—No puedo creerlo...— dijo Axel mientras se acercaba a Jasper.
—Bueno, siempre es de quien menos te lo imaginas.— respondió Raven completamente decepcionada.
—¿Estás bien?— preguntaba Sam a Jasper mientras observaba su herida.
—Sí... Sólo fue un rasguño.
—Eli, ocupo que me traigas una de las mantas que están ahí. Necesitamos detener la sangre.— ordenó Samantha y Elizabeth obedeció.
Amarró fuertemente aquella manta blanca que pronto se empapó con el color carmesí de la sangre de Jasper. Cuando apretó el nudo, este soltó un pequeño quejido de dolor.
—Bastardo... —murmuró. No sólo la traicionó a ella, sino que a todos sus amigos. Les había fallado. Les había mentido. Los había engañado fácilmente.
Mientras tanto, Peter se encaminaba felizmente por el corredor de la vivienda para poder llegar hacia la salida.
Todo había salido cómo lo planeó.
Su mente se perdió por un momento en el recuerdo de la noche en la cual mató a Nora.
Recordaba extrañamente que ella estaba hablando sola antes de asesinarla. Algo que le había parecido muy extraño. Cómo si hubiese tenido una aparición momentos antes de que él la atacara.
Bien, cómo sea. Ese ya no era asunto suyo.
Dio un par de pasos y cuando llegó a la entrada de la casa, sostuvo el mango de la puerta con una de sus manos mientras en la otra tenía al muñeco y al diario.
Jaló de esta, pero antes de salir, un pequeño susurro lo detuvo.
Volteó a los lados. No eran los chicos que había dejado atrás.
Un poco desorientado se dispuso a seguir con lo suyo, pero en eso, volvió a escuchar algo.
—Peter...
Ahora con más certeza, visualizó al títere que estaba sujetando en sus manos.
Su cabeza estaba girada del lado contrario de dónde él lo observaba, dando como resultado que lo único que viera fuese su cabello desaliñado y sucio.
Lo acercó lentamente hacia él. Estuvo así por unos momentos, esperando a que ese muñeco emitiera algún sonido... Pero nada.
Ridículo pensó y bajó al muñeco nuevamente.
Sostuvo otra vez la manija de la puerta, y en eso...
—¡Peter!— el muñeco giró su cabeza hacia él y entonces el joven visualizó esa mirada macabra.
En el sótano, los chicos comenzaron a escuchar gritos provenientes de arriba.
Corrieron rápidamente por las escaleras hasta poder llegar al punto proveniente de eso.
Samantha ayudó a Jasper y juntos lograron salir del sitio.
—No puede ser...— mencionó Raven.
Sam se acercó hacia dónde estaban y pudo observar lo mismo que ellos.Peter se encontraba tirado en el suelo. No sabían si muerto o inconsciente, pero el muñeco permanecía a su lado. Siguiéndolos con esa tétrica mirada.
—¡Estoy harta de ti!— gritó Samantha y tomó al títere y diario con sus propias manos.
Se encaminó corriendo hacia el sótano y sus amigos la siguieron.
Iban a entrar después de ella, pero la puerta se cerró y Sam terminó siendo empujada hacia el barandal de la escalera dejando que sus piernas colgaran desde la altura en la que estaba.
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El Diario de Hannah
Terror¿Alguna vez has tenido un amigo imaginario? ¿Alguna vez has fingido que tus muñecos están vivos al jugar con ellos? ¿Alguna vez has hablado solo? Qué tan alejado de la realidad es pensar que todo lo que creímos que era parte de nuestra imaginación...