Selena Visita A Su Madre.

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Estaba subiendo por las extensas escaleras del Palacio que daban a la última torre, en mi mano derecha llevaba un candelabro para iluminar el camino, aun no me acostumbraba a que en este castillo no hubiesen luces.

Algo para arreglar en un futuro.

Llegue a el último piso del lugar y abri la puerta, ahí estaba ella, Rapunzel Mi 𝘮𝘢𝘥𝘳𝘦. Ya antes había subido a ver como se encontraba algunas veces pero no habíamos hablado mucho, y hoy quería saber más sobre ella. Entre a la habitación, Rapunzel miraba por la ventana.

-Lamento que tu habitación quede tan lejos de las otras, es que no quiero que algún vampiro te vaya a oler y quiera morderte.

-No me importa como sea "Mi habitación" yo solo quiero irme de aquí, quiero ir con Eugene.

Solté un suspiro, ya eso lo había dicho antes, era algo agotador.

-Apenas te recuperas, debes descansar, y la verdad no creo que sea bueno para ti verlo.

-¿Como sabes tu lo que es bueno para mi? Apenas me conoces.

Dice volteando a verme y sigue hablando.

-Selena, ¿Asi te llamas cierto? Bueno no importa. Se que soy tu madre, es obvio por el parecido, pero no entiendo porque me tienes aquí, ¿Que es lo que quieres de mi?

Me quedo un momento en silencio y luego respondo.

-Tu estuviste enferma de la cabeza por demasiado tiempo, ahora tal ves no lo recuerdes pero tu intentaste hacerme daño muchas veces, además hacías cosas fuera de lo normal, todo eso lo provocó Eugene.

-Eso no explica que es lo que quieres de mi.

-Eres mi madre! Y Por mucho tiempo te culpe por el echo de que no te interesaras por mi, pero recapacite y me di cuenta de tus problemas mentales solo necesitabas ser ayudada.

-Ja, ¿Acaso no lo entiendes niña? Esos "Problemas mentales" como tu los llamas no son culpa de Eugene, al contrario, son TU culpa porque cuando tu naciste Eugene me dejó. Ahora tu no eres mi responsabilidad, puedo buscar a Eugene y ser felices juntos.

Volví a quedarme en silencio sin saber que decir, ella siguió hablando.

-No necesitaba ser ayudada, estube en muchos hospitales psiquiátricos, en varios les dijeron a mis padres que realmente no tenía un problema, ellos eran los que no entendían. Y si, estuve "Loca" muchos años pero mis padres buscaron a los mejores hechiceros que me sanaron. Y siempre supe de tu existencias, Todas las veces en el bosque que te ví e intente cortar tu cabello o hacer que te accidentaras yo estaba bien, te odiaba y quería que sufrieras, ahora no, tu ni siquiera me importas, yo no te quiero, no quiero verte, entiendelo y dejame ser libre!

-Pero-

-No te odio, Y es bueno saber que estas bien y eres reina o lo que sea, pero yo no te pedí tu ayuda.

-Entiendo..

Tenía muchas ganas de llorar, no me sentía para nada bien con lo que ella había dicho, yo ya sabía que yo no era su responsabilidad pues tenía más de 18, pero yo si quería ayudarla a ella porque después de todo era mi madre.

Entonces cuando había creido que había Estado equivocada todos estos años y que realmente ella solo era un víctima de su enfermedad, cuando pensé que podríamos tener una buena relación de madre e hija y que todo mi rencor hacia ella era una estupidez estuve equivocada.

No me había equivocado con Todo el odio que había sentido hacia ella desde que era pequeña, pues todas las veces que me hizo daño lo hizo estando cuerda.

-Hey! ¿Todo bien, cierto?

Dijo ella acercándose a mi y poniendo una mano en mi hombro como si fuera una buena madre al ver que no me movía.

-Solo necesito pensar..

Dije y salí de la habitación dándole llave de nuevo, camine por el pasillo y empece a bajar por las escaleras escuchando sus gritos.

-Abre la puerta! No puedes dejarme aquí encerrada! Abreme te lo órdeno! Mis padre se enteraran! Te castigarán niña mal agradecida!

Sabía que no era correcto tener a alguien encerrado en contra de su voluntad pero no me sentía bien en este momento, además ella había cometido crímenes por los que tendría que ir a la cárcel así que de igual forma la encerrarían, solo que la diferencia era que mis abuelos podían liberarla, no sabía que hacer con ella, solo necesitaba un momento para pensar, seguí bajando las escaleras hasta llegar a un piso, entre a mi habitación y me recoste en mi cama, tenía muchas ganas de llorar y de dejarlo salir todo, si lo que ella quería era hacerme sufrir ya lo había logrado. Me termine de acostar en mi cama y seguí llorando hasta que me quedé dormida.




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