondo tener a Sanem cerca de nuevo. Quiero ganarme su confianza, quiero conocerla más y poder revelarle que soy albatros. Si lo hago de una sola vez, quizá de decepcione. Después de todo soy su jefe y no hemos tenido los mejores encuentros.

Y sí, me molesta ver ese enorme anillo en su mano. Aunque suelo cuestionarle mucho las razones del porqué no lo usa a menudo, me gusta no verlo en sus delicadas manos. No estoy enamorado, ni estoy enamorándome es sólo que hay algo en ella, como un imán que me atrae al mismo lugar que ella. Casualidades de la vida extrañas como su fascinación por un albatros —el ave— y las islas Galápagos.

Algo más que aprendí de ella.

Sanem, tiene ese raro efecto en mí. Una revolución de emociones. Curiosidad, diversión, empatía, ternura, así como enojo y sacarme de quicio en un segundo. 

Furia ardió por mis venas y casi vi obscuro. Vi a Sanem a hurtadillas en mi habitación, sin ropa —mejor dicho mi playera— me percaté de su cabello húmedo y tenía demasiadas preguntas en la mente y por supuesto la cuestioné. Porque cada palabra que decía sólo la catapultaba  a algo peor y de nuevo involucraba a mi hermano Emre. Estuve a 2 segundos de salir de nuevo al jardín y darle un golpe en la cara a mi hermano, hasta que Sanem explicó su desgracia.

El albatros y el fénix (Adaptación escrita pájaro soñador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora