Si yo confiara en ti...
Completamente en ti.
Perdería el control de mi vida.
Vos podes hacer lo que queras con ella, siempre y cuando no me perjudique.
Nuestras vidas se complementan fácilmente que ni siquiera nos damos cuenta.
Lo que te digo es verdad, no te mentiría por nada en el mundo.
Mentirle a alguien que amas es feo, muy feo.
Vos nunca me mentirias... ¿No?
Oh mejor amigo, si supieras cuanto te he amado, probablemente retrocerias el tiempo para no hacer tal sensatez.
Siempre he imaginado en cuantos universos estaríamos juntos.
Con el deseo de que este fuera uno.
Y con la desgracia de que al instante no fuera ninguno.
Carrera estaba muy arrepentido, si tan solo no se hubiera dejado llevar por la avaricia de obtener dinero de una manera más fácil. Quería retroceder el tiempo con un simple reloj de una pared de cualquier sitio.Varias ocasiones el no pensaba antes de actuar, por lo que muchas veces en su vida opto por desiciones que no fueron para nada revelantes al pasar de los años, el caminaba y sin querer con sus actos le hacía daño a las personas que más quería sobre todo a alguien que marcó mucho a lo largo de sus 22 años llamado; Spreen.
Spreen, el chico del traje amarillo y elegante.
"Sos vos" dijo con un temblante decepcionado, no podía creerlo.
De todas las estúpidas personas, no imagino que Carrera fuera el que traficaba y mataba gente del pueblo de Tortillaland, Auron, Ruby, Zorman... Su querida mascota, Pelusa.
"¡Merece un castigo!" dijo Mariana, quien ayudo en la investigación de atrapar a los asesinos de sus queridos amigos.
"¡Si!" agregaron los otros, y Karchez que miraba fijamente a Carrera, haciendo con sus manos la señal de que no diga absolutamente nada. O moriría.
Con las esperanzas de resolver el problema, Spreen se acerco a este.
"Carre, se que todo fue muy repentino pero te lo pido, ¿quienes eran los otros?"
El castaño trago saliva.
"Y-yo- no puedo decir eso" murmuró sin mirar a los demás "No fue mi intención lastimar a nuestros amigos, a Pelusa, todo tiene una explicación, vos sabes porque"
Pol, Pato y Mariana acorralaron a Spreen.
"El chico necesita un castigo" declararon en unísono.
"No puedo, es mi amigo, hay una manera...."