Trofeos sin gloria.

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La calurosa mañana de Verano despertaba a las 6 de la mañana a Montero Freeman, el comentarista mexicano de fútbol, más famoso de México, la vida le había sonreído bastante bien, enredado entre las sabanas grises, se encontraba despertando sin camisa en la cama king size de su su lujoso apartamento, rodeado de trofeos y recuerdos de su exitosa carrera como narrador de fútbol.

A sus veintisiete años, había logrado construir una vida envidiable, una trayectoria sin igual lo impulsaría en meses a llegar a Italia, la tierra prometida de Montero, el despertador a las 6 de la mañana sonaba.

Bostezando, Montero volteaba a ver como su departamento, era inundado de nuevo por un tifón de pantaletas, ropa interior y condones, que solo podrían advertirle de una situación, la cual tenia nombre y apellido; Camilla Esmeralda, la novia de Montero, quien se había levantado antes de que su amado pudiera abrir los ojos y se encontraba bañándose.

-¿Camilla?- Dijo Montero con voz fuerte mientras bostezaba.

-¿Que pasó?- Desde lejos, opacada un poco por el sonido del agua de la regadera, la novia del exitoso joven contestaba.

-Nada, es solo que pensé que harías el desayuno en lo que yo despertaba- Montero, cuestionó mucho esa acción, mientras se procedía a levantar con su bata puesta.

-¡Ay, es verdad!, pero es que las amigas del club me invitaron a salir hoy al medio día, hace tiempo que no las veo- Camilla en el baño respondió.

Montero, viendo su celular cargado al 100%, lo desconectó del toma corriente, mientras revisaba su lista de tareas del día, y volteando al baño, le pidió una explicación a Camilla:

-Pero... sabías que hoy es el día de mi programa 100 en ESPN, pensé que estarías conmigo en la comida que me hará el señor Chris- 

En eso, la regadera del baño se apagó, Camilla con una toalla se secaba el cabello y abría la puerta de cristal transparente del baño de Montero, mientras ella salía con una bata, y viendolo directamente, sorprendida, respondió:

-¡No me digas que era hoy!, se me olvidó, te juro que pensé que era...-

En eso, antes de que la húmeda novia terminara la oración, Montero interrumpió;

-La otra semana, ya lo sé-

El semblante del chico había cambiado, la expresión en sus ojos ya no reflejaban sueño sino decepción, la cara de aquel hombre que emocionado esperaba su reconocimiento, se volvió una mezcla de tristeza e impotencia.

El silencio llenó la habitación por unos segundos mientras Montero, ya con una bata puesta y a punto de preparar el desayuno, procesaba la respuesta de Camila. Su decepción se convertía en una tristeza profunda, pero aún así, trató de mantener la calma y preguntó con voz apagada:

-¿Realmente olvidaste una fecha tan importante para mí?- Lo decía mientras encendía la cafetera, su novia, acercándose a el, quería abrazarlo, pero al mirar el reloj, se dio cuenta que debía apresurarse.

Montero se dio cuenta de la acción, así que sin decir más tomó su taza de café, agregándole vainilla a su combinación y vió a Camilla que procedía a vestirse con rapidez.

Al entrar Montero al cuarto, Camila bajó la mirada, visiblemente avergonzada, y suspiró antes de responder:

-Lo siento, amor, no fue intencional, mi mente olvida muchas cosas últimamente, he estado ocupada con mis propias cosas y se me pasó por completo. Te prometo que lo compensaré de alguna manera.-

Las palabras de disculpa de Camila sonaron huecas a los oídos de Montero. Había esperado un apoyo genuino y una muestra de interés por su logro profesional, pero se encontraba con una promesa vacía que no aliviaba su desilusión. 

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⏰ Última actualización: Jun 03, 2023 ⏰

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